La ciudad encantada
en Canadá, te ofrece de todo: espectáculos de la naturaleza, edificios históricos llenos de secretos e historias para quienes gustan de lo paranormal
VICTORIA, Columbia Británica. — Casas en tonos intensos me rodean. Azul, amarillo y hasta rojo. Se encuentran sobre el mar, no muy lejos del concreto, que es mucho más propio de la ciudad. Permanecen unidas por una especie de muelle, que se ramifica para formar callecitas pintorescas. Su aspecto es tan limpio que bien podrían pertenecer a un parque temático. Pero no es así: estoy en Fisherman’s Wharf, diminuta comunidad flotante. Una prueba más de que Victoria no es una urbe común.
Hasta hace un par de décadas, se trataba de una comunidad pesquera. Era un pequeño caos, pues convivían botes y casas flotantes de todo tipo que no seguían casi ninguna regulación. Ahora ya no hay pleitos entre marineros, pero sigue siendo un lugar lleno de vida. Lo compruebo mientras avanzo por el muelle.
Las artesanías de cerámica y madera de una excéntrica boutique pintada de azul y morado, así como la cocina de mar de Barb’s Fish & Chips, están entre los locales favoritos. Y bien vale probar las quesadillas de camarones en Puerto Vallarta Amigos, sin importar si eres de México y tu idea no era comer tortillas en Canadá.
La mejor “oficina” del mundo
En pleno Fisherman’s Wharf, encuentro el local de Eagle Wing Tours (www.eaglewingtours.com). Ahí está Brett, nuestro guía. Antes de que mi grupo parta, nos entrega una gigantesca chamarra y un pesado pantalón para combatir el frío. Nos montamos en un speed boat. Conforme se abre paso entre las olas, incrementa la emoción.
Resulta que las dos orcas que vemos son madre e hijo. El guía explica que en esta especie los lazos maternales son tan fuertes que siempre nadan juntos. Por ley, no podemos acercarnos mucho, pero usamos binoculares. Llegamos hasta Race Rocks, una reserva ecológica. En el camino encontramos gaviotas y pelícanos. Cerca de las rocas, emergen las caritas de algunas focas. Siento muchísima envidia cuando Brett nos cuenta que ésta es su rutina.
Nunca es aburrido. Se sabe que habitan permanentemente 80 orcas en las aguas que rodean Victoria, que se pueden ver de mayo a octubre. En cambio, aquellas que están en tránsito, aparecen todos los meses. En verano, hay ballenas jorobadas y minke. Durante su época de migración, hay avistamientos de ballena gris.
Si quieres extender la posibilidad de admirar a estos gigantes del océano, hay un alojamiento de lujo que lo puede cumplir. El Oak Bay Hotel (oakbaybeachhotel.com), a 15 minutos de Fisherman’s Wharf, tiene uno de los mejores puntos de observación y varias suites que dan hacia el mar. No sucede todo el tiempo, pero a menudo los huéspedes afortunados pueden distinguir las orcas, incluso desde el restaurante.
Aunque la edificación actual es una reconstrucción, el hotel existe desde 1927. Varios elementos decorativos de la estructura que existía original-