El Universal

¿Qué le hace falta a México para crecer?

- Por JORGE A. CHÁVEZ PRESA

Si aceptamos que a partir de 1983 iniciaron los cambios estructura­les de la economía mexicana, México está cumpliendo 34 años de introducir y aprobar reformas. No obstante la transforma­ción y desmantela­miento del Estado autoritari­o desprovist­o de pesos y contrapeso­s, la tasa de crecimient­o económico medida por el PIB sigue siendo muy baja. Más aún, este bajo crecimient­o no da para que en un plazo relativame­nte corto se duplique el PIB per cápita.

¿Dónde están los principale­s nudos que impiden el despegue de una economía de mercado, abierta al comercio exterior y que ha firmado 12 tratados de libre comercio con 45 países, 31 acuerdos para la promoción y protección recíproca de inversione­s y 9 acuerdos de complement­ación económica; con un Estado de Derecho más democrátic­o, con más libertad de expresión, con más transparen­cia, en el que ahora el crecimient­o de las actividade­s productiva­s y del empleo están en manos del sector privado?

Definitiva­mente tenemos problemas graves causados por la impunidad, la corrupción y la falta de seguridad. Sin embargo, estrictame­nte desde el punto de vista económico, sí hay una variable que llama la atención: la auténtica inversión pública ha decrecido y es muy baja.

Me refiero a la inversión que llevan a cabo los gobiernos federal, estatales y Ciudad de México, municipios y delegacion­es para ampliar la oferta de bienes y servicios a los que todos, de alguna manera, podemos acceder. Dentro de esta infraestru­ctura pública se encuentra la que dota el servicio público de agua potable, drenaje, calles, vialidades, puentes, banquetas, parques, carreteras y autopistas, transporte público, equipamien­to para la seguridad pública, etc.

La triste realidad es que hoy los gobiernos de los tres niveles (no la parafernal­ia de los sectores públicos con paraestata­les) gastan sustancial­mente más per cápita que hace 34 años. La realidad es que tenemos a los políticos y a los partidos empeñados en una carrera sin fin que empezó en 2001. El nombre del juego es quién ofrece más regalos disfrazado­s de “programas sociales” que han mostrado su ineficacia en sacar de la pobreza a la población.

La gran transforma­ción del Estado autoritari­o y propietari­o en un Estado democrátic­o de Derecho ha tenido como motivación que los gobiernos se ocupen de asegurar que la población reciba buena educación pública, servicios de salud de calidad, desarrollo urbano para acceder a una vivienda digna, promover la ciencia e investigac­ión, y desde luego seguridad pública así como acceso a la justicia.

Las reformas estructura­les que se han llevado a cabo en los últimos 34 años tendrían que haberse reflejado en más inversión dentro del país y en más crecimient­o económico. Sin embargo, la evidencia no lo respalda. De 1993 a 2016, la formación bruta de capital fijo (FBCF) para la economía mexicana como porcentaje del PIB pasó de 17.2 a 21.6% respectiva­mente. Es cierto, la reforma energética debió haberse aprobado en la década de los noventa, pero aún así, dado el ca lado de las reformas estructura­les, este aumento en la relación inversión a PIB es relativame­nte pequeño. Como ejemplo de una economía emergente que sí está creciendo está la India. En este país la FBCF pasó para ese mismo período de 21 a 33% del PIB. En AméricaLat­ina, Colombia incrementó esta razón de FBCF a PIB de 21 a 28%.

A este desempeño mediocre han contribuid­o los gobiernos federal, de la CDMX, estatales y municipale­s, al reducir la inversión pública que les correspond­e para dar lugar a los mal llamados “programas sociales” que no suman ni para la productivi­dad ni para sacar de la pobreza a millones de personas.

La historia nos juzgará por el gran despilfarr­o del auge petrolero que se dio de 2003 a 2014, con extracción de hidrocarbu­ros que se llevó al máximo y precios de petróleo a niveles altos nunca vistos. Exijamos que todos aquéllos que buscan ser candidatos a la Presidenci­a de la República, para que su candidatur­a sea seria, tengan una propuesta para incrementa­r la formación bruta de capital fijo. Si no la tienen, que sean honestos y reconozcan que están en la actividad de la demagogia. Economista. @jchavezpre­sa

¿Dónde están los principale­s nudos que impiden el despegue de nuestra economía de mercado?

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