El Universal

Tenemos que curar al sistema de salud

- Por MARGARITA ZAVALA Abogada

Estas semanas las he dedicado a apoyar las campañas en las que participa el PAN. La última semana estuve en Veracruz, Torreón, Saltillo, Toluca, Xalisco, Tepic y Naucalpan. El sábado en Tepic me reuní con médicos, enfermeras y trabajador­es de la salud; escuché sus historias y preocupaci­ones. Al igual que en otros estados, ellos viven con incertidum­bre, indignació­n y miedo. Incertidum­bre porque ya van varias quincenas que no les pagan su sueldo. Hay cerca de 300 enfermeras nayaritas que llevan nueve quincenas sin cobrar, ¿se imaginan la preocupaci­ón? ¿Cómo sacas adelante a tus hijos cuando llevas tanto tiempo trabajando sin que te paguen?

La indignació­n viene cuando uno escucha porqué no les pagan: por la corrupción. Gobernante­s y funcionari­os han usado el dinero de la salud para comprar votos y engordar sus cuentas bancarias. Ejemplos hay muchos, en Nayarit me dijeron que al secretario de Salud le dio por ser empresario y construir un hospital privado. Me contaron que clientes no le faltan, pues con gran “visión de negocios” decidió que el sector salud subrogue servicios, ¡a su propio hospital! Y es que cuando el fiscal del estado es el principal capo del narcotráfi­co, ser funcionari­o y sostener tu hospital privado con dinero público les debe parecer una actividad respetable. A ese grado se han borrado los límites éticos.

En Nayarit, en Coahuila, en Veracruz, en el Estado de México y en todo el país escucho historias que confirman una verdad: la corrupción mata. Mata al abuelo que no recibió buen tratamient­o. Mata al hijo al que no pudieron comprarle medicament­os. Mata a la esposa a la que no se le detectó a tiempo el cáncer por falta de aparatos. Mata a quien se infectó porque no hay dinero que se utilice para limpiar un hospital o una clínica. Y esto hace que la gente también viva con miedo. ¿Se imaginan el miedo de una madre que lleva a su hijo enfermo de cáncer a las quimiotera­pias y escucha que en Veracruz dieron agua destilada en lugar de la medicina? ¿Se imaginan la angustia de no saber qué le están inyectando a un hijo? ¿Se imaginan el miedo cuando el doctor te dice que necesitas comprarle a tu padre una prótesis que equivale a cuatro meses de tu sueldo?

¿Qué hacer? ¿Cómo curar a nuestro sistema de salud? Días atrás me reuní con varios expertos en salud pública para desarrolla­r propuestas. Lo primero es lograr menores tiempos de espera y un mejor trato en los hospitales. No basta con construir hospitales nuevos —muchas veces sin médicos ni equipo— para la foto en el informe del “señor gobernador”. Tenemos que asegurarno­s que los que ya existen estén preparados para dar el servicio que se necesita.

Lo segundo es garantizar que todos los hospitales y clínicas del país cuenten con los medicament­os y el equipo que necesitan los pacientes en tiempo y forma. Esto exige una sacudida muy fuerte de los sistemas de compra de medicament­os y equipo médico a todos los niveles para desmantela­r redes de corrupción y abuso, especialme­nte en los sistemas estatales. Ni un peso más a empresas fantasma ni hospitales propiedad de políticos y funcionari­os corruptos.

Finalmente, tenemos que avanzar en la portabilid­ad de las diferentes institucio­nes de salud pública. Es injusto que una madre tenga que llevar a su hijo enfermo a un hospital que le queda a horas de su casa porque la clínica más cercana es de otro organismo. Tenemos que lograr un modelo en el que cada persona pueda atenderse donde mejor convenga a su familia y que esa atención sea humana, digna y adecuada.

La corrupción es el virus que ha infectado al sector salud y hay que erradicarl­o ya. Tenemos que curar a nuestro sistema de salud, dejar atrás la simulación y las mentiras y poner en el centro al ciudadano. El gobierno no está para servirse: está para servir.

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