El Universal

Permisos de minas, un regalo de “oro”

En 15 años, el gobierno federal otorgó 10 mil títulos de explotació­n a particular­es (56% del total de concesione­s), quienes “revenden” las licencias a empresas extranjera­s y nacionales, “lucran con un bien de la nación”: expertos

- Texto: ANDREA VEGA VALERIO —periodismo.investigac­ion@eluniversa­l.com.mx Fotos: ARIEL OJEDA PERIODISMO DE INVESTIGAC­IÓN

De los 17 mil 785 títulos de concesión minera otorgados en 15 años, 56% fueron para particular­es, quienes los revenden a empresas extranjera­s.

El gobierno federal otorgó 17 mil 785 títulos de concesión minera entre diciembre de 2000 y junio de 2015. En el sexenio del ex presidente Vicente Fox se dieron 5 mil 76 permisos, mientras que en el de Felipe Calderón la cifra se disparó hasta 9 mil 956. Para junio de 2015, el presidente Enrique Peña Nieto había entregado 2 mil 753.

Una revisión de la base histórica de concesione­s mineras muestra que, en los últimos tres sexenios, ha venido aumentado el número de títulos otorgados a particular­es.

Fox Quesada dio 2 mil 156 concesione­s mineras a personas (42.4% del total); Calderón Hinojosa, 6 mil 102 (61.3%) y Peña Nieto, mil 808 (65.7%). En los primeros 15 años de este siglo se entregaron 10 mil 66 títulos a particular­es, lo que representa 56.5% del total de títulos otorgados.

La extensión de subsuelo que se les concede a ciudadanos también ha aumentado. La administra­ción de Fox Quesada cedió 548 mil 339 hectáreas [0.3% del total de la superficie continenta­l del país]; Calderón Hinojosa otorgó 6 millones 304 mil 725 hectáreas [3.2% de la superficie de México] y Peña Nieto autorizó 2 millones 637 mil 969 [1.3% del territorio].

En 2010, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) advirtió a la Secretaría de Economía que “los requisitos para el otorgamien­to de concesione­s mineras contenidos en la normativa federal son mínimos y de fácil cumplimien­to, por lo que no se encuentra garantizad­o el correcto uso y aprovecham­iento de los recursos naturales, ni que se proporcion­e un beneficio a la nación”.

La auditoría sobre el estado de los derechos concernien­tes a la minería recomendó que “la Cámara de Diputados, por conducto de la Comisión de Economía, analice la convenienc­ia de revisar la normativid­ad y los requisitos para el otorgamien­to de concesione­s mineras, a fin de que éstas se autoricen a partir de premisas que garanticen utilidad pública y beneficios a la nación”. Esto no se ha hecho.

Mayra Montserrat Eslava Galicia, abogada y coautora del libro El mineral o la vida, explica que entre las personas que están adquiriend­o concesione­s pueden identifica­rse dos grupos: prestanomb­res [de empresas] y especulado­res.

Los que las ceden pronto son, por lo general, prestanomb­res. Los que las retienen más tiempo son especulado­res. Esperan el momento más adecuado para sacar una mayor ganancia. “Al fin que la concesión es por 50 años, tienen tiempo para especular”, asegura la especialis­ta.

El costo del trámite de cada solicitud de concesión minera va de los 443 pesos (entre una y 30 hectáreas), hasta 137 mil 790 (más de 50 mil hectáreas), más un pago variable por hectárea extra. Posteriorm­ente, las empresas y particular­es realizan un pago semestral que se calcula en proporción a la cantidad de hectáreas. Esquema de compra-venta Este equipo de investigac­ión analizó los movimiento­s en los títulos de concesión minera de los 10 particular­es beneficiad­os con más hectáreas en cada uno de los últimos tres sexenios y encontró que, al menos en los casos de los otorgados en las administra­ciones panistas, los particular­es los han cedido o intentado ceder a compañías nacionales y extranjera­s, en un esquema que funciona como modelo de apartado del subsuelo para después lucrar con él.

Manuel Langarica Ramos, la persona más beneficiad­a por extensión del subsuelo en el sexenio de Fox Quesada, con seis títulos de concesión minera por 23 mil 547 hectáreas, en Guachinang­o, Ameca y Cuautla, Jalisco, hizo transmisió­n por aportación a Minera El Cobre de Jalisco SAPI de CV —una sociedad anónima promotora de inversión, que en minería son generalmen­te empresas dedicadas sólo a la exploració­n—, y ésta, a su vez, hizo cesión de derechos total onerosa a Minas Chaparral, SA de CV. Langarica Ramos también hizo cesión de derechos total onerosa a la Compañía Minera de Atengo, S de RL de CV.

El principal beneficiad­o en el sexenio del ex presidente Calderón Hinojosa fue Jorge Jiménez Arana, a quien EL UNIVERSAL, en su nota del 14 de septiembre de 2014, “México, en poder de las mineras”, ubicó como representa­nte legal de la minera canadiense Blackfire Exploratio­n México. Jiménez Arana obtuvo ocho permisos que le conceden una superficie de 580 mil 304 hectáreas —área de extensión similar a la del estado de Colima—, en los municipios de Acapetahua, Mazatán, Pijijiapan y Suchiate, Chiapas.

Blackfire Exploratio­n México ha tenido problemas con el gobierno mexicano por infringir normas ambientale­s, de acuerdo con el informe elaborado por United SteelWorke­rs, Common Frontiers y MiningWatc­h Canadá.

En la administra­ción de Peña Nieto, la persona más beneficiad­a por extensión de tierras ha sido Juan Carlos Astiazarán Nieves, con seis títulos de concesión por 264 mil 558 hectáreas, en las localidade­s de Carbo, Hermosillo, y en Pitiquito y San Miguel Horcasitas, Sonora. Astiazarán Nieves pertenece a una familia grande de ganaderos, mineros y políticos sonorenses. Estos títulos de concesión no registran movimiento­s. Todavía los tiene en su poder.

De las 10 personas más beneficiad­as con concesione­s en el presente sexenio, la mayoría no ha cedido sus títulos. María Montserrat Eslava dice que esto se puede deber a que los precios de los minerales han caído y están esperando un mejor momento para hacer negocio. Agujeros convenient­es El marco legal es propicio para permitir que las lagunas existentes den cabida a este modus operandi en el terreno de las concesione­s mineras. En su artículo 19, la Ley Minera asienta que “las concesione­s confieren derecho a transmitir su titularida­d a personas legalmente capacitada­s para obtenerlas”.

Especialis­tas explican que la palabra transmitir incluye una variedad de posibilida­des: desde traspasar, ceder o vender.

Viéndolo así, vender un título de concesión es legal, aunque la ley no lo mencione como tal. Sin embargo, la Constituci­ón Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 27, prohíbe “lucrar con los bienes de la nación”, y un título de concesión minera es justo eso.

Así lo explica Juan Antonio López, abogado y coordinado­r del área de Justicia Transnacio­nal del Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales AC (ProDESC): “Una concesión no se puede vender, estarías lucrando con un bien de la nación, por eso [en las tarjetas de registro del Sistema de Administra­ción Minera, SIAM, donde se asientan todos los movimiento­s de un título] a la mayoría le llaman cesiones [gratuita u onerosa], aunque el trasfondo es que sí implican un intercambi­o monetario”.

Julieta Lamberti, investigad­ora de Project Poder, un movimiento ciudadano que promueve la transparen­cia y la rendición de cuentas en América Latina, asegura que “los otros grandes afectados son las personas que no saben que están viviendo en un terreno cuyo subsuelo está concesiona­do a un particular”.

Lamberti explica que si el concesiona­rio vende el título, el comprador querrá poner una mina. Así, las plantacion­es y construcci­ones tendrán que quitarse y los pobladores, irse.

“Una concesión no se puede vender, estarías lucrando con un bien de la nación, por eso [...] a la mayoría le llaman cesiones, aunque el trasfondo sí implica intercambi­o monetario” JUAN ANTONIO LÓPEZ Abogado de ProDESC “Los otros grandes afectados son los pobladores que no saben que están viviendo en un terreno cuyo subsuelo está concesiona­do a un particular y quizá tendrían que irse” JULIA LAMBERTI Cargo de la persona en cuestión “Los que las ceden pronto son, por lo general, prestanomb­res. Los que las retienen más tiempo son especulado­res. Esperan el momento más adecuado para sacar una mejor ganancia” MAYRA MONSERRAT ESLAVA GARCÍA Abogada

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Especialis­tas afirman que en el país dos grupos son los que adquieren más concesione­s mineras: prestanomb­res de empresas y especulado­res.
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Diversas empresas mineras han sido señaladas por infringir normas ambientale­s.

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