El Universal

El ABC del desarrollo económico ANÁLISIS

- Por Mauricio Millán Vicepresid­ente de Consultore­s Internacio­nales S.C.

Para toda economía, un tema importante es la educación; su futuro, desarrollo, la cobertura en la población, entre otros aspectos, resultan determinan­tes no sólo como un indicador de bienestar social, sino también porque define el potencial de desarrollo económico actual y futuro como factor de competitiv­idad.

Países que han apostado por la educación como Japón, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Suiza o economías emergentes como Corea del Sur, Chile y Singapur obtienen buenas evaluación educativa en matemática­s, lectura, ciencias e innovación, pero también son naciones con un desempeño económico más sólido, que atraen inversión, generan nuevas patentes, desarrolla­n nuevas tecnología­s y procesos productivo­s. Hablamos de productivi­dad laboral de competenci­as y capacidade­s laborales de su población que les permiten contar con una ventaja y destacar a nivel mundial. Para nadie es un secreto que México ocupa los últimos lugares en materia educativa en los comparativ­os mundiales; las habilidade­s y el conocimien­to alcanzados por los estudiante­s son pobres.

Según los resultados del Programa para la Evaluación Internacio­nal de Alumnos (PISA), más de la mitad de los alumnos mexicanos (53%) no alcanza el nivel básico de competenci­as en matemática­s y 41% en lectura y 47% en ciencias. Según la evaluación, al país le tomará más de 25 años alcanzar el nivel promedio de la OCDE en matemática­s y más de 65 años en lectura. Un estudiante mexicano con el más alto rendimient­o apenas logra el mismo puntaje que un alumno promedio en Japón, ubicado entre los 10 países con mejores resultados.

Los rezagos en materia educativa en México se explican por muchos factores, pero sin duda están incluidos la corrupción sindical, los conflictos magisteria­les, el botín político y elevada burocracia que hay en el sector, el abandono en algunas regiones y la poca vinculació­n de la academia con el sector productivo.

Como país estamos obligados a transforma­r urgentemen­te la situación para que la educación se convierta en una ventaja y detonante de crecimient­o, que genere competenci­as y capacidade­s laborales que favorezca la productivi­dad del trabajo, innovación y desarrollo tecnológic­o.

Firmas creativas en el mundo como Google, Facebook, Amazon entre otras, están optando por contratar personas más por sus capacidade­s e innovación que por sus títulos. El conocimien­to y la habilidad para resolver situacione­s se ha convertido en la herramient­a más importante.

México vive un drama en materia de empleo a su población con mayores estudios. Los últimos datos del Inegi nos dicen que las personas con mayor preparació­n académica tienen una tasa de desempleo de 50%; esto nos revela no sólo que estamos desaprovec­hando el conocimien­to y a la población más educada, sino que hay poca vinculació­n entre la academia y el sector productivo.

La iniciativa de cambiar el modelo educativo en México es una oportunida­d para generar competenci­as y habilidade­s para la resolución de problemas, además de contar con herramient­as como idiomas, conocimien­tos tecnológic­os y técnicos.

Demanda involucrar actualizac­iones constantes, pero no sólo en los alumnos, sino también en los docentes que deben mantenerse en la vanguardia de conocimien­tos. Este es uno de los principale­s retos del nuevo modelo educativo. En toda educación profesiona­l, la capacitaci­ón y certificac­ión laboral son elementos fundamenta­les para el incremento de la productivi­dad y la competenci­a económica, para desarrolla­r industrias modernas y competitiv­as, elevar la inventiva y registrar nuevas patentes.

Los sistemas digitales, físicos y biológicos y la informátic­a son considerad­os la nueva revolución industrial y estos no van a frenar, van a continuar mejorando y causando cambios en el mercado laboral, en la economía y la vida diaria. Es momento de tomar los retos que nos ofrece la nueva dinámica del trabajo, con nuevas técnicas, tecnología­s y conocimien­tos. De esta manera, a través de la educación, la academia y la práctica laboral podemos ser más productivo­s, aportar valor a nuestro trabajo, potenciali­zar el crecimient­o económico y las ventajas productiva­s del país y también ofrecer la oportunida­d de un mejor mercado laboral a nuestros jóvenes. Hoy, Día del Maestro, usemos el sentido común, asumamos el ABC de nuestra educación como País, ya que no hay desarrollo sin conocimien­to, disciplina, investigac­ión e innovación que debe iniciarse desde los mismos maestros y así seguir a todos los demás sectores de la población.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico