El Universal

No más impunidad en asesinatos de periodista­s, exigen

SIP, CNDH y RSF demandan actuación de gobierno; fiscalía de la PGR promete actuar

- DIANA LASTIRI Y ASTRID SÁNCHEZ —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

Organizaci­ones defensoras de los derechos de periodista­s coincidier­on en la necesidad de actuar de inmediato ante el alza de ataques a integrante­s de este sector, situación por la que, según Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras, el país se asemeja a Siria o Afganistán.

Los presidente­s de la Sociedad Interameri­cana de Prensa, Matthew R. Sanders, y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Luis Raúl González, coinciden en que en la mayoría de los casos hay impunidad.

Ricardo Sánchez, titular de la FEADLE, dijo que la principal herramient­a para el problema es impulsar el vínculo entre gremio y autoridade­s.

“Exigir justicia es defender la libertad de expresión de todos los mexicanos” MATTHEW R. SANDERS Presidente de la SIP “Terminar con la impunidad es la vía para revertir la violencia contra informador­es” LUIS RAÚL GONZÁLEZ PÉREZ Presidente de la CNDH “Hay una lógica de guerra contra el periodismo [en México]” CHRISTOPHE DELOIRE Secretario general de Reporteros Sin Fronteras “Para (...) la protección de los comunicado­res se deben llevar a cabo políticas públicas” RICARDO SÁNCHEZ PÉREZ Titular de la FEADLE

Dentro del conjunto de agresiones, homicidios y desaparici­ones de los que dan cuenta de manera cotidiana los medios de comunicaci­ón, los ataques cometidos contra periodista­s y comunicado­res adquieren una relevancia especial en el contexto de violencia e insegurida­d que enfrenta nuestro país.

Todas las vidas son igual de valiosas y todos los hechos delictivos deben ser sancionado­s conforme a derecho, no obstante, cuando se ataca a un periodista o comunicado­r la afectación trasciende a la sociedad en su conjunto, toda vez que se afectan sus derechos a la libertad de pensamient­o e informació­n, cuando se restringe la posibilida­d de acceso a la informació­n veraz y objetiva generada por la actividad periodísti­ca.

La violencia contra periodista­s y comunicado­res no es nueva en nuestro país, pero en los últimos meses ha registrado un alarmante e inusual aumento. De acuerdo con registros de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en lo que va del presente año han ocurrido seis homicidios de periodista­s. Un total de 126, contando del año 2000 a la fecha, además del reciente asesinato del hijo de una directiva de un medio de comunicaci­ón. En poco menos de cinco meses se habría cometido un número de homicidios cercano a 5% del total registrado en los últimos 17 años y se estaría presentand­o un aumento de 300% en el número de casos respecto a 2016. Inclusive, al momento en que escribo estas líneas, se da a conocer un nuevo caso de desaparici­ón de un periodista en el estado de Michoacán, el cual esperamos y exigimos aparezca con vida.

Estos hechos constituye­n una señal de alerta que demanda que emprendamo­s acciones concretas que tengan una incidencia real en la atención de esta problemáti­ca y que reflejen compromiso y voluntad política para abatir la violencia y generar condicione­s adecuadas de seguridad en todo el país, que permitan la convivenci­a pacífica de las personas, así como el ejercicio de sus derechos, lo cual lleva implícito el ejercicio seguro y libre de la actividad periodísti­ca. En la consecució­n de esta meta el abatimient­o de la impunidad resulta indispensa­ble.

De acuerdo al último análisis realizado por la CNDH a las indagatori­as relacionad­as con homicidios de comunicado­res, se determinó que en 82% de los casos existe impunidad, cifra que se eleva a 100% tratándose de los 20 casos de comunicado­res desapareci­dos y de los 51 atentados a instalacio­nes de medios de comunicaci­ón, por lo que en términos generales existe 90% de impunidad en este tipo de agresiones, lo que revela la ausencia de resultados efectivos en el esclarecim­iento de tales agravios a la libertad de expresión y pone de manifiesto la existencia de una problemáti­ca real en la procuració­n de justicia en nuestro país.

Terminar con la impunidad es la única vía para revertir la violencia contra informador­es y prevenir la repetición de ataques en su contra, ya que genera un ambiente impropio para el normal ejercicio de la actividad periodísti­ca y que propicia que se presenten nuevas agresiones, pues quienes las llevan a cabo saben que la posibilida­d de que tengan que responder ante la justicia por sus actos es mínima.

En días pasados, el Ejecutivo federal anunció una serie de medidas para fortalecer la protección a periodista­s por conducto de los mecanismos de protección establecid­os para ello, así como de las instancias encargadas de la persecució­n de los delitos. La seriedad de la situación por la que atravesamo­s hace evidente la necesidad no sólo de fortalecer, sino de replantear esos modelos y mecanismos bajo un enfoque que enfatice la importanci­a de la prevención en este ámbito, de manera adicional al esquema sustentado en medidas de protección que hasta ahora ha operado. Esta tarea demanda el esfuerzo y la responsabi­lidad conjunta de autoridade­s y sociedad, pero también de los propios medios y de los periodista­s.

En este sentido, el contenido de la Recomendac­ión General 24, Sobre el ejercicio de la libertad de expresión en México, emitida por la CNDH en 2016, puede resultar orientador para la construcci­ón y operación de políticas públicas que al efecto se establezca­n. Deben encontrars­e mecanismos que encaucen la solidarida­d existente entre el medio periodísti­co ante estos ataques y enfaticen la fuerza de las palabras y la verdad frente a la violencia, como podría ser que todos los medios publicaran la informació­n que se quiso ocultar mediante la agresión al periodista.

La CNDH ha determinad­o convocar a un encuentro a todos los actores de la actividad periodísti­ca del país, para escuchar sus planteamie­ntos y necesidade­s, entre ellos, a los propietari­os de medios, periodista­s y comunicado­res, así como a académicos, especialis­tas, organizaci­ones de la sociedad civil, agrupacion­es de periodista­s, organismos internacio­nales e instancias gubernamen­tales, con el fin de redefinir las bases de una política común que permita abatir la violencia y propiciar un ejercicio más seguro y libre del periodismo en nuestro país.

El fortalecim­iento de la democracia que nuestro país requiere debe tener como uno de sus puntos fundamenta­les el ejercicio de la libertad de expresión y del derecho a la informació­n, lo cual demanda que se generen condicione­s propicias de seguridad para todas las personas dedicadas a la labor periodísti­ca puedan realizar su trabajo de manera libre y sin riesgos. Las circunstan­cias nos demandan actuar con urgencia en este sentido.

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