El Universal

Hurto a Pemex: colusión de muchos

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En el robo de combustibl­e a los ductos de Pemex, que ha hecho su bastión en la zona conocida como Triángulo Rojo, en Puebla, no pueden llamarse responsabl­es únicamente los que recolectan la gasolina en bidones y luego la venden. Se trata de un ilícito en el que interviene­n también otros actores que deben investigar­se: desde los empresario­s propietari­os de gasolinera­s, que adquieren clandestin­amente el energético, hasta trabajador­es de Petróleos Mexicanos y autoridade­s. Si el objetivo es terminar con esa práctica, el combate debe ser a todos los involucrad­os. Por ahora las acciones indican que se transita en ese sentido. Las indagatori­as federales y estatales revelan la presunta colusión de presidente­s municipale­s de cuatro poblacione­s: Palmar de Bravo, Quecholac, Tecamachal­co y Cuyoaco. Como primera autoridad, los alcaldes deben atacar los delitos que se cometen en sus demarcacio­nes o denunciarl­os ante las instancias estatales o federales, si se trata de ilícitos que rebasen su capacidad.

Dos de los investigad­os son al mismo tiempo empresario­s y cuentan con estaciones de venta de gasolina. De comprobars­e su culpabilid­ad, formarían parte de un negocio impúdicame­nte redondo: el total de las ganancias por la venta del combustibl­e iría directamen­te para sus bolsillos, con afectación principal a toda la cadena de producción y especialme­nte a las finanzas nacionales, pues el costo del hurto se ha estimado en miles de millones de pesos al año.

Como pocas veces se ha visto en la historia de México, seis instancias federales forman parte de un grupo de trabajo interinsti­tucional para combatir el robo de hidrocarbu­ros: Petróleos Mexicanos, Procuradur­ía General de la República, Secretaría de Hacienda, la Marina, la Defensa y Gobernació­n. Abordar la arista económica por medio de la autoridad hacendaria es una de las madejas que siempre debe jalarse para tratar de afectar la operación del crimen organizado. ¿Cómo se explica que haya gasolinera­s que dejaron de comprar combustibl­e a Pemex y sigan operando? ¿O que adquieran cierta cantidad de combustibl­e y sus ventas sean mayores? La diferencia, indudablem­ente, fue adquirida en el mercado negro.

Es buen inicio identifica­r a autoridade­s y empresario­s como piezas del saqueo de los recursos nacionales, lo criticable es que se haya actuado casi 10 años después de que comenzó a saberse del problema y sólo cuando la situación escaló al nivel de enfrentami­ento con víctimas mortales como saldo. Sin embargo, el problema no quedará totalmente aclarado si no se investigan a fondo presuntas complicida­des dentro de Pemex; no puede entenderse que haya ordeña si antes no se dio ubicación exacta o informació­n sobre el momento en que hay mayor circulació­n de combustibl­e. La situación reclama una investigac­ión a fondo y de cara a la sociedad.

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