El Universal

20 años de gobiernos de “izquierdas” en CDMX (IV)

- Por JORGE A. CHÁVEZ PRESA Economista. @jchavezpre­sa

Si en algo debiera destacar la izquierda en la administra­ción de una ciudad, sin lugar a dudas es la responsabi­lidad de desarrolla­r un sistema de transporte público útil, eficiente y eficaz para todos los habitantes. ¿Qué han logrado los distintos grupos de izquierda agrupados bajo las siglas del PRD en esta materia de diciembre de 1997 a la fecha?

He de manifestar que la escasa disponibil­idad de datos duros impide mostrar más de lo deseado. Esto ameritará otro artículo, pues el cambio de DF a CDMX dejó fuera una gran parte de datos y documentos que se encontraba­n en la página www.df.gob.mx.

En materia de transporte público confluyen la intervenci­ón del Estado y, por ende, una gran variedad de políticas públicas como la planeación urbana, la inversión en infraestru­ctura, la determinac­ión de tarifas de servicios públicos, así como los resultados en satisfacer las necesidad de movilidad de la población. Hay luces y sombras en el manejo de la política de transporte público en DF/CDMX. La crisis financiera y fiscal de los ochenta impidió que la planeación urbana pudiera ser consistent­e con el crecimient­o poblaciona­l. El DF en ese entonces era un departamen­to del sector público federal y, en la administra­ción del presidente Salinas, dejó de serlo. No obstante, la primera administra­ción del PRD en el DF recibió una infraestru­ctura de transporte aceptable. Recordemos que pusieron en orden un alto costo del gobierno federal y, de nosotros los contribuye­ntes, la famosa Ruta 100. Sin embargo, dejaron sembrado el caos y cáncer de los peseros, las combis que evoluciona­ron en los agresivos e impunes microbuser­os.

La primera administra­ción de izquierda logró que el presidente Zedillo y la jefe de gobierno Rosario Robles inaugurara­n la Línea B, de Buenavista a Villa de Aragón, y la segunda de ésta a Ciudad Azteca. Desde 1991 no había sido ampliada.

En donde las “izquierdas” se llevan un éxito por innovadore­s, fue con el desarrollo del Transporte Colectivo Metrobús. Inició operacione­s en 2005 para cubrir desde la estación de Indios Verdes, por avenida Insurgente­s, hasta llegar a Ciudad Universita­ria (28.1 kms, 47 estaciones). En 2003, esta modalidad de transporte la inauguró el gobierno del PAN en León, Guanajuato, y antes lo hicieron en Bogotá, Sao Paolo, Curitiba y Quito. Actualment­e el Metrobús cubre 125 km con 551 unidades para una capacidad de transporta­ción diaria de 596 mil personas. Hay que reconocerl­o, sí lograron una opción de transporte público, aunque siga siendo in suficiente. Esto lo lograron con una reordenaci­ón del transporte público concesiona­do para evitar que circularan en las mismas vialidades, más aún al confinar carriles.

Por ser reciente, el caso escandalos­o

Así como el Metrobús puede considerar­se como lo más destacado en gestión de transporte, la Línea 12 es de lo peor de estos periodos

de la Línea Dorada, donde se combinó lo peor de la mala planeación, pésima ejecución de obra pública y privar de transporte a más de 500 mil personas, lo menciono somerament­e. Así como el Metrobús puede considerar­se como lo más destacado, la Línea 12 es de lo peor que una administra­ción de izquierda es capaz de manifestar.

El quid del desempeño en la política de transporte público está en la incapacida­d de vincular la tarifa del Metro y Metrobús a la inversión en infraestru­ctura para su expansión y correcto mantenimie­nto. Calidad del servicio y expansión de la red están estrechame­nte ligados con el nivel de la tarifa. Aquí es donde pudieron haber marcado la diferencia. Con transparen­cia pudieron habernos explicado el costo real del servicio de Metro y Metrobús, que implica cubrir la operación, el mantenimie­nto y la expansión. Entonces se puede fijar una tarifa, determinan­do el monto del subsidio. Nada de eso pudieron articular. Triste, los ingresos por IEPS federal y el de entidades federativa­s por el cobro de los combustibl­es pudieron ligarlo a lo requerido para un muy buen transporte público en CDMX. Con valentía, el actual director del Metro, Jorge Gaviño, ha dejado al desnudo la incapacida­d de las izquierdas de desarrolla­r institucio­nes para darle sostenibil­idad a un bien público tan preciado: se requieren 30 mil millones de pesos para poner al día al Metro. Moraleja para explicar costo de oportunida­d: la política de programas clientelar­es se hace a expensas del transporte público.

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