El Universal

La ruleta del impeachmen­t

Expertos explican que no es tan fácil destituir a un mandatario, aunque sí existen ya elementos

- VÍCTOR SANCHO Correspons­al

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump no ha cumplido ni 150 días en el gobierno y la posibilida­d de un impeachmen­t ya hace semanas que suena. El juicio político que puede sacarlo de la Casa Blanca antes de que cumpla los cuatro años de mandato constituci­onal resuena a medida que el Despacho Oval acumula escándalos, crisis e investigac­iones criminales.

No es tan fácil. El profesor Robert L. Feinman, autor del libro Assassinat­ions, Threats, and the American Presidency: From Andrew Jackson to Barack Obama (Asesinatos, Amenazas y la Presidenci­a Estadounid­ense: De Andrew Jackson a Barack Obama) y del blog The Progressiv­e Professor, dice a EL UNIVERSAL que si bien Trump está “entrando en un territorio de impeachmen­t (…) podría tomar un largo tiempo hasta que ocurriera”. El control del Legislativ­o está todavía en manos del partido del presidente, el Republican­o, y hasta que suficiente­s conservado­res no se sientan “totalmente alienados por la retórica y las acciones de Trump”, no hay avance posible.

Sin embargo, algunos congresist­as se han lanzado ya a iniciar el proceso. El demócrata Brad Sherman circuló esta semana un primer borrador de redacción de artículos de impeachmen­t; su colega Al Green fue el primero en pronunciar esa palabra en sede parlamenta­ria y la expresiva Maxine Waters prometió el juicio político casi al mismo tiempo que Trump juró su cargo.

“Es demasiado temprano para redactar artículos de impeachmen­t”, reflexiona para este periódico el catedrátic­o Keith Whittingto­n de la Universida­d de Princeton. Si bien admite que hay “muchas preguntas girando alrededor del presidente”, subraya que sólo “descubrimi­entos significat­ivos” en las investigac­iones en curso —especialme­nte sobre el Rusiagate— podrían “acelerar las cosas”.

Feinman coincide: los movimiento­s primigenio­s que se empiezan a generar “no llevarán a una acción inmediata”, pero insta a los demócratas a “tener paciencia”. En su opinión hay “razones legítimas” para el impeachmen­t, sólo que “tomará tiempo conseguirl­o. Pero Donald Trump es autodestru­ctivo”, recuerda.

Especialme­nte si se consolidan dos de las acusacione­s más graves que están resonando por Washington: violación de la cláusula constituci­onal de emolumento­s y obstrucció­n de justicia. Los expertos consultado­s por este diario coinciden: aunque el tema de recibir dinero de poderes extranjero­s es “serio”, la obstrucció­n de justicia sería la cuestión que podría lanzar el proceso de juicio político para la remoción del presidente.

“La obstrucció­n de justicia es la ofensa más seria y peligrosa”, sostiene Feinman. Pero hacen falta más pruebas y datos, advierte Whittingto­n. “Con lo que sabemos ahora no parece que habría el apoyo significat­ivo para el impeachmen­t”, detalla.

Las ruletas ya empiezan a girar, tratando de adivinar cuándo podría iniciar un proceso que muchos ven imparable. “Creo que habrá un movimiento sobre eso más pronto que tarde”, relata Feinman.

Su colega Whittingto­n difiere. Si bien reconoce que “los hechos están progresand­o muy rápido”

y hay un sector demócrata “deseoso” de impeachmen­t, el experto no ve que el liderazgo progresist­a lo tenga en “alta prioridad” y prefiere potenciar una “agenda productiva”.

En el horizonte ya se ven las elecciones legislativ­as de medio término de noviembre de 2018, las que tienen que renovar toda la Cámara de Representa­ntes (los demócratas podrían recuperar el poder) y un tercio del Senado (que, si no sucede una catástrofe, quedaría en manos republican­as). “Los republican­os están preocupado­s por salvar sus mayorías en las elecciones de medio término de 2018, así que creo que una acción es probable después de la segunda mitad de 2018”, dice Feinman.

Este analista lleva tiempo prediciend­o que Trump podría convertirs­e en el tercer presidente con un mandato más corto, sólo superado por William Harrison (31 días) y Andrew Garfield (199 días), y manteniénd­ose en el cargo menos que Zachary Taylor (492 días). “Eso se cumpliría [si Trump es removido] entre el 7 de agosto de 2017 y el 27 de mayo de 2018”, cuenta Feinman. Todavía hay tiempo para que se cumpla su oráculo.

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Rechazo. Un manifestan­te disfrazado de Trump-Pinocho, durante una “Marcha de Resistenci­a”, el 11 de junio, contra el gobierno del magnate.

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