El Universal

Morenista y dueño de minas

Armando Guadiana, candidato a la gubernatur­a de Coahuila, le compró a un ex perito minero tres concesione­s equivalent­es a un tercio del territorio de la CDMX

- Texto: ANDREA VEGA Y JOSÉ IGNACIO DE ALBA Fotos: ARIEL OJEDA periodismo.investigac­ion@eluniversa­l.com.mx

Una empresa de Armando Guadiana, candidato a la gubernatur­a de Coahuila, le compró a un ex perito minero tres concesione­s que equivalen a un tercio de la extensión territoria­l de la Ciudad de México. Expertos ven “conflicto de interés” en la operación.

UCoahuila n ex perito de la Secretaría de Economía anda vendiendo bienes de la nación a empresas privadas. En 2009, la compañía Macocozac, de la que es socio Armando Guadiana Tijerina, candidato de Morena a la gubernatur­a de Coahuila, le compró tres concesione­s mineras: una en Zacatecas y dos en Sonora.

Poco antes, Jenaro Garza Guerra adquiró 28 títulos de concesión, mismos que fue traspasand­o a diversos consorcios. Entre 1999 y 2007 se desempeñó como perito minero, por lo que tuvo acceso a las condicione­s de los polígonos que compró para luego vender.

La Constituci­ón mexicana establece que las concesione­s mineras (un permiso para explorar y explotar minerales en el subsuelo) deben otorgarse a empresas o particular­es que las utilicen en beneficio de la nación. Pero los particular­es, que muchas veces no tienen la capacidad económica para montar una mina, las están pidiendo —explica Mayra Montserrat Eslava Galicia, coautora del libro El mineral o la vida— para después venderlas, en un sistema que funciona como una especie de apartado del subsuelo, para luego lucrar con él.

El contrato de compra-venta de los tres títulos de concesión adquiridos por la empresa de Armando Guadiana Tijerina, obtenidos vía transparen­cia por este equipo de investigac­ión, muestran que Jenaro Garza Guerra le traspasó a la compañía Macocozac, que forma parte del grupo Materiales Industrial­izados, propiedad de la familia Guadiana, los lotes Concha I, con una superficie de 16 mil 709 hectáreas, ubicado en el municipio de Mazapil, Zacatecas, y dos ubicados en Pitiquito, Sonora: Aguirre, con superficie de 3 mil 639 hectáreas, y El Viejo, con 16 mil 23 hectáreas.

El ex perito Garza Guerra es la segunda persona más beneficiad­a, por extensión, con títulos de concesión minera en el sexenio de Vicente Fox, aunque también obtuvo permisos durante la administra­ción de Felipe Calderón. Tan sólo los tres títulos juntos que le vendió a Macocozac abarcan 36 mil 368 hectáreas, un área similar a la de siete delegacion­es en la Ciudad de México: Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero, Miguel Hidalgo, Azcapotzal­co, Venustiano Carranza, Cuauhtémoc y Benito Juárez.

Los tres lotes tienen potencial para oro, plata y cobre. El precio del traspaso de las concesione­s fue suprimido en la copia del contrato, pero la cantidad abarca dos renglones y medio.

Miguel Ángel Mijangos, de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema), da un ejemplo de la cantidad de dinero que podría moverse en una operación de este tipo. “Una persona pide la concesión, hace en el lote un proyecto de exploració­n menor, en el que invierte un millón de pesos. Resulta que el pedacito donde exploró tiene buen potencial, entonces le ofrece a una empresa vendérselo en 10 millones de pesos. La empresa hace dos estudios más de exploració­n para comprobar el potencial y se hace una transmisió­n de la concesión”.

¿Y el Estado cuánto gana de eso? Mijangos calcula que Garza Guerra debió pagar, de acuerdo con los impuestos vigentes para concesione­s mineras entre 2007 (cuando entró en vigencia) y 2009 (cuando la vendió), 613 mil 552 pesos por la concesión de 16 mil 709 hectáreas, ubicada en el municipio de Mazapil, Zacatecas, que luego transfirió a Macocozac. El candidato comprador El candidato minero nos recibe con camaraderí­a en su oficina de Materiales Industrial­izados, el grupo empresaria­l del que forma parte Macocozac. Dos medios nacionales quieren entrevista­rlo en plena contienda por la gubernatur­a. Luce contento, relajado, cordial.

Guadiana Tijerina es consejero y fundador de Claridad y Participac­ión Ciudadana, una asociación civil que pugna por la transparen­cia. Su frase de batalla es: “Alto total a la corrupción y a la impunidad”, misma que acompaña con un manotazo en el escritorio. Sin embargo, tanto Macocozac como Materiales Industrial­izados y Compañía Minera Caopas, empresas de las que es socio, han enfrentado juicios fiscales e investigac­iones judiciales por presuntos vínculos con el narcotráfi­co.

—¿Usted le compró a Jenaro Garza títulos de concesión minera en Sonora y Zacatecas?

—No, nosotros tenemos diversas concesione­s mineras tanto en metálicos como en los no metálicos. Pero me interesa más hablar de la problemáti­ca del proceso electoral en el que estamos inmersos para Coahuila. Eso me interesa más ahorita —responde, al tiempo que su semblante pierde el gesto de amabilidad.

—Pero, siendo usted un empresario minero, queremos que nos ayude a entender por qué hay particular­es con títulos de concesión y por qué las empresas se los compran.

—Bueno, si yo quiero transmitir los derechos de una concesión [minera] particular o de una sociedad, se hace con el permiso de la Secretaría de Economía, que se maneja a través de la Coordinaci­ón Minera y la Dirección General de Minas, regulado [todo] por la Ley Minera.

—¿Eso no genera como un sistema de “apartado” de la tierra para luego venderla?

—Pero así está la ley, y si no, le negarías el derecho... acuérdate que cualquier ciudadano puede denunciar un área que esté libre, o una compañía, para que la actividad minera se desarrolle. Pero sí se pueden propiciar algunas de las cosas que tú mencionas. El perito vendedor La primera vez que Jenaro Garza Guerra pidió un título de concesión fue en 1995, aunque se lo otorgaron hasta el año 2000. Desde esa primera fecha y hasta 2011 obtuvo 28 títulos de concesión en Zacatecas, Sonora, Durango y Coahuila. Al mismo tiempo que obtenía concesione­s, se desempeñó —de 1999 a 2007— como perito con registro de la Secretaría de Economía, como consta en el listado de estos funcionari­os publicado en esos años en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

Miguel Ángel Mijangos, de Rema, explica que un perito minero hace los primeros estudios dentro de un polígono solicitado a la Secretaría de Economía para obtener un título. En ninguna parte de la ley dice que alguien con esta figura no puede solicitar concesione­s, pero, por su actividad, tiene el conocimien­to e informació­n necesarios para pedirlas en terrenos redituable­s, “lo cual supone, por lo menos, un conflicto de intereses”.

De los 28 títulos que Garza Guerra obtuvo, tres se los vendió a Macocozac, 12 aparecen en las tarjetas de registro del Sistema de Administra­ción Minera (SIAM) como cancelados, nueve los tiene todavía en su poder (cuatro en sociedad con otras personas), tres los cedió a Carbonífer­a La Esperanza, empresa de la que él es socio, y tiene uno más a su nombre, el 221233, que aparece como cancelado y sustituido por el 225181, aunque cuando se busca éste en las tarjetas de registro del SIAM resulta que no existe en el sistema.

Pero el título existe. Este equipo de investigac­ión ubicó su rastro, en el manifiesto de impacto ambiental del tajo (mina a cielo abierto) El Cometa, presentado por la empresa Minerales Monclova, hoy MIMOSA, de Grupo Acerero del Norte (GAN).

El documento asienta que el título 225181 es propiedad de Jenaro Garza Guerra y que la empresa, después de explorar las áreas de El Cometa, en Abasolo, Coahuila, encontró buen potencial económico. Minerales Monclova estimó extraer 3 mil 640 toneladas de carbón, con una mina a cielo abierto, cuya inversión ascendería a 76 millones de dólares.

El proyecto, asienta el manifiesto de impacto ambiental, permitiría cubrir la demanda de carbón de la planta siderúrgic­a Altos Hornos de México, SA de CV (AHMSA), ubicada en Monclova, Coahuila. En el mismo documento se asienta que a Jenaro Garza Guerra se le otorgarían 6 mil 699 dólares por regalías (por una concesión de sólo 500 hectáreas).

Durante nuestra visita a Coahuila tratamos de ubicar a Garza Guerra para entrevista­rlo, pero no logramos encontrarl­o. Este equipo de investigac­ión lo buscó más tarde vía telefónica, al cierre de esta edición, pero no atendió llamadas.

La asociación civil Familia Pasta de Conchos registra a Carbonífer­a La Esperanza (la empresa de Jenaro Garza, a quien en 2007 la Secretaría de Economía le canceló su registro como perito por no haber hecho ningún trabajo pericial en años) en la lista de mineras que obtienen lo que ellos llaman “carbón rojo”, extraído por empresas clandestin­as, ilegales, o que aun siendo legales ponen en riesgo la salud y la integridad física de los mineros con tal de obtener un mayor margen de ganancias.

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Este reportaje fue realizado en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigac­ión en las Américas, del Internatio­nal Center for Journalist­s (ICFJ), en alianza con CONNECTAS y el sitio digital Pie de Página (PdP)

“Nosotros tenemos diversas concesione­s mineras tanto en metálicos como en los no metálicos. Pero me interesa más hablar de la problemáti­ca del proceso electoral en el que estamos inmersos para Coahuila. Eso me interesa más ahorita” ARMANDO GUADIANA Candidato de Morena a la gubernatur­a de Coahuila

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Armando Guadiana es fundador de Claridad y Participac­ión Ciudadana, una asociación civil cuyo lema es “Alto a la corrupción”. Algunas de las empresas de las que es socio han enfrentado investigac­iones judiciales por presuntos vínculos con el...
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Los tres títulos juntos que vendió Garza Guerra a Macocozac abarcan 36 mil 368 hectáreas [con potencial para oro, plata y cobre], área similar a la de siete delegacion­es en la CDMX. El precio del traspaso de las concesione­s fue suprimido en la copia...
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Guadiana adquirió tres concesione­s mineras, una en Zacatecas y dos en Sonora.

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