ANÁLISIS
De acuerdo con el Índice de Competitividad Estatal 2016 del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el cual mide la capacidad de las entidades de la República para forjar, atraer y retener talento e inversiones, son cinco los estados más competitivos de nuestro país: Ciudad de México, Aguascalientes, Nuevo León, Colima y Querétaro, representando así las entidades con mayor productividad para la economía y bienestar para sus habitantes. Roberto Reyes Rico
Bajo esta premisa, Nuevo León se ha destacado por su vocación competitiva y por ser generador de empresas, abierto a la innovación basada en su robusta infraestructura educativa, tanto técnica como profesional y teniendo presente la responsabilidad social.
Tan solo Monterrey y su área metropolitana es la segunda urbe del país con más de un millón de habitantes que mejor combina la competitividad y el desempeño ambiental, según el Índice de Ciudades Competitivas y Sustentables (ICCS, año 2015) realizado por Banamex.
Ejemplo de ello son varias empresas de tradición, fundadas en el estado y que se destacan por ser de las más sustentables en México: Cemex, Alfa, FEMSA y Arca, por mencionar algunas. Esto no es sorpresa, ya que como bien lo menciona la Secretaría de Economía en el informe estatal 2015, Nuevo León se encuentra en la lista nacional de los estados que más le apuestan a innovar, lo cual se respalda en el análisis de la consultora ARegional, en el que se menciona que el empresariado neoleonés destina 2 mil 544 pesos a la innovación tecnológica para negocios de alto valor, superando en más de tres veces la media nacional de 870 pesos.
Aunado a esto, en febrero pasado y durante la presentación de la Agenda Estatal de Innovación de Nuevo León, Enrique Cabrero, director general del Conacyt mencionó que si sumamos todas las aportaciones del Conacyt en 2016, sin duda alguna podemos decir que Nuevo León se encuentra entre las dos entidades más importantes en cuanto a temas de innovación se refiere; la otra, confirmó, es la Ciudad de México.
El reto es que el espíritu innovador se reproduzca en todo el país y con el antecedente de lucha constante en entidades como Nuevo León y la Ciudad de México, a lo cual se le suma una nueva generación de jóvenes entusiastas motivados a innovar, el resultado debe ser que en todo México se propicie la creación de nuevas soluciones para las diferentes y actuales problemáticas de la nación.
En particular, serían bienvenidas propuestas robustas e inteligentes en temas relacionados con la gestión de la calidad del aire; las metrópolis requieren inmediata atención y un ejemplo de ello sería buscar alternativas ecológicas para la operación de las rutas del transporte urbano, que de concretarse generarían alto valor de forma inmediata.
Es cierto que este año ha demostrado ser complejo, lleno de cambios, retos, oportunidades y también turbulencias, en especial para quien no esté preparado. Sin embargo, en el IMEF percibimos que hay oportunidades en diferentes regiones del país y debemos estar listos con mecanismos ya armados en la economía, para afrontar, proponer, gestionar y ejecutar las buenas prácticas en lo que a negocios se refiere
Sin duda alguna, los cimientos están puestos para enfocarnos en innovar, no sólo con el potencial de ideas que existen en nuestro país, sino en especial en las entidades que se han distinguido por su competitividad. Para ello es importante alinear los intereses del sector público, la iniciativa privada, la academia y la ciudadanía para concretar un trabajo conjunto.
En conclusión, para el IMEF es importante la generación y fortalecimiento de negocios de alto valor, lo cual va de la mano del desarrollo de la innovación. Más allá de palabras o documentos de intención, debemos enfocarnos en actuar donde los negocios encuentren un bien mayor y no sólo cuiden intereses particulares. De allí que cuando las empresas de todo el país ejecuten buenas e incluyentes prácticas, sabremos que los esfuerzos como sociedad habrán valido la pena.