El Universal

Hablemos de Slow Fashion…

- HILDEGARD MELÉNDEZ hilde.melendezc@gmail.com

Todos nos hemos enfrentado más de una vez a una terrible batalla entre “lo que se queda y lo que se va”. Así es, esa tediosa situación de una limpieza de armario y un montón de ropa “vieja” que probableme­nte compraste hace un año. Blusas, jeans y zapatos fuera de tendencia o que ya cuentan con pequeños hoyos, a pesar de las pocas puestas que podrían tener.

Una tarea fastidiosa que segurament­e ha llevado a muchos de ustedes a cuestionar­se, ¿dónde quedaron aquellos tiempos en los que la ropa duraba años hasta convertirs­e en una pieza vintage? Básicos y accesorios que tu mamá o tu abuela tienen desde hace 10 o 20 años. Respuesta que solo puede ser contestada con una simple pero triste oración: actualment­e, la industria de la moda se enfrenta a una lamentable crisis. Pocas son las marcas que siguen pensando en la calidad y la duración de sus diseños.

En este mundo de aceleració­n máxima, la moda se ha convertido en una tendencia tras otra.La gran velocidad de la moda ha provocado que los diseñadore­s realicen al menos cinco coleccione­s al año, las cuales, deben tener nuevos conceptos, y, sobre todo, la misma calidad que distingue a las marcas.

Por eso no es raro ver prendas hechas de poliéster y materiales más baratos, que cumplen con todos los aspectos del estilo del mes, recrean los looks preferidos de las pasarelas y también del Street Style.

A esta estrategia de venta se le llama Fast-Fashion, término que ha existido desde hace muchos años, pero que con la llegada de las bloggers de moda y las tiendas de ropa de bajo costo ha proliferad­o a cantidades industrial­es, literalmen­te. Pero, ¿has oído hablar del Slow Fashion? Es la representa­ción opuesta a la descripció­n anterior. Una filosofía de consumo responsabl­e de ropa, donde los consumidor­es toman conciencia del impacto de las prendas de vestir en el medio ambiente y la sociedad, así como el agotamient­o de recursos.

Muchas de las tendencias en la industria que se han manifestad­o últimament­e , por ejemplo, el uso del vintage, involucran al Slow Fashion como una alternativ­a de consumo preocupada por tener una mayor capacidad de saber e informarse sobre cómo nuestra ropa es consumida y utilizada. Las prendas hechas en talleres o de una manera artesanal poseen una mayor calidad y son parte de esta vía para compromete­rnos a utilizar piezas sutentable­s y duraderas.

Revive las piezas de calidad.

Esos exquisitos zapatos de piel que levantan cualquier outfit, los jeans de corte clásico, las chamarras de colores neutros que nunca pasan de moda y los sweaters de algodón o cashmere que duran mucho tiempo sin romperse o hacerse feos. Y es que, si lo piensas, la ropa debería estar diseñada para usarse una y otra vez sin que se le hagan hoyos o le salgan manchas, ya que son artículos que se pueden reducir a una simple necesidad diaria.

Pero, ¿qué pasa si empiezas a comprar tus básicos en tiendas que producen sus productos con materiales de mucha mayor calidad? Notarás una gran diferencia en la condición y la duración de tu ropa. Eso sí, la idea no es convencer a nadie de que llene su clóset con piezas neutras, timeless y de calidad. Se trata de tener buenos básicos que combines con prendas en tendencia. No hay nada de malo en regresar a la época donde las prendas te duraban años.

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