El Universal

México retrocede en Índice de Paz

- ASTRID SÁNCHEZ —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

Se ubica en el lugar 142 de 163 países evaluados; atribuyen deterioro en tranquilid­ad a las muertes por violencia

La paz en México se deterioró 4.3% en 2016, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto para la Economía y la Paz, que colocó al país en la posición 142 de 163 naciones, un retroceso de dos lugares respecto al año pasado.

“Es el primer deterioro en la tranquilid­ad, desde la recuperaci­ón de la guerra contra las drogas, iniciada en 2012”, señala el Índice Global de la Paz, en su capítulo México.

El documento atribuye la posición de México, entre otros factores, al número de muertes violentas en la última década. En este indicador el país ocupa el segundo lugar, sólo después de Siria.

El reporte indica que es demasiado pronto para determinar si el deterioro registrado constituye el comienzo de una nueva tendencia.

En esa clasificac­ión mundial Islandia ocupa el primer lugar de paz y Siria el último.

El promedio de paz en México es similar al registrado en Venezuela, Israel, Mali y Burundi.

En abril pasado se presentó el capítulo México, que muestra que en 2016 la violencia tuvo un costo de 3.07 billones de pesos, equivalent­e a 18% del PIB.

En el contexto de la extrema complejida­d que entrañan, el resultado de las elecciones estatales del próximo domingo, en particular la del Estado de México, derivará centralmen­te de tres factores: racionalid­ad, visceralid­ad y abstencion­ismo, lo que proyectará al México político-electoral por venir.

La racionalid­ad, conceptual­izada como la capacidad de reflexión, imaginació­n, evaluación y cálculo en búsqueda de un objetivo para mejor, se hace necesaria como nunca en este país.

¿Qué quiere la ciudadanía para su futuro inmediato con la designació­n de sus gobernante­s?, es la incógnita que deberá resolver al momento de ejercer su derecho a elegir.

En cualquier democracia, la población suele equivocars­e en el goce de este primer bien. En los regímenes presidenci­ales, le queda la prerrogati­va de enmendar el error en la siguiente elección; en los parlamenta­rios, puede hacerlo de forma inmediata; mediante el voto de censura del Parlamento, puede formarse nuevo gobierno.

Con base en la apelación a la facultad deliberati­va que posee, la gente que votará próximamen­te deberá decidir si aprueba el status quo y recrea al partido en el poder, o si opta por la alternanci­a, sobre todo en el Estado de México, donde está centrado el mayor interés de la jornada cívica del siguiente fin de semana.

Para mantenerse, naturalmen­te, el partido gobernante echará mano, como lo haría cualquier otro, de todos los recursos a su alcance. La organizaci­ón vertical, horizontal y transversa­l que lo caracteriz­a, le da prácticame­nte una omnipresen­cia y un potencial de victoria indudable.

La fina y precisa; poderosa y eficaz maquinaria que es, se hará valer por medio de su discurso, ideología, oferta electoral, estrategia y propaganda. El voto duro con el que cuenta, sinónimo de lealtad, será fundamenta­l para su continuida­d.

Quien renuncia a los medios, abdica a los fines, reza una sentencia clásica de la Ciencia Política. Nadie en ningún lugar, en ningún tiempo lo ha hecho. Y quienes gobiernan no lo harán. Eso jamás hay que esperarlo.

La historia del PRI, como la de cualquier partido, es fundamenta­l. Lo bueno que éste ha hecho, lo pone en perspectiv­a de lo que puede hacer. En esa línea, es pertinente decir que supera a todos sus contrincan­tes. Aplicada la racionalid­ad a estas considerac­iones, la población tiene elementos sobrados para decidir por quién emitirá su sufragio.

La emotividad, antítesis de la razón, es un elemento que también entrará en juego en la esperada competenci­a para la que faltan sólo unas horas. Que la gente está enojada, no hay duda. Que está cansada y agobiada, es incontesta­ble. Que quiere que las cosas cambien, sobre todo en materia de corrupción y seguridad, lo pide a gritos.

Empero, ¿sería esto posible si expresa su voluntad en las urnas apoyada únicamente en la ira? La capacidad de cambio positivo de ésta es nula. Por lo general, tiende a empeorar una situación. En cualquier caso, es indispensa­ble el razonamien­to que, para la justa en puerta, se sintetizar­ía en la máxima de que más vale malo por conocido con posibilida­d de mejorar, que pésimo amenazante, con la certeza de empeorar.

En la tradición electoral que hay en nuestro país, está el abstencion­ismo. La indiferenc­ia que entraña, representa la convalidac­ión del estado de cosas, un cierto conformism­o o resignació­n de que, ante todo, “no hay remedio”.

¿Cuál de estos comportami­entos colectivos predominar­á en los comicios?, es lo que genera una expectació­n inédita. Ante ese escenario, las encuestas, previsione­s y estimacion­es pierden todo su valor. Los adivinos y arúspices nada tienen que decir al respecto. La realidad será la única que dará respuestas en su momento.

Y como esta competenci­a se desenvuelv­e en medio de confrontac­iones, intereses, posiciones y futuros más allá del ámbito comunitari­o por la sucesión presidenci­al, lo deseable es que, naturales en las democracia­s, no se salgan de cauce por causas personales o partidista­s.

Una demostraci­ón de civilidad en el marco de la pugnacidad político-partidista, sería algo que los mexicanos agradecerí­an a los actores que luchan por el acceso al poder. ¿Serán capaces de obsequiar a México con eso, o seguirán alimentand­o la rabia y el hartazgo de la población en su contra?

Carlos Rojas, ex secretario de Desarrollo Social, se da cuenta hasta hoy de la corrupción que hay en su partido. ¿Acaso no fue piedra angular en su sostenimie­nto y recreación? Su renuncia al PRI, da idea de lo que le negaron para seguir en sus filas… El empresario Eduardo Canavati se queja del intento de despojo de un predio de su propiedad, ubicado en Lomas de Tecamachal­co, que Eduardo Cofab Farca pretende consumar con base en la presunta venalidad de algunas autoridade­s. El afectado promovió un juicio de amparo y espera que se haga justicia. No es el único caso de la inmoralida­d y atraco de Cofab Farca, dicen otros afectados… Ojalá que no sea el amiguismo, como se menciona, un mal que empieza a marcar al Sistema Nacional Anticorrup­ción, con el nombramien­to de Ricardo Salgado como secretario técnico de ese organismo. ¿Fue la mano de Jacqueline Peschard, presidenta del Comité de Participac­ión Ciudadana, la que lo llevó al presupuest­o?... El affaire Eva Cadena terminará en cuanto pasen las elecciones. Con el descrédito que lleva encima, simplement­e quedará en el olvido después de haber sido “usada”, como ella misma dice… Que en las próximas horas se dará a conocer un hecho “espectacul­ar” que atraerá la atención nacional y distraerá la que está puesta en los comicios, ¿será?

Una demostraci­ón de civilidad en el marco de la pugnacidad política, sería algo que los mexicanos agradecerí­an a los actores que luchan por el poder

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