TARDES DE CANTINA
Disfruta del verano visitando cantinas en la Ciudad de México. Bebidas y ricas botanas son la combinación perfecta. Te damos recomendaciones en
En las últimas semanas se ha vuelto tendencia hablar del clima en la Ciudad de México. El calor, los ventiladores de las oficinas, la falta de aire acondicionado. Todo se suma al termómetro y una buena opción para combatirlo o, bien unirse al enemigo, son las tardes de cantina. Afortunadamente, la capital canta muy bien las rancheras en este rubro y hoy por hoy estas propuestas siguen siendo lugares de reunión para disfrutar de grandes platillos de la cocina mexicana, de buena compañía y, por supuesto, una o dos cervezas bien frías.
Juegos de tradición
El dominó, el cubilete y las cartas han sido entretenimiento en las cantinas durante décadas, prácticamente desde que comenzaron a pulular en la Ciudad de México, allá por la década de los cincuenta. En ese entonces, las cantinas se consideraban como tugurios o refugios para darle rienda suelta al desenfreno de la bebida y el juego. Pero no todo es malo, pues la cantina ha sabido salvaguardar excelentes preparaciones tradicionales como el caldo de camarón y el chamorro, los guisos que llevan cachete o lengua, una milanesa bien crujiente e, incluso, caracoles adobados.
Una cantina que se ha vuelto una de las preferidas en la colonia Cuauhtémoc es Salón Ríos, de los chefs Bernardo Bukantz y Luis Serdio, creadores también de Primario y Lonchería Bravo. De entrada, su barra es el centro del lugar y retoma el look de las cantinas de abolengo como La Ópera o Bar Mancera, en el Centro Histórico. La botana y sus platillos principales no defraudan y le dan un toque contemporáneo a preparaciones como el queso fundido, pues le agregan un poco de alcachofa y tocino, o las enchiladas que aquí las preparan con tortillas de harina y van rellenas de camarón. ¿Recomendación? Pide el chamorro, unas rondas de cerveza y, para seguir el cotorreo, te pueden prestar su juegos de dominó o cubilete.
Invita a tus amigos y que los días soleados —o lluviosos, porque se pronostican tormentas—, sean pretexto para refugiarte en la cantina de tu preferencia para calmar la sed.