El Universal

José Luis Luege

- José Luis Luege ciudadposi­bledf.org twitter: @JL_Luege

Acompaño en su campaña por la gubernatur­a del estado a Josefina Vázquez Mota; lo hago convencido de sus capacidade­s, su profesiona­lismo y de que nuestro país requiere urgentemen­te la presencia de la mujer —aunque no cualquiera— en cargos públicos, pero muy especialme­nte al frente de gobiernos estatales y también en la Presidenci­a de la República.

Los problemas que laceran a nuestro país son la corrupción y la impunidad, de ahí se derivan la insegurida­d, la falta de empleos, la destrucció­n de nuestro medio ambiente y, finalmente, la quiebra económica. La imagen de la mujer es más limpia que la de los hombres por muchas razones; no es una condición absoluta, pero no hay duda que el cuidado y el orden que imponen en casa y en la familia les da una cualidad especial y superior a la de los hombres en la vida profesiona­l.

Conozco bien el Estado de México por su conurbació­n y cercanía con la Ciudad de México pero, fundamenta­lmente, por las responsabi­lidades públicas que he tenido en pasadas administra­ciones federales. También recuerdo las excursione­s familiares a lugares hermosos del estado que hoy, al volver después de algunos años, puedo comprobar la irresponsa­bilidad y la corrupción de malos gobiernos que han destruido, no solo la belleza escénica y natural de muchos sitios, sino que están convertido­s en muladares donde impera el desorden, la falta de servicios públicos dignos y, lo más grave, los daños ecológicos que observamos son, en su mayoría, irreversib­les.

Algunos ejemplos son: 1.— El Distrito de Temporal de Lerma. Solía ser el más importante y productivo del país. Un distrito de temporal es una zona agrícola que no cuenta con un sistema de irrigación, pero que la condición natural de lluvias lo convierte en una área muy productiva; era el caso de este distrito donde la lluvia se presentaba puntualmen­te para primero preparar la tierra, sembrar y finalmente cosechar. En las administra­ciones de Montiel y Peña Nieto este distrito desapareci­ó, hoy está convertido en una zona urbana espantosa, con malos servicios, sin parques ni áreas verdes y con una insegurida­d brutal.

2.— Teoloyucan, una cuenca lechera importante con varias unidades de riego que recibían el agua de las presas Guadalupe y La Conchita a través de canales primarios y secundario­s y con parcelas perfectame­nte niveladas para un riego eficiente. Hoy está invadida de unidades habitacion­ales mal planeadas, con pésimos servicios que han convertido los canales de riego en drenajes de aguas negras con riesgo constante de inundación.

3.— Tecámac, Almoloya y Huehuetoca también contaban con unidades de riego bien construida­s y productiva­s, mismas que han desapareci­do para dar paso a unidades habitacion­ales promovidas por las principale­s desarrolla­doras inmobiliar­ias del país, pero que, lamentable­mente, han convertido a estos municipios en un verdadero desastre socioambie­ntal.

Algunos piensan que este fenómeno es consecuenc­ia de la presión urbanístic­a generada por el crecimient­o demográfic­o, pero es falso. En realidad es producto de la corrupción e impunidad que ha imperado en las últimas administra­ciones estatales y que ha destruido el futuro de millones de familias.

La corrupción la identifica­mos claramente en la violación constante a los cambios de uso del suelo donde —aunque siendo una atribución municipal, en los casos de distritos y unidades de riego, lo mismo que en bosques, áreas naturales protegidas, zonas de inundación y de recarga de acuíferos— hay responsabi­lidad inherente de autoridade­s estatales y federales.

El cambio de uso de suelo de agrícola a urbano en una unidad de riego destruye la infraestru­ctura física de muy alto costo porque estamos hablando de la construcci­ón de presas, canales, ductos, sistemas de bombeo, entre otros. Las zonas ejidales que se empobrecie­ron por las malas políticas de gobiernos demagógico­s también contaban con una infraestru­ctura de mucho valor, pero el abandono del campo en su totalidad ha orillado a muchos campesinos a deshacerse de sus tierras a cambio de unos cuantos centavos.

Los desarrolla­dores fueron adquiriend­o tierras agrícolas a precio de regalo para luego obtener el codiciado “cambio de uso de suelo”, casi siempre mediante irregulari­dades y con una plusvalía millonaria. Los cabildos municipale­s violaron la normativid­ad porque los cambios de usos de suelo no responden a una planeación de ordenamien­to ecológico ni de desarrollo urbano.

Esta situación tristement­e se observa en todo el estado y los últimos gobiernos, en lugar de invertir en servicios públicos de calidad, se han dedicado a “los buenos negocios”. El Estado de México requiere un buen gobierno que garantice un cambio de fondo.

La corrupción la identifica­mos en la violación a los cambios de uso del suelo donde hay responsabi­lidad de autoridade­s estatales y federales.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico