OTRAS MANERAS DE IR AL CINE
La ciudad alberga lugares fuera de lo común para ver cintas: librerías, exhibiciones, una buena comida, postre o bebida son algunas amenidades a disfrutar en las salas de hoy en día.
Recomendaciones para salir de lo tradicional y vivir una experiencia apantallante.
Dos enamorados tienen una cita. Acuerdan verse afuera de un cine, escogen la película del momento, se forman para adquirir sus boletos y luego, tras pasar minutos en la dulcería, ven la película.
Otra pareja opta por hacer de este momento toda una experiencia. Adquiere su entrada en un lugar más íntimo, con una taquilla curiosa por antigua; pide una bebida (cerveza, café, malteada), recorre una exposición de cine (Kubrick, carteles de películas); se hace de un buen libro, y conversa en un ambiente que recuerda a esas viejas películas mexicanas.
Quizá otros verán el filme recostados en el césped de la Cineteca (Coyoacán) o desde su automóvil del Cinema Coyote (Polanco).
Así se hacía cuando se valoraba la experiencia de ir al cine. Hoy es diferente quizá porque parece prefabricada. En una época en la que la comida se empaqueta e ir a un complejo de cine de cualquier centro comercial no representa alguna diferencia, las salas antiguas o las que ofrecen un plus brindan un momento para recordar.
Las cadenas más populares han puesto de su parte con experiencias VIP o Platino, que inlcuyen cómodos sofás y un menú de nivel que llega hasta tu asiento. Sin olvidar lugares dedicados a quienes tienen niños o a los que quieren potenciar la experiencia con más de una pantalla.
En esta guía decidimos recorrer varias salas para compartirte la experiencia que provocará que vivas la mejor temporada de grandes estrenos fílmicos (blockbusters) y de propuestas independientes. ¡Como de película!