El Universal

“Fractura en PRI, si no se elige buen candidato”

Critica a quienes “por moda” buscan a un aspirante externo para 2018

- María de los Ángeles Moreno Ex presidenta del PRI ARIADNA GARCÍA —politica@eluniversa­l.com.mx

La ex presidenta del PRI María de los Ángeles Moreno considera que si no se da una buena selección de candidato presidenci­al para 2018, a través del diálogo con la militancia y con negociació­n, el riesgo de una fractura interna es inminente y puede minar la posibilida­d de triunfo.

En entrevista con EL UNIVERSAL, cuestiona a quienes piden “por moda” que el abanderado sea alguien externo y ciudadano. Afirma que en el PRI hay perfiles adecuados a quienes debe darse oportunida­d.

“Si hay un error en la selección del candidato puede darse una fractura que quizá no sea visible, pero que desde dentro mine el potencial y la posibilida­d de triunfo”

Si al interior del PRI no se da una buena selección del candidato presidenci­al para 2018, a través del diálogo con la militancia y con negociació­n, el riesgo de una fractura al interior del partido es inminente, considera la ex presidenta del partido, María de los Ángeles Moreno.

En entrevista con EL UNIVERSAL, destaca que si bien una fractura interna puede no ser visible hacia la opinión pública, sí puede minar el camino de triunfo en la Presidenci­a de la República el próximo año.

Cuestiona por qué no hay debate al interior del partido de cara a la 22 Asamblea Nacional, y por qué no se escucha a la militancia.

La discusión, señala, está en la selección del candidato presidenci­al, para ver si se permite un externo. Sin embargo, añade, dentro del PRI hay buenos cuadros a los que se les debe dar oportunida­d.

Si es un externo, apunta, debe ser avalado por la militancia. O en su caso, se debe explicar perfectame­nte por qué un externo.

Ella, junto a otros, recién estuvo en una reunión con el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa. Moreno Uriegas refiere que fue escuchada, pero le queda duda de si sus comentario­s serán tomados en cuenta.

La priísta capitalina considera que en las Mesas Temáticas Nacionales que celebrará el PRI la semana próxima se pueden dar discusione­s acaloradas, pero si hay debate y negociació­n se puede llegar a un buen acuerdo.

Principios olvidados

¿En dónde se encuentra el PRI hoy como partido? —Sigue siendo un partido cuya Declaració­n de Principios claramente establece que es heredero de los principios revolucion­arios de 1910 y que ha buscado siempre el bienestar para las mayorías y responder con institucio­nes y programas a las principale­s demandas de la población.

Hoy yo diría que el PRI quizá se ha alejado en varias ocasiones de esos principios y ha fallado en proporcion­arle a la población lo que principalm­ente demanda: empleo, educación de calidad, un salario o ingreso digno; salud y seguridad. Hoy hay un clamor por seguridad pública y social que está faltando. Yo diría que en eso mi partido, el PRI, está fallando. Necesita volver a hacer realidad los principios que postula.

Me parece que en algunas cosas parece acercarse a otras corrientes —con las cuales no comparto absolutame­nte nada—, que son de derecha y que deberíamos retomar el cauce y el curso de acción que nos vuelva a colocar indudablem­ente como partido político, independie­nte del poder que responde a las necesidade­s del pueblo. ¿Cómo se puede retomar el cauce desde dentro del partido? —Me parece que los grandes cambios del partido históricam­ente se han dado desde adentro. Aun cuando éramos partido hegemónico, hace ya muchos años, la discusión se daba adentro, había debate. Se hablaba de un péndulo que se movía más hacia la izquierda o hacia la derecha, los debates eran quizá más intensos al interior del partido, buscando congruenci­a, aplicación de los apotemas, de los principios y postulados del partido, y no sólo en campaña, sino fundamenta­lmente desde el gobierno y desde las distintas institucio­nes. ¿Hoy no hay debate? —Casi no y eso es incómodo. Yo creo que desde adentro se puede [cambiar al partido], y esta situación de que por acá hay una corriente que dice: ‘No coincidimo­s con la forma de selección posible del candidato, no estaremos de acuerdo en que sea una decisión unilateral del Presidente de la República’, qué bueno. Un partido vivo no puede tener falta de debate, tiene que haberlo, tiene que existir posición discordant­e, tienen que existir fuerzas que digan: ‘Por ahí no, veremos por acá’. Y segurament­e en esa mesa de estatutos se va a presentar un debate muy intenso. Las últimas asambleas del PRI han sido acaloradas y no han terminado en fractura. Hoy existe quien le apuesta a la división. —Bueno, si hay un error en la selección del precandida­to, que luego sería candidato, puede darse una fractura que quizá no sea visible, pero que desde dentro del tricolor mine el potencial y la posibilida­d de triunfo del partido. Esto sí sería delicado, porque si el debate se da en la tribuna, aunque haya golpes, sillazos y gritos, bueno, que ahí se dirimirá con el voto cuál es la ponencia que triunfe o cuál es el punto de vista que gane.

Hasta ahí todo bien, si después se diera una decisión equivocada que divida al partido, ahí sí yo no veo cómo podríamos ganar, porque de por sí las elecciones en la actualidad son muy competidas y los márgenes del triunfo son escasos, y si a eso se le suma una división interna, creo que no habría posibilida­des de ganar. ¿Considera que es válido abrir la candidatur­a presidenci­al a un simpatizan­te externo? —Si el partido lo aprobara, si el partido se abriera totalmente a algún personaje notable, que tenga muy buenos puntos a favor: inteligenc­ia, participac­ión pública, social, de responsabi­lidad... pudiera ser. Pero ese tendría que ser muy cuidado, muy bien selecciona­do, si se quiere que haya una aceptación generaliza­da.

Pero yo diría: si tenemos tantos posibles, internos, ¿para qué recurrir a un ciudadano? ¿Porque es la moda? Porque se dice que sólo los ciudadanos... no sé cómo ponerlo: todos somos ciudadanos (...) yo soy ciudadana, por qué no yo, soy interna y muchos más somos internos.

Hay entre nosotros personas muy valiosas, reconocida­s, inteligent­es, con trayectori­a impecable, quienes no tienen ninguna acusación que pese ni cómo sombra en sus carreras. Sí hay, hay muchos.

Hay muchos posibles y uno solo que se ha declarado que no es priísta. Bueno, si hay toda una baraja, por qué no un interno y por qué no someterlo a una auscultaci­ón, como siempre se hizo históricam­ente.

El Presidente de la República consultaba, veía, analizaba, tomaba expediente­s, experienci­as, comentario­s múltiples y sobre esa base acordaba con el partido y éste sacaba un candidato. ¿Por qué no ahora? ¿Hay oídos sordos? —Hay quizá una posición más de decisión, que quien la toma considera que debe respetarse a ultranza y creo que esto no debe ser así. El Revolucion­ario Institucio­nal siempre ha sido un partido disciplina­do que hace lo que se manda... —Pero quién se lo dice, depende de quién se lo dice. ¿El partido ya no sigue en esa misma tónica? —Han cambiado mucho las cosas. En la actualidad hay personajes que no están dispuestos a seguir con una trayectori­a en la que más allá de la disciplina, más allá del respeto entre nosotros y a las figuras relevantes en nuestro país —comenzando por el Presidente de la República, pero no es el único—, son atendibles, pero no confundamo­s disciplina con obsecuenci­a.

Por eso yo celebro el debate, puede en el momento parecer muy duro, muy rudo incluso, pero es útil. Si nuestras autoridade­s no son capaces de convencer, me parece que solamente vencer es muy riesgoso en esta época. Hay quienes simplement­e piden negociació­n para seguir adelante, ¿es necesario? —Yo creo que sí. Habría que plantear por qué tal personaje sería el más adecuado, primero para los propósitos de bienestar social, de desarrollo económico del país. Por qué las prendas o las caracterís­ticas de ese personaje serían las más apropiadas para que el país vaya para adelante, de acuerdo con los principios del Revolucion­ario Institucio­nal, con la ideología del partido no cabría una ideología de derecha. ¿Hay riesgo de un nuevo sistema dentro del partido? —No lo creo, pero todo es posible. Pareciera que las condicione­s y las circunstan­cias actuales propician que esas voces y esos movimiento­s que han aparecido atraigan a otros más y que si hubiera decisiones unilateral­es pudieran provocar una división. Una división que, yo insisto, llevaría al PRI a perder la elección.

Tiene condicione­s difíciles de por sí: por el alto nivel de competenci­a, por todos los actores políticos que están jugando, por las situacione­s que no le dan en este momento al PRI y a sus personajes las más altas calificaci­ones. Si a eso le sumamos una división interna, pues está difícil lograr el triunfo, que es lo que se desea.

Considero que debe haber piso parejo. Porque un personaje que deslumbra, quizá por talento y su personalid­ad, va a tener más favorables las condicione­s que alguien que a la mejor no es tan deslumbran­te, pero tiene inteligenc­ia, talento, personalid­ad, trayectori­a y además militancia. Nada de imposicion­es... —Por eso digo, lo único que nos podría fragmentar sería una imposición abierta, sin reglas, sin condicione­s, sin explicacio­nes, simplement­e porque se le ocurra a quien lo puede hacer, sería algo difícil de aceptar. ¿Qué espera de la 22 asamblea, cambios fuertes? —Me parece que va a haber cambios importante­s en las formas de elegir al candidato; en las condicione­s para esa selección; transparen­cia y rendición de cuentas, que posiblemen­te lleve a un nuevo código de ética y sanciones mucho más drásticas.

Si en lugar de plantear en mesa de ética y rendición de cuentas se pretendier­a meter una y otra vez la declaració­n de que nos importa mucho la honestidad, la honradez, la no corrupción, sería un exceso.

Nos ha faltado ser congruente­s con nuestra declaració­n de principios, estatutos, eso llevarlo a la práctica cotidiana, llevarlo a la expresión más entendible para la gente que significa la congruenci­a entre el decir y el hacer.

Si no se refleja el sentir de la militancia va a haber más ruido y todo eso deja residuos de divisionis­mo que no coadyuvan a lo que necesitamo­s: ir todos unidos a una elección.

“Si hay un error en la selección del precandida­to, que luego sería candidato, puede darse una fractura que quizá no sea visible, pero que desde dentro mine el potencial y la posibilida­d de triunfo del partido” “[En la 22 Asamblea Nacional del PRI] si no se refleja el sentir de la militancia va a haber más ruido y todo eso deja residuos de divisionis­mo que no coadyuvan a lo que necesitamo­s y buscamos: ir todos unidos a una elección presidenci­al”

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