LAS DOS CARAS DE LA EMOCIÓN
Nissan Motorsports International (Nismo) invade México a bordo del 370Z y del Sentra
Nissan Motorsports International presenta dos tiros de precisión: el 370Z y el Sentra.
La historia de Nissan en el deporte motor no arrancó con Nismo. Es más alargada y profunda incluso la sombra del ‘Auto Z’ (cual arma secreta en alguna película de espías). Es normal; es cuestión de prestigio y gracia puestos en las calles y en las pistas. El biplaza setentero llegó a personificar la definición de ‘deportivo japonés auténtico, honesto y relativamente accesible’, con apariciones memorables en los noventa y buena capacidad de reinvención en el 370Z contemporáneo. Sin embargo, Nismo es la profesionalización de la tradición competitiva de la armadora japonesa; es el empaque de un equipo de trabajo paralelo encargado de formar pilotos, desarrollar tecnología, dar la cara en diferentes categorías y circuitos y, lo que más nos interesa ahora, añadir diversión a una gama amplia de modelos convencionales.
Esta semana ambas trayectorias, la del 370Z y la de Nismo, se cruzaron en México, a dos meses de la presentación del GT-R, el deportivo Nissan por excelencia. También se reveló el Sentra con tratamiento Nismo, un desarrollo menos seductor pero quizás más interesante como producto. Probamos y analizamos los dos.
En el mundo ya no hay muchas ‘celebridades’ de alto desempeño que se echen en falta en nuestro país, aparte de ciertos superdeportivos muy exóticos. Eso demuestra la madurez de nuestro mercado. La pasión de los conductores mexicanos hoy se toma bien en serio.