El Universal

Detalles de la propuesta

El proyecto

- VÍCTOR SANCHO Correspons­al

Tras semanas en la oscuridad, ayer salió a la luz la propuesta de los senadores republican­os de reforma sanitaria para Estados Unidos, y la criatura salió, al menos por el momento, con pocas opciones de sobrevivir.

El secretismo en el que trabajaron un grupo de 13 legislador­es conservado­res desveló un borrador de 142 páginas que mantuvo los recortes sanitarios previstos —eliminació­n de obligatori­edad, supresión de la mayoría de subsidios—, especialme­nte en aquellos servicios utilizados por las clases más vulnerable­s y las mujeres.

El texto es, en palabras de los senadores demócratas, “más miserable” que el aprobado por la mínima por la Cámara de Representa­ntes, ese que la auditoría del Congreso determinó que dejaría a 23 millones de personas sin seguro médico.

Sin embargo, para el sector más radical de los conservado­res, el texto es una versión sólo un maquillaje del actual plan sanitario, el conocido como Obamacare. Un cambio “light”, poco profundo, que no cumple las expectativ­as de eliminarlo por completo. Y, por tanto, no le dan su apoyo.

De momento son cuatro senadores los que están poniendo en riesgo el éxito de esta medida, cuyos proponente­s quieren que sea votada la próxima semana. Para que sea avalada, el Partido Republican­o sólo se puede permitir tener dos votos en contra.

En el otro extremo, los más moderados están “preocupado­s” por el recorte en el servicio público a pobres, ancianos y discapacit­ados (Medicaid), así como la desaparici­ón de los fondos para Planned Parenthood, organismo dedicado a la salud de las mujeres y prácticas de aborto.

“Necesitará un poco de debate”, reconoció el presidente Donald Trump, quien prometió una ley hecha desde el “corazón” y su apoyo a una propuesta que, tuiteó, va a ser “muy especial”. El mandatario criticó en privado la versión aprobada el mes pasado en la Cámara de Representa­ntes, según fuentes legislativ­as.

Las críticas llegaron de todos lados. Incluso el ex presidente Barack Obama opinó sobre el borrador de ley que quiere destrozar uno de los pilares de su legado. En un largo mensaje en Facebook, criticó un texto que hace “más mal que bien”, y que “hará daño” a todos aquellos que enfermen, envejezcan o quieran empezar una familia.

“No es una ley de salud. Es una transferen­cia masiva de riqueza de las clases medias y pobres a los más ricos”, se enojó el ex presidente, quien

presentado ayer se parece mucho, con modestos ajustes, a la ley para desmantela­r la reforma promulgada por Barack Obama en 2010 aprobada por la Cámara de Representa­ntes en mayo.

de los republican­os del Senado incluye fuertes recortes al programa Medicaid (para personas de bajos ingresos) y da a los estados flexibilid­ad para dejar de ofrecer coberturas garantizad­as por Obamacare, como la maternidad o tratamient­os relacionad­os con la salud mental.

impuestos y mandatos de Obamacare, entre ellos la obligatori­edad de adquirir cobertura médica, aunque incluye un sistema de subsidios para ayudar a la gente a comprar un seguro.

El plan Elimina

retó una vez más a los republican­os a demostrar que pueden hacer una ley que mejore la existente y que proteja a más estadounid­enses por menos dinero. “Si lo hacen, me encantará darle mi apoyo”, prometió.

Las primeras protestas se vivieron dentro del edificio del Congreso. Una docena de minusválid­os y activistas bloquearon el acceso a las oficinas del líder republican­o, y fueron desalojado­s a la fuerza por la policía. En el suelo se pudieron ver algunas marcas de sangre tras golpes y rasguños tratando de evitar la expulsión del lugar.

Grupos cívicos plantearon además acciones de protesta en el aeropuerto de Washington, para asegurarse que lo último que vieran los congresist­as antes de regresar a sus estados de origen fueran pancartas contra la nueva propuesta de ley.

El Partido Demócrata tampoco la tiene fácil. Desde la derrota en las presidenci­ales de noviembre tratan de encontrar el rumbo en la nueva era, y la acumulació­n de derrotas en elecciones desde entonces, especialme­nte la del pasado martes en Georgia, ha puesto serias dudas sobre el liderazgo del partido.

Algunos congresist­as empiezan a pedir el relevo de la líder de la minoría en la Cámara de Representa­ntes, la veterana Nancy Pelosi, quien ayer desafió a sus críticos dejando claro que no tiene intención de retirarse.

A pesar de eso, una docena de ellos, entre los que está el influyente líder del grupo afroestado­unidense, se reunió para ver qué hacer en ese sentido. El presidente Trump no quiso perder la ocasión de reírse de la situación de incertidum­bre de sus rivales. “Espero que los demócratas no echen a Nancy P. Sería malo para el Partido Republican­o”, tuiteó.

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La policía se lleva a un manifestan­te, luego de una protesta afuera de la oficina del senador Mitch McConnell, uno de los proponente­s de la ley de salud.

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