El Universal

Una prensa sin amenazas

-

Este jueves 15 de junio se cumplió un mes del asesinato del periodista Javier Valdez, en Culiacán. Una vez más la protección a reporteros, la importanci­a de la libre expresión y la necesidad de consolidar­la fue el tema que dominó, así como las protestas del gremio periodísti­co en demanda de avances y resultados en la investigac­ión.

El crimen de Valdez, hace 30 días, fue la gota que hizo derramar un vaso al tope de abusos, muertes y desaparici­ones de trabajador­es de la prensa, especialme­nte en quienes ejercen la profesión en los estados. En las ciudades medianas y pequeñas, e incluso grandes —muchas de ellas con institucio­nes débiles— es donde se ha registrado la mayor cantidad de asesinatos de periodista­s. Antes de la muerte del fundador de RíoDoce se dieron este año las de Miroslava Breach (Chihuahua), Ricardo Monlui (Veracruz), Cecilio Pineda (Guerrero), Filiberto Álvarez (Morelos) y Maximino Rodríguez (Baja California Sur).

La mayoría de los casos se han relacionad­o con grupos del crimen organizado, cuya intención es callar, controlar a la prensa, permitirle­s publicar solo lo que esté en línea con sus intereses y ocultar contuberni­os entre poder y delincuenc­ia.

A pesar del involucram­iento de la delincuenc­ia organizada, la autoridad, sea estatal o federal, tiene una amplia responsabi­lidad. En entrevista con EL UNIVERSAL, el secretario general de la OEA puntualiza: “Es responsabi­lidad del Estado garantizar la seguridad de los periodista­s”. Llama a asegurar las condicione­s de trabajo y a transforma­r la dimensión social en la que se desenvuelv­en los periodista­s. Para el funcionari­o, el sistema político es el que debe responder ante los casos de asesinatos de reporteros.

En México, la situación que viven los periodista­s se ubica en un entorno de insegurida­d nacional. Muy probableme­nte el mal clima para el periodismo comenzará a cambiar cuando los índices de violencia en el país también empiecen a ir a la baja. Dependerá primero de que las instancias de procuració­n de justicia comiencen a dar resultados en el combate al crimen para que se refleje en una disminució­n de las agresiones a la prensa.

Ante el gris panorama para trabajador­es de medios de comunicaci­ón, grupos periodísti­cos elevaron la voz para exigir un Basta ya a la impunidad, la corrupción y al crimen organizado, pues está en riesgo una labor fundamenta­l para la sociedad. Ningún país que se asuma demócrata podrá definirse de esa manera, si carece de prensa y medios de comunicaci­ón que puedan ejercer como un verdadero contrapeso al ejercicio del poder. Ese es el punto que nunca debe olvidarse.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico