Aún recuerdo la primera vez que traté de explicarle a mi mamá sobre mi trabajo. Creo que a la fecha –siete años después– aún no le queda muy claro qué es exactamente lo que hago. Lo sé porque ni siquiera puede parafraseárselo a sus amigas; me da un poco d
¿Qué es y qué hace un estilista de moda? La respuesta es fácil desde mi punto de vista: crear historias a través de la moda, de la ropa y de los elementos. Es desarrollar un concepto a través de las prendas que pueda inspirar y traducir las tendencias de manera aterrizada para que un público determinado las interprete desde su sentido de la estética.
Cuando comencé a hacer estilismo me pareció fascinante el hecho de tener un lienzo en blanco para formular ‘algo’ que tuviera lógica –o no– y se plasmara en una fotografía, en una pasarela, en un set o, bien, en la vida misma de una persona. En palabras más poéticas, diría que es como escribir las líneas de una canción, una partitura, que al sonar cobra sentido de alguna u otra forma.
Algunos podrán catalogar como superficial lo que hacemos; otros diremos siempre que es arte. Tampoco quiero que lo vean por la parte de lo bello y lo glamuroso. El trabajo del estilista de moda no es sencillo; tampoco se trata de tomar una blusa, unos zapatos y una falda y ¡listo! Existe preparación, estudio, sensibilidad, práctica y, sobre todo, mucho trabajo. Es una labor muy pesada, inclusive desgastante, y podría clasificarlo como un trabajo de resistencia. Gestionar los préstamos, elegir las prendas, armar la logística, tener un equipo eficiente, cuidar la ropa (al final es nuestro material de trabajo), tener una relación armoniosa con el equipo... son mil cosas las que se deben cuidar.
Para quienes me leen, mi primer consejo sería ¡estudien y aprendan! Aquí aplica el famoso dicho de “la práctica hace al maestro”. Para ser estilista debemos ser sensibles a los impulsos externos e internos que nos rodean y que viven dentro de nosotros, también tenemos que aprender a escuchar y ser creativos. Claro que un poco de fuerza también ayuda: ¡esas toneladas de ropa no se cargan solas!
Otra característica importante es ser detallista y estar siempre alerta, la ropa debe lucir impecable en todo momento sin importar las adversidades climáticas o del set. Con el tiempo, uno se va haciendo de trucos y ‘mañas’. Tampoco es un trabajo que requiera de física cuántica pero me he dado cuenta que algunos perfiles encajan mejor en el puesto que otros, y el ojo y la sensibilidad se va haciendo.
Como siempre les digo, jamás quedarse en la zona de confort, y esto aplica perfecto para aquellos que somos o que quieren ser fashion stylists. El cielo es el límite, y de nosotros depende reinventarnos. Con cariño, Gina.