El maleficio del Cruz Azul
Han pasado 40 días desde que Cruz Azul fue eliminado del Clausura 2017 y no ha pasado nada con ellos, ni contrataciones, ni estadio, ni nada. Fueron a la Semana del Futbol por una contratación rimbombante, de las que nos hacen publicarla en la primera plana, y solamente lograron convencer a Toluca de que les vendiera a Jordan Silva, un jugador cumplidor, pero muy lejano a ser el futbolista mediático que esperaban los deprimidos aficionados celestes.
No pudieron llegar al precio que les puso Tigres por Ismael Sosa y pasaron desapercibidos en el Draft; incluso, a Eduardo de la Torre y a Joaquín Moreno se les veía muy solitarios, como que no encajan en el ambiente de la Liga MX. Ese es el Cruz Azul, un equipo al que parece no importarle los años que lleva fracasando.
Ahora, suenan y suenan nombres para reforzarlo. Claro, todos del extranjero para seguir aumentando la nómina de foráneos que han llegado sin pena ni gloria a la institución. Nada más, desde el último título, han contratado a 85 no nacidos en México. Inentendible que si hay un futbolista caro pero probado en la Liga, no vayan por él y sí vuelvan a apostar por lo desconocido.
Rumores que colocan al costarricense Bryan Ruiz, veterano de 31 años de edad, quien tuvo una buena actuación en el Sporting de Portugal la temporada pasada. También aseguran los especuladores que está cerca de ser contratado el argentino Andrés Chávez, delantero que milita en el Sao Paulo de Brasil, y que solamente fue goleador en el Banfield hace cuatro años. Otro nombre cercano a las negociaciones es el chileno Felipe Mora, actualmente en la Universidad de Chile y quien sí sería una buena apuesta por su edad, 23 años, y su rendimiento, 14 goles en los últimos 13 partidos.
Pero no son solamente problemas de cancha los que sufre Cruz Azul. Se irán al Estadio Azteca para iniciar el Apertura 2018 con la ilusión de pronto estrenar estadio, algo que está más lejano que su último título de Liga. Una fuerte oposición encontraron ante la idea populista y política de Miguel Ángel Mancera de derribar el Velódromo en la Ciudad Deportiva para levantar el flamante “Nuevo Estadio Azul”, algo similar a lo que hizo con Alfredo Harp Helú y la remodelación del estadio Fray Nano, ahora casa de los Diablos Rojos del México. Medidas correctas para políticos en campaña que suman a empresarios poderosos a sus filas electorales.
Pero la oposición es seria. Diputados del PRD, mismo partido que el del Jefe de Gobierno, han garantizado que no se demolerá el Velódromo. En las páginas de este mismo diario, en la sección Metrópoli, la explicación es muy extensa. Así que ni los diputados quieren, ni el Cruz Azul ha manifestado oficialmente que quieren tener ahí su nueva casa. Por si fuera poco, lo vecinos de la colonia Nochebuena tampoco están a favor de la demolición del actual estadio Azul. No por el hecho de desaparecerlo, sino porque no quieren un centro comercial en la zona. Así que Cruz Azul se ve como el nuevo inquilino en el Estadio Azteca eternamente.