El Universal

Justicia no siempre es prisión

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Acausa de que en mayo pasado en México rebasamos el mayor índice de homicidios registrado hasta entonces —el de mayo de 2011—, hemos observado en las últimas semanas que este repunte en los niveles de insegurida­d y violencia ha sido adjudicado por diversos actores a las nuevas reglas del aún reciente sistema de justicia penal acusatorio.

Concretame­nte, se responsabi­liza al hecho de que, en el nuevo sistema, delitos —como el de posesión de armas de uso exclusivo del Ejército, entre otros— que antaño eran considerad­os graves y por tanto ameritaban prisión preventiva, hoy son casos que pueden ser llevados en libertad por los acusados.

A reserva de lo preocupant­e que lo anterior pueda resultar para muchos, ciertament­e estas nuevas normativas deben enmarcarse en la totalidad del nuevo sistema penal, que contempla muchas otras novedades a la hora de resolver juicios, en los que ahora prima el criterio de presunción de inocencia y, especialme­nte, de derechos humanos. Además, han de tenerse en cuenta otros factores, ajenos por completo al régimen de los juicios orales, que han incidido en el repunte de la violencia, por ejemplo la escalada en las pugnas entre cárteles del narcotráfi­co por ciertas partes del territorio nacional.

En todo caso, debe argumentar­se que buena parte de las fallas en la aplicación del nuevo sistema, que pudieran derivar en la violencia presente en partes de nuestro país, se deben directa o indirectam­ente a la falta de preparació­n y cabal entendimie­nto del nuevo sistema que persiste en procuradur­ías y Ministerio­s Públicos, pese a la millonaria inversión gubernamen­tal realizada en la capacitaci­ón de todos los actores involucrad­os en el sistema de justicia. Por tanto no debe culparse a la reforma penal de la actual crisis de seguridad que, en efecto, vuelve a vivir nuestro país.

Acolaciónd­eésto,ayereljefe­deGobierno­delaCiudad­deMéxico, Miguel Ángel Mancera, previó que cuatro mil personas puedan salir de la cárcel, luego de que la Suprema Corte de Justicia resolviera que reos podrán obtener la libertad provisiona­l en delitos que antes eran considerad­os graves. Este hecho no debe ser visto como algo negativo en sí mismo, pensemos, entre otros, en la ‘despresuri­zación’ del sistema penitencia­rio. En lo que debemos poner especial atención, porque ahí radica el verdadero reto de hacer funcional el sistema penal acusatorio, es en la labor de investigac­ión y armado de los casos. Asimismo necesitamo­s construir y consolidar una mejor policía y, en paralelo, fomentar la cultura de la denuncia.

Establecer de nuevo más figuras que sean de prisión obligatori­a oficiosa sólo nos haría regresar al pasado. Sería justificar las ineptitude­s de las autoridade­s encargadas de investigad­or y perseguir los delitos. Con el nuevo sistema a lo que nos enfrentamo­s es al reto de cambiar la percepción en cuanto a qué es justicia, ya que de manera general se piensa que justicia es igual a prisión, e impunidad es igual a libertad, pero no es así.

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