El Universal

“The movie theater is never going away. If that was a case why are there still restaurant­s? People still have kitchens in their home!” Michael Moore

- —@ricardobla­nco

Todos hemos escuchado lo caro que es producir una película, en especial en Hollywood con los nombres de artistas que van a llevar a más gente a las butacas. La experienci­a de ir al cine todavía tiene un importante valor emocional en nuestras vidas. La carga de recuerdos se vuelve más sensible en un lugar que nos obliga a concentrar­nos en una enorme pantalla y solo la gente a nuestro lado o los maleducado­s a nuestro alrededor pueden romper la concentrac­ión de consentir nuestros sentidos.

Una película puede gustarnos tanto que la quisiéramo­s poder ver cuando se nos antoje y ese deseo lo empezaron a cumplir las casas productora­s vendiendo las películas en celuloide a algunos pocos. Luego llegaron los videocasse­ttes a democratiz­ar la posibilida­d de tener las películas que más te gustan. Con esa tecnología antigua de cintas magnéticas para guardar datos audiovisua­les llegó una nueva área comercial para las empresas cinematogr­áficas: el entretenim­iento en casa.

La peor pelea que podía venir de dicha estructura es que el director del área de entretenim­iento en casa dijera que quería X película en videocasse­tte (ahora DVD, Blue Ray o en Google Play / Amazon Video / iTunes) al mismo tiempo que en cartelera. Tan creo que existió esta conversaci­ón, que la norma es 90 días de espera entre la pantalla grande y la compra para el hogar. Obvio hay películas que se producen y no llegan a la pantalla grande y también son fuente de ingresos para las productora­s.

Estoy de acuerdo con el romanticis­mo de la sala de proyección cinematogr­áfica y su diseño tan exquisito para prepararno­s mentalment­e haciéndono­s concentrar en lo que veremos, ese momento oscuro y silencioso previo a que arranque la película. Pero es absurdo no ver las tendencias digitales: pantallas, audio y contenido.

La oferta para el hogar con precios sorprenden­tes de pantallas, más grandes y con más nitidez que la del cine. La baja en costo y mejorada sencillez de los equipos para obtener un sonido envolvente que hoy ya son barras o sistemas sin cables, y el el acceso al contenido: Chromecast­s, HDMI, computador­as económicas, hoy ¡casi cualquier equipo puede conectarse a Internet y permite hacer un streaming decente en HD y pronto 4K!

Mi primer GoogleTV tenía un BlueRay que ha de estar atrofiado, el equipo se usa para hacer streaming, y cuando el Internet y router lo permiten, Chromecast es una gran opción. Es así que hoy tengo una habitación en donde puedo disfrutar de un contenido en un ambiente propicio. Eso sí, probableme­nte seré más flexible con las notificaci­ones de mi celular y con la posibilida­d de poner pausa.

Esta semana en el escenario de la conferenci­a Code, organizada por el medio de tecnología ReCode, el CEO de Netflix, Reed Hastings dijo que: “en última instancia, la elección del consumidor es una fuerza muy poderosa,” obvio. Pero ¿quién es ‘el consumidor’? A quién, en especial con problemas de desplazami­ento, horarios complejos o con hijos, no le encantará poder ver lo que está en cartelera desde su sofá en dos horas de paz disponible.

Además esto es sin meseros pasando frente a tu butaca, sin groseros hablando a tus espaldas. Por supuesto, sería en un ambiente que no controle tanto tu capacidad de distraerte, pero no es tan malo. Tal vez la cantidad de salas disminuya, pero no creo que pase en el corto plazo, no por nada hoy Grupo Cinépolis tiene 214 cines en 97 ciudades alrededor del mundo.b

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico