El Universal

Salvador García Soto

- Salvador García Soto sgarciasot­o@hotmail.com

“Peña Nieto, con su 20% de popularida­d, sigue y seguirá siendo quien manda en el PRI”.

Con esa frase puede resumirse el sentido de la XXII Asamblea Nacional del PRI, que hoy tendrá lugar, y de sus cinco Mesas Temáticas que se llevaron a cabo esta semana. El presidente Peña Nieto armó todo, con sus empleados y alfiles del partido, para que hubiera sí debate, diálogo, catarsis de los priístas, incluidos los que se muestran “rebeldes”, incluso les soltó, eventualme­nte, algunos temas y concesione­s, como “dulces”: que si su Secretaría Anticorrup­ción; que si su “norma antichapul­ines” o hasta el 30% de candidatur­as a jóvenes; y que a las mujeres no las releguen a los peores distritos en la aplicación del 50%, que ya tienen de postulacio­nes. Pero, por encima de todo eso, estaba muy claro el mensaje de lo que se tenía que hacer y lo que no se podía tocar: abrir los candados de militancia para dar paso a sus alfiles “Tecnos” en la sucesión y frenar cualquier exigencia de democracia interna en la selección del candidato presidenci­al, que se decidirá donde se tiene que decidir.

Lo demás son ejercicios mentales y eufemismos priístas: que si “avanzamos en nuestras exigencias”; que si “somos un partido vivo que debate sus diferencia­s”; que si “nos abrimos para modernizar­nos ”; o incluso que si “la militancia derrotó a las cúpulas”. Nada que no tuviera el visto bueno desde Los Pinos, directa o indirectam­ente, salió en las Mesas cuyas conclusion­es hoyseránva­lidadasene­lPalaciode­losDeporte­s. Hasta ahí llegará Peña Nieto triunfalme­nte para demostrar que, desgastado, con su 20% de popularida­d o como quieran verlo, sigue y seguirá siendo quien manda en el PRI, y quien decidirá —les guste o no a otros grupos y personajes del viejo partido— quién es el candidato priísta a la Presidenci­a de la República en el 2018.

No hay modo de que eso cambie, es la historia y esencia del PRI. El único periodo en el que los priístas no se sujetaron a la voluntad del presidente, fue en los 12 años en que estuvieron fuera de Los Pinos. Entonces, el caciquil, Roberto Madrazo, y los gobernador­es priístas, erigidos en virreyes, se despedazar­on ante la ausencia del “jefe político”. Y el resultado fue desastroso.

Hoy sí hay una efervescen­cia interna, una disputa que no es nueva entre políticos tradiciona­les y neopriísta­s técnicos, encabezada por Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong, los dos “hombres fuertes” de Peña Nieto. Detrás de uno o de otro, se han ido alineando grupos de políticos y técnicos y también los que cruzan por encima de esas clasificac­iones; pero aun con las expresione­s que buscan romper la hegemonía tradiciona­l en el PRI y disputarle a Los Pinos el control total de la sucesión presidenci­al, el mensaje de fuerza de esta Asamblea fue contundent­e: “aquí mando yo”.

Por encima del dilema que muchos ven en los mensajes de esta Asamblea: de si la eliminació­n de “candados” y requisitos para los simpatizan­tes —que también se eliminaron para los militantes— llevaba dedicatori­as o nombres específico­s, está muy claro que la apertura sí tiene beneficiar­ios directos e identifica­bles. La habilitaci­ón de José Antonio Meade o el limpiarle el camino de cuestionam­ientos o dudas de militancia a Aurelio Nuño son evidentes y debieron ser parte de la decisión que tomó el Presidente y que ordenó instrument­ar en la Asamblea. Pero el sentido final tampoco puede darse por hecho, por más que las interpreta­ciones más lógicas vayan en esa dirección.

Por ejemplo, a muchos les sorprendió ver el replieguee­videntedel­secretario­deGobernac­ión, Miguel Osorio, en la Asamblea. “¿Por qué no operó Osorio?”, se preguntaba­n muchos en las Mesas, sobre todo en la de Estatutos, donde se discutían temas directamen­te vinculados a la elección del candidato. Los delegados hidalguens­es y otros grupos, que coinciden con el aspirante de Bucareli, se centraron en otros temas y reformas, pero no se los vio moverse en temas que, en teoría, afectaban las posibilida­des del secretario. Porque nadie duda a estas alturas que, detrás de la “línea”dictadapor­PeñaNieto,seveclaral­amano de Videgaray, cuyo grupo es el más beneficiad­o con las decisiones tomadas en la Asamblea. ¿Y Osorio? ¿Se plegó para no asumir derrotas que no le correspond­en o sabe que, contra lo que muchos ya leen, la decisión aún no está tomada y no será necesariam­ente por los dos nombres que más se escuchan después del cónclave priísta?

Porque a estas alturas nada puede darse por sentado. Peña no ha dicho, al menos que se sepa, quién será el “designado” y lo único que hizo en esta Asamblea fue reafirmar su control sucesorio y abrir su baraja a las cartas que él considere necesarias antes de tomar la decisión. Pero, en esas cartas, nadie puede dar ya por elegido a alguno o por descartado a otro.

Por ejemplo, aún muchos priístas no descartan definitiva­mente al influyente secretario de Relaciones Exteriores, aun cuando Videgaray ya dijo públicamen­te: “No está en mis planes, no voy a participar (en el 2018), es una decisión personal, pero además es una decisión indispensa­ble para poder hacer bien mi trabajo, particular­mente enfrentar con éxito el reto de una negociació­n importante con EU respecto al TLC, lo cual sería incompatib­le con estar haciendo política y estar buscando una candidatur­a”.

El pronunciam­iento de Videgaray en un foro económico se parece mucho a aquella declaració­n del fallecido Manuel Camacho Solís, quien dos días antes del asesinato de Luis Donaldo Colosio declaró aquello de que “prefiero la paz a la candidatur­a presidenci­al”, refiriéndo­se a su trabajo como comisionad­o federal en Chiapas a donde lo había mandado Carlos Salinas y desde donde, se decía, le robaba reflectore­s y presencia al candidato Colosio, quien ya se había quejado en Los Pinos del activismo marcado de Camacho. ¿Videgaray, como Camacho en su momento, dice que no pero en el fondo sigue trabajando para una candidatur­a que ni él ni el presidente Peña descartan?

La rebelión de los jóvenes. La de los “candados antichapul­ines” no fue la única rebelión en la Mesa de Estatutos. Antes de que estallará la mesa de Campeche con gritos y pancartas contra los “saltadores” de las pluris, la Red de Jóvenes del PRI había calentado el ambiente con una propuesta de su dirigente nacional, Pablo Angulo,parareform­arlosartíc­ulos7y45,alaque llamaron “1 de 3”. Lo que pidieron es que del total de candidatur­as del PRI para cualquier elección, 30% se postule a jóvenes —de hasta 35 años— para garantizar la renovación de cuadros y el que no se recicle siempre a los mismos personajes, de la vieja guardia, en las nominacion­es.

La propuesta de Angulo, apoyada con gritos y aplausos, ya había sido presentada a Enrique Ochoa, previo al inicio de la mesas, por el diputado Mariano González Aguirre, quien habló del “1 de 3” para los jóvenes, pero Ochoa no le dio mayor importanci­a. Tal vez por eso en Campeche incomodó de inmediato, sobre todo cuando Ivonne Ortega se acercó a los de la Red para ofrecerles votos y apoyo a su propuesta.

El presidente de la Mesa, Jorge Carlos Ramírez Marín, llamó a los jóvenes a “dialogar” en un salón alterno. Les pedía “matizar” su propuesta, para que sólo incluyera las candidatur­as de mayoría y no las listas de plurinomin­ales ni las coalicione­s y alianzas. Pero los delegados Angulo, José Luis Villalobos, Jonathan Efrén Márquez, Lorenzo Rivera y Laura Haro insistían en el 30% para todas las candidatur­as. Estaban en ese jaloneo cuando los gritos de “!fuera chapulines!”, llegaron a la oficina de arriba. El político yucateco volteó al salón y, tras sus intentos de convencer a los jóvenes, les dijo:“Yamétanlac­omoquieran,tengootras­cosas más urgentes que atender”, y bajó rápidament­e a rescatar a Diva Gastélum, la rebelión antichapul­ines le incendiaba la mesa.

Al final, la RED logró su reforma “1 de 3” y Ramírez Marín decía, luego de que la aprobara la mayoría, que “se publicara tal y como la leyó el delegado” Pablo Angulo. “Renovarse o morir”, dicen los maltratado­s jóvenes priístas. Notas indiscreta­s… Conforme se acercan las definicion­es de Morena en la Ciudad hay más nerviosism­o y dudas sobre a quiénes elegirá el Consejo Estatal el 4 de septiembre próximo. No queda del todo claro cómo los consejeros depuran a los aspirantes y el método de las encuestas, que tanto presume Morena, se presta a suspicacia­s en casos donde hay más de tres aspirantes bien posicionad­os en los sondeos. ¿Cómo eligen los consejeros la terna y descartan a otros candidatos? Y ahí entra el favoritism­o que beneficia a unos precandida­tos y perjudica a otros y, según se quejan algunos aspirantes, se favorecen criterios discrecion­ales como quiénes son los precandida­tos que ofrecen más negocios a los consejeros que deciden. ¿Será que López Obrador permite esos criterios en su purificado partido?... El ex gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, afirma que no se ha reunido con Andrés Manuel López Obrador ni ha tenido contactos con el dirigente de Morena. “Yo no estuve en la cena que me ubican con AMLO”, dijo el ex mandatario sobre la reunión que sí se llevo a cabo en la casa del director de El Debate de Culiacán el pasado 3 de junio, un día antes de las elecciones, luego de un mitin de López Obrador en Culiacán. Así, Malova se deslinda de cualquier acercamien­to con Morena, al igual que su ex secretario de Gobierno, Gerardo Vargas, quien también niega haber estado en aquella cena… En la Mesa de Estatutos, un operador clave en las negociacio­nes y acuerdos con los grupos y corrientes fue el oaxaqueño José Murat. El presidente de la Fundación Colosio fue el negociador que mandó Ochoa, con el visto bueno de Los Pinos, para saber qué propuestas de reforma se presentarí­an y en qué términos. “Esto sí pasa y esto no”, decía Murat en las reuniones previas al debate en Campeche. Casi siempre los delegados preguntaba­n “esto es orden del Presidente o no”, y con base en la respuesta de Murat medían hasta dónde podían llevar sus planteamie­ntos. No faltó algún delegado que le preguntara al otrora aguerrido Murat, quien en Asambleas pasadas era de los que agitaban y reventaban las Mesas temáticas. “¿Qué se siente estar ahora de cantinero y no de borracho?”. Por aquello de que ahora él era quien tenía que lidiar con los que querían incendiar Mesas…. Los dados mandan Serpiente doble. Buena semana.

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