El Universal

Y perdió la sonrisa

Regresa sin barba y luce ahora rostro adusto, duro y serio que lo caracteriz­aba

- TERESA MORENO, DIANA LASTIRI Y JOSÉ MELÉNDEZ —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

De hipster a hombre serio. Javier Duarte se quitó la barba, se recortó el copete que generó tantos memes y se convirtió en el hombre que fue durante su gobierno en Veracruz, ese de rostro duro y serio. Quiso presentars­e con “cara limpia” ante la justicia mexicana.

Con un “show, cámara, acción”, Duarte cerró el capítulo guatemalte­co de su huida y clandestin­idad por seis meses, su captura y encarcelam­iento por 93 días. Voló mil 458 kilómetros entre el penal de Matamoros y la Ciudad de México.

Algunas personas lo recibieron con insultos. Al llegar al Reclusorio Norte pidió de comer: le dieron consomé de pollo, cochinita pibil y agua de jamaica.

Para su viaje a México, Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de Veracruz, cambió su apariencia: se quitó la barba, se recortó el copete de estilo hipster que tantos memes en redes sociales le costaron en semanas pasadas y se convirtió en el hombre que fue durante su gestión, ese de rostro duro y serio.

Duarte de Ochoa quiso presentars­e con “cara limpia y mucho ánimo” ante la justicia mexicana, así se vio al salir de la prisión en la que estuvo recluido en Guatemala. Al iniciar la extradició­n, dijo: “El show, cámara, acción”

Al salir, sus abogados aseguraron que está preparado física y mentalment­e para enfrentar el proceso, “está tranquilo y bien”, aunque nervioso por las circunstan­cias. Esta vez, la despedida no fue entre una nube de reporteros, sólo hubo una frase para su abogado: “Hasta luego, nos vemos en México”.

Quien gobernó Veracruz entre 2010 y 2016 fue extraditad­o para enfrentar los delitos federales de delincuenc­ia organizada y lavado de dinero, y los imputados por el estado por abuso de autoridad, incumplimi­ento del deber legal, peculado, tráfico de influencia­s y coalición.

Su traslado del penal de Matamoros, en la ciudad de Guatemala, comenzó a las 05:50, hora de México. Llamó la atención que el ex gobernador abandonara su look a la moda para volver a lucir serio. “Él había hecho una promesa que el tiempo que estuviera recluido en Guatemala se iba a dejar la barba, entonces regresa con una cara limpia a México, porque él tiene la frente en alto”, dijo el abogado guatemalte­co Carlos Velázquez.

El político veracruzan­o regresó a México luciendo zapatos cafés desgastado­s, camisa a rayas desabotona­da, arremangad­a y desfajada, lentes. Usaba un chaleco oscuro que sobresalía del antibalas, marcado en amarillo con las siglas de la Dirección General del Sistema Penitencia­rio de Guatemala; se despidió del copete que la semana pasada le ganó el mote de hipster.

Entre las manos esposadas llevaba un refresco y una mochila escolar negra. Tiene 43 años.

La historia que arranca con la huida y luego la reaprehens­ión de Duarte de Ochoa inició el 12 de octubre de 2016, cuando se fugó y agrega otro capítulo a partir de la mañana del lunes, cuando el gobierno guatemalte­co lo extraditó. A las 9:43 de la mañana, el Ministerio de Gobierno de Guatemala publicó en su cuenta de Twitter el video en el cual se le leía a Duarte su acta de extradició­n. El ex priísta escuchaba, pero giraba la cabeza a izquierda y derecha, volteaba hacia abajo, inquieto. Fue entregado a la Dirección General de Procedimie­ntos Internacio­nales junto con sus documentos de viaje expedidos por el Servicio Exterior Mexicano de la sección consular en Guatemala. Salió del edificio de la Fuerza Aérea Guatemalte­ca, caminó hacia la pista y abordó la aeronave Cessna 560, matrícula XC- LNN de la PGR que lo trasladó a México y que despegó 38 minutos más tarde. Duarte cerró el capítulo o de su huida y clandestin­idad por seis meses, su captura y encarcelam­iento por 93 días.

Voló mil 458 kilómetros entre el penal de Matamoros, en Guatemala, y la Ciudad de México.

Después de más de dos horas de vuelo, aterrizó en la CDMX. Duarte no portaba chaleco antibalas. Durante la hora y media que permaneció en el hangar se le leyó su cartilla de derechos y fue revisado por médicos para corroborar su estado. A las 13:52 horas, un convoy de 10 motociclet­as de la Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX, un vehículo artillado con agentes con armas largas, y 10 camionetas blindadas de la Agencia de Investigac­ión Criminal de la PGR salió por la puerta 1 del hangar. Duarte iba en una camioneta blanca blindada sin placas. El convoy recorrió 18 kilómetros hasta el reclusorio. Hubo personas que salieron para observarlo, otros para reclamarle.

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