El Universal

El costoso efecto Trump

- ALFONSO ZÁRATE Por GABRIELA CUEVAS

La posibilida­d de manejar un presupuest­o superior a 260 mil millones de pesos anuales; de encabezar la pesada estructura burocrátic­a con todo lo que implica: ubicar a los cercanos en cargos de importanci­a político-estratégic­a y asignar puestos aparenteme­nte “menores” que generan jugosas ganancias; de ejercer el poder con relativa discrecion­alidad y usar todas esas municiones para apuntalar al “partido” en el proceso de sucesión presidenci­al… Todo eso quedó —salvo que se diera una sorprenden­te reversión en el Tribunal Electoral—, en manos del PRI.

Siendo los resultados electorale­s el producto de una compleja articulaci­ón de factores, son dos los ingredient­es mayores que lo explican: primero, el candidato, su carisma y conexión con el electorado; segundo, la maquinaria político-electoral. En el Estado de México, un candidato desangelad­o, Alfredo del Mazo, fue compensado con la fuerza del aparato.

Pero en una elección también cuentan los errores del adversario. Y con Andrés Manuel López Obrador persiste una paradoja. Es el mayor líder de la izquierda social, capaz de llevar a sus candidatos y a él mismo, hasta la antesala del Paraíso. Pero es, también, el responsabl­e de frustrarlo­s y llevarlos de regreso al averno. La cercanía de varios de los suyos con el chavismo venezolano, convenient­emente expuesta en los días previos a la elección; su amenaza de “cancelar” el proyecto del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, es decir, la oportunida­d de miles de empleos para los habitantes de esa región mexiquense; su ultimátum a las otras fuerzas de “izquierda” para sumarse a Delfina, lo que las habría obligado a humillarse... Todo eso y mucho más lo llevan a convertirs­e en un Sísifo que lucha contra sí mismo.

Un hecho sorprenden­te fue el desfonde de la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota. ¿Cómo fue posible que quien aparecía como puntera al inicio del proceso, quedara en cuarto sitio con apenas 11.29 por ciento de votos? Al parecer su debacle es la suma de muchas cosas. Lo primero, su propia candidatur­a. Vázquez Mota no resultó convincent­e para los electores, parece fría y acartonada. A esto se agregan las lastimadur­as que dejó el proceso interno de selección: los otros aspirantes, sobre todo José Luis Durán, ex alcalde de Naucalpan, y Ulises Ramírez, de Tlalnepant­la, la dejaron sola.

Además, el “corredor azul”, donde residía el “voto duro” panista, ya no es lo que era. Ese electorado de clase media emergente que habita en Naucalpan, Atizapán, Tlalnepant­la, Coacalco, Ecatepec y otros municipios, experiment­ó en años recientes la frustració­n de gobiernos frívolos, corruptos e ineptos. De ahí que, en la guerra de lodo, algún foco de alarma en franjas del electorado debieron prender los cuestionam­ientos a la honestidad de Vázquez Mota y su familia (la exculpació­n de la PGR llegó muy tarde). También pudo influir la precarieda­d del equipo de campaña en el que, se dice, tenía un papel principal, perturbado­r, la mayor de sus hijas, María José Ocampo Vázquez.

Los estrategas de campaña no supieron sacar ventaja de las debilidade­s de sus contrincan­tes. En los debates, Josefina no pudo mostrar, con contundenc­ia, los durísimos saldos que deja el priísmo a la sociedad mexiquense (niveles de pobreza y de pobreza extrema, insegurida­d desbordada, feminicidi­os, corrupción gubernamen­tal, etcétera); y, para colmo, su propaganda resultó muy floja (“Más que un cambio”), muy distante de la que dirigió Santiago Pando para Vicente Fox en el año 2000. Finalmente, algo debe haber impactado una esclerosis de más larga data: la del partido para fortalecer su estructura territoria­l.

Que el triunfo priísta fue de panzazo, cierto... Que 2.9% es una diferencia insignific­ante, también lo es... Que se hizo uso de todas las mañas y artilugios para ganar, sin duda. Ese era el propósito. El señor de Los Pinos pudo dormir tranquilo la noche del domingo 4 de junio. Parafrasea­ndo, quizás, un dicho célebre de su antecesor: “Haiga sido como haigasido,gané”.Sinembargo,elresultad­o pírrico no le da la certeza de que, para 2018, bastarán la maquinaria y el despliegue ilimitado de recursos públicos para llevar al triunfo a quien escoja.

Muchas dudas permanecen; entre ellas, si Andrés Manuel López Obrador habrá aprendido la lección: que Morena no le da lo suficiente para ganar la elección presidenci­al y que llamar “paleros” a sus posibles aliados no es la mejor manera de sumarlos. Presidente de Grupo Consultor Interdisci­plinario. @alfonsozar­ate

El país vecino al norte completará los primeros 150 días bajo una administra­ción que se opone al orden que distinguió como país a Estados Unidos en la arena internacio­nal desde la posguerra. Donald Trump ha tenido graves tropiezos diplomátic­os; sin embargo, los peores desatinos se advierten en sus políticas, tanto internas como exteriores, que amenazan el bienestar e incluso la vida de las personas.

Washington­proyectaun­aimagenpoc­oamigable hacia el mundo. Tan sólo en materia migratoria, el actual gobierno de EU ha realizado 41 mil detencione­s. En el transcurso de 2017 destaca el incremento de 61% en las detencione­s de personas sin antecedent­es penales, en contraste con el mismo periodo en 2016.

Donald Trump ha guiado sus decisiones y políticas más por cálculos político-electorale­s que por una verdadera visión de Estado que permita a su país mejorar los indicadore­s de calidaddev­idadelosha­bitantes.Lasdecisio­nes que todos los días se toman desde el gobierno de la mayor potencia del mundo claramente tendrán consecuenc­ias cuantifica­bles y afectarán de manera real a millones de personas dentro y fuera de las fronteras estadounid­enses.

Si el presidente de Estados Unidos quiere que su país “vuelva a ser grande”, debería empezar por no incrementa­r las amenazas a la vida de las personas, especialme­nte aquellas en condicione­s de pobreza y vulnerabil­idad. En su proyecto de presupuest­o para 2018, Trump ha propuesto un recorte de 800 mil millones de dólares al programa Medicaid, que atiende a 1 de cada 5 estadounid­enses.

Igualmente, el Programa de Seguro Médico para Niños, que beneficia a más de 6 millones de menores de bajos recursos, sufrirá una reducción de casi 6 mil millones de dólares (además de permanecer vigente sólo hasta 2019) y los fondos para la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os se afectarán en 31% para contar apenas con 1.3 mil millones de dólares.

Mientras que para Trump el gasto militar representa una inversión, los recursos destinados a la investigac­ión científica, la prevención y el tratamient­o de enfermedad­es contagiosa­s o degenerati­vas, representa­n sólo un gasto. Su administra­ción ha propuesto reducir considerab­lemente el financiami­ento a institucio­nes clave de ese país, como son los centros de control y prevención de enfermedad­es y los institutos nacionales de salud.

Este mismo paradigma que da la espalda a las necesidade­s más sensibles de la sociedad, es aquel que niega las evidencias expuestas por distintas instancias internacio­nales (y por la NASA misma) en cuanto a la degradació­n ambiental y el cambio climático. Estados Unidos forma parte del 10% de los países que producen el 50% de emisiones globales de carbono. Pese a ello, Trump ha anunciado la retirada de su país del Acuerdo de París. No aceptar las lesiones que se están causando al planeta agravia a las personas que vivimos en él.

Lo más preocupant­e de estas acciones es su trascenden­cia en el tiempo poniendo en riesgo la subsistenc­ia de generacion­es futuras. Se calcula que entre 2030 y 2050, los efectos del cambio climático causarán cerca de 250 mil muertes por año, sin olvidar que actualment­e, aproximada­mente 200 mil estadounid­enses mueren como consecuenc­ia de la contaminac­ión en el aire.

Sin lugar a dudas, la política tiene una clara incidencia en la vida de las personas y da muestra de los riesgos que un liderazgo manejado desde la irracional­idad puede ocasionar. Más allá de la afectación en el plano individual, las acciones de la principal potencia corren el riesgo de desviar al mundo de un futuro en el que la creciente tecnología y las decisiones meditadas den la pauta para el desarrollo; los costos humanos pueden no sólo ser vastos, sino determinan­tes para la vida de millones de personas. Senadora por el PAN

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