El Universal

Romero, en Tierra de los muertos

El padre de las películas de zombis, George A. Romero, falleció a los 77 años de cáncer de pulmón rodeado de su familia y la música de su cinta favorita

- Redacción, DPA y AP

Los Ángeles.— “Ellos me ofrecieron hacer un par de episodios de The walking dead, pero no quería ser parte de eso. Básicament­e, es una teleserie con uno que otro zombi ocasional. Siempre usé a los zombis como un personaje para la sátira o la crítica política. Creo que eso está ausente en lo que está pasando ahora”, afirmó Romero para la revista Time. Fue así como entonces el padre moderno de los zombis nunca quiso ser parte del furor actual de los muertos vivientes.

George A. Romero murió el domingo en Canadá a causa de cáncer de pulmón y fue gracias a Night of the living day (La noche de los muertos vivientes, 1968) que comenzó una era de terror de los zombis.

Según los expertos, el legado de Romero reside en que sentó las bases de la dinámica zombie. Cosas como dispararle­s en la cabeza, que si te muerden quedas infectado y sobre todo que los muertos estaban regresando a la vida; esas eran las reglas.

Ninguno de sus otros filmes tuvo el mismo furor y popularida­d que La Noche de los muertos vivientes. There’ always vanilla (1971), Season of the witch (1972) y The Crazies (1973) y Land of the dead (Tierra de los muertos, 2005), fueron algunos títulos. Sin embargo, Romero retomó la vida oscura con la cinta Creepshow: El festín del terror, en donde trabajó con el texto de Stephen King y que luego sería una serie de tv. Su última cinta, Survival of the dead, fue estrenada en el Festival de Venecia.

Two evil eyes, basada en relatos de Edgar Allan Poe y dirigida junto con Dario Argento, o The dark half, basada en la novela homónima de King, son otros de sus títulos.

Romero, que tenía 77 años, murió rodeado de su familia, su esposa Suzanne Desrocher y su hija Tina Romero, según confirmó su mánager, Chris Roe. En su lecho de muerte se escuchó la banda sonora de su película favorita, que no tenía nada que ver con el cine de terror: The quiet man, el clásico de John Ford con John Wayne y Maureen O’Hara.

Rodada en blanco y negro, Night of the living dead salió adelante con un presupuest­o de apenas 114 mil dólares y sirope de chocolate licuado como sangre en los efectos especiales. Tras sus numerosas reposicion­es, este clásico del cine de zombis cosechó 30 millones de dólares en todo el mundo y ejerció una enorme influencia en películas y videojuego­s posteriore­s.

La historia es sencilla: por causas desconocid­as, los muertos salen de sus tumbas y comienzan a perseguir a los vivos. Un heterogéne­o grupo de personas intenta refugiarse en una granja... y empieza el apocalipsi­s zombi. En este filme de serie B, Romero también se adelantó a su tiempo dando el papel protagonis­ta a un actor negro: Duane Jones. Y según contó a Los Angeles Times, siempre puso sus zombis al servicio de la sátira o la crítica política.

Eran metáforas sobre conformida­d, racismo, de la cultura del consumismo, militariza­ción, de diferencia­s de clases y otros males sociales. “Los zombis pueden ser lo que sea”, contó Romero a AP en 2008. “Pueden ser una avalancha o un huracán. Es un desastre allá afuera. Las historias son sobre cómo las personas fallan en responder de la manera adecuada. Fallan en abordarlo. Siguen tratando de quedarse donde están, en lugar de reconocer que probableme­nte sea muy grande para que intentemos mantenerlo. Esa es la parte que siempre he disfrutado”, dijo.

La muerte de Romero se sintió a través de un amplio espectro de fanáticos del terror y cineastas. Stephen King lo llamó su colaborado­r favorito y dijo: “Nunca habrá otro como tú”. El cineasta mexicano Guillermo del Toro expresó que “La pérdida es tan enorme”.

“Las historias son sobre cómo las personas fallan en responder de la manera adecuada” GEORGE A. ROMERO Cineasta

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El cineasta y sus fans en el Festival Internacio­nal de Cine de Toronto, en 2009.

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