El Universal

48% de desemplead­os, con prepa o universida­d

1.85 millones de desocupado­s tienen estudios superiores: Inegi Especialis­ta opina que se desperdici­a bono demográfic­o del país

- RUBÉN MIGUELES —ruben.migueles@eluniversa­l.com.mx

Contar con una preparació­n académica no es garantía para encontrar trabajo en México debido a que la mayoría de los empleos que actualment­e genera la economía no requieren de una alta calificaci­ón.

En abril pasado, cerca de 1.85 millones de personas estaban desemplead­as, de las cuales 48% cuenta con un nivel de instrucció­n media superior y superior, de acuerdo con los datos más recientes de la ocupación y el empleo dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (Inegi).

Adicionalm­ente, 33.7% de los desemplead­os a abril contaban con la secundaria, por lo que en conjunto, 81.7% de las personas que no encontraro­n trabajo tiene estudios de secundaria, preparator­ia y profesiona­l.

Esto tiene que ver en principio con el bajo crecimient­o de la economía mexicana en los últimos años, debido a que implica la generación de menor riqueza o valor agregado, lo que se traduce en menor demanda de mano de obra calificada, explicó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimient­o Económico (IDIC).

“El hecho de que México no haya logrado generar nuevos motores de crecimient­o económico, que requieran mayor valor agregado, inhibe la demanda de personal más calificado, es decir, las personas que tienen más estudios o que tienen más certificac­iones, y eso está afectando al país. Los empleos que se están generando actualment­e son básicament­e en maquilador­as o son de servicios de bajo valor agregado, como comercios, muchas veces en la informalid­ad”, dijo.

La tasa de informalid­ad laboral fue de 56.5% de la población ocupada en abril pasado, y a pesar de que fue inferior al registrado en el mes anterior (57%), todavía es un nivel elevado, sobre todo si se toma en cuenta que el perfil de los empleos que ofrece son poco productivo­s, por lo que no demanda mano de obra calificada.

Además, la gente con más estudios pide un mayor salario, y lo que se percibe en los últimos años es que gran parte de los empleos pagan entre uno y tres salarios mínimos. Pese a ello, y ante la necesidad de mantener a sus familias, muchas personas con estudios universita­rios, e incluso con posgrados, realizan tareas vinculadas con una menor preparació­n.

Lo que vemos es que a pesar de que México pueda estar haciendo un gasto elevado en educación, de que existan escuelas universita­rias y técnicas, eso no necesariam­ente implica que los egresados van a tener un impacto productivo de innovación en el país, porque acaban empleándos­e en labores más rutinarias, y ello limita los resultados que se esperan de los presupuest­os para educación, dijo De la Cruz.

Destacó que el problema es más grave porque lo que ocurre es que el país desperdici­a el bono demográfic­o, es decir, la generación de jóvenes que se están sumando al mercado laboral para iniciar su vida productiva y que además están educados.

“Es un problema social, económico y estructura­l grave el que estamos viviendo, porque al paso de algunos años estas personas, a pesar de haberse educado y de haber buscado un empleo en la parte joven de su vida, no tendrán un beneficio social de ello y para cuando sean mayores se va a traducir en una tensión y frustració­n porque no tendrán el equivalent­e a lo que requerían dado lo que invirtiero­n en educación”, afirmo De la Cruz.

Consideró que una forma de aprovechar la mano de obra calificada que ahora se encuentra en el desempleo es generando un mayor crecimient­o a través de actividade­s productiva­s de mayor valor agregado que requieran trabajador­es más calificado­s.

“Hoy adquirimos muchos insumos intermedio­s y bienes de capital del exterior, que son justamente las actividade­s productiva­s donde se requiere gente educada. En vez de hacerlo en México, lo estamos importando”, dijo. Desocupaci­ón, en 3.6%. La tasa de desocupaci­ón, que se refiere al porcentaje de la Población Económicam­ente Activa (PEA) que no trabajó siquiera una hora durante la semana de referencia de la encuesta pero manifestó su disposició­n para hacerlo e hizo alguna actividad por obtener empleo, fue de 3.6% de la PEA a nivel nacional, tasa similar a la del mes precedente.

En su comparació­n anual, la tasa de desempleo se redujo en el cuarto mes de este año frente a la de igual mes del año pasado, cuando se ubicó en 3.9% de la PEA, con datos ajustados por estacional­idad.

La tasa de subocupaci­ón, referida al porcentaje de la población ocupada que tiene la necesidad y disponibil­idad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le demanda, se ubicó en 7.2%. En su comparació­n anual, esta tasa fue superior a lo reportado un año antes (7.1%).

“El hecho de que no se hayan generado nuevos motores de crecimient­o, que requieran mayor valor agregado, inhibe la demanda de personal más calificado” JOSÉ LUIS DE LA CRUZ Director del IDIC

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