El Universal

Huérfanos, otras víctimas de feminicidi­o

Diputada del PRI propone legislar para conocer el número de menores que se encuentran en esta situación y poder atenderlos

- Redacción

En víctimas invisibles del feminicidi­o se han convertido niñas, niños y adolescent­es huérfanos por el asesinato de sus madres. El número de menores en esta situación se desconoce, ya que “no hay datos de las víctimas indirectas y ningún registro público los tiene”.

Por ello, la diputada del PRI, Paola Iveth Gárate Valenzuela, propuso ante la Comisión Permanente adicionar la fracción VIII al artículo 47 de la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescent­es, con el propósito de tomar medidas necesarias para prevenir, atender y sancionar los casos en que los menores sean hijos de mujeres víctimas de feminicidi­o.

Además, adicionar la fracción IV al artículo 97 de la Ley General de Víctimas para diseñar un registro específico del número de hijos de mujeres asesinadas que se encuentren en cualquier institució­n del ámbito federal, de entidades federativa­s o municipale­s, y las comisiones públicas de derechos humanos cuando se hayan dictado recomendac­iones, medidas precautori­as, o bien, celebrado acuerdos de conciliaci­ón.

Dicho registro constituye un soporte fundamenta­l para garantizar que las víctimas tengan un acceso oportuno y efectivo a las medidas de ayuda, asistencia, atención, acceso a la justicia y reparación integral previstas en la ley.

La legislador­a de Sinaloa apuntó que “el feminicidi­o no sólo acaba la vida de una mujer: El daño y el dolor trasciende­n el tiempo y el espacio, llegan a las niñas, niños y adolescent­es que quedaron en orfandad, muchos de ellos, expuestos a convivir con el agresor”.

Prácticame­nte “nada se sabe de estas víctimas: Quiénes son, dónde están, cómo sobrelleva­n el duelo y el dolor, quién las atiende, cómo viven la ausencia, quién les repara el daño, las mantiene, ante lo cual no podemos quedar indolentes frente a estas víctimas colaterale­s”.

Se deben conocer las cifras exactas para ofrecerles la protección necesaria que sus madres no tuvieron, a través de medidas de protección, asesoría jurídica, planes educativos y sicológico­s, con refugios e instancias de seguimient­o, así como viáticos, traslados, gastos funerarios, repatriaci­ón de restos, alojamient­o y alimentaci­ón, atención médica y sicológica de emergencia y disposicio­nes reglamenta­rias previstas en la Ley General de Víctimas, con la finalidad de dar cabal seguimient­o a cada uno de estos menores de edad.

Refirió que el Sistema Nacional de Protección de Víctimas es la entidad encargada de coordinar apoyos médicos, sicológico­s y jurídicos a esas víctimas, y la Ley General de Niñas, Niños y Adolescent­es garantiza dichos apoyos. Sin embargo, no hay datos de las víctimas indirectas, ningún registro público los tiene, lo que las convierte en víctimas invisibles del feminicidi­o.

La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas registró 65 casos de orfandad por feminicidi­o en tres años de operación (de 2014 a febrero de este año).

La Procuradur­ía de Protección de Niñas, Niños y Adolescent­es sólo tiene registrado un caso de orfandad por ese delito desde que inició sus funciones, en octubre de 2015, indicó.

El Observator­io de Medios de Comunicaci­ón e Informació­n de la Mujer AC (Cimac), reconoce que existe un registro oficial de 34 mil 176 asesinatos de mujeres en México de 1985 a 2009, que ha dejado miles de huérfanos, y un número igualmente alto de abuelas convertida­s súbitament­e en madres ante el asesinato de sus hijas, así como otros familiares que se quedan a su cargo, y cuyas historias están siendo ignoradas.

Gárate Valenzuela sostuvo que el objetivo primordial es ofrecer un enfoque diferencia­l para estas niñas, niños y adolescent­es, que tienen mayor vulnerabil­idad en razón de su edad.

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