Fantasmas en el Centro Histórico
Un historiador te guía por los edificios monumentales del corazón de la CDMX para contarte sus mitos y leyendas
Quizá muchos conozcan las pizzas del Perro Negro en la calle de Donceles. Pero, ¿sabías que ese edificio es conocido como la Casa de los Ahorcados y que cada vez que el negocio cierra sus puertas, los trabajadores rezan para no encontrarse con la “dama de blanco”? Anécdotas como ésta son narradas en un recorrido de mitos y leyendas, que intentará “despertar” a los fantasmas que habitan el Centro Histórico.
Todo inicia en las puertas del Gran Hotel Ciudad de México (1), en la Calle 16 de Septiembre. Fue un antiguo centro mercantil donde la clase pudiente del porfiriato compraba ropa traída de Europa. Presta atención al vitral Tiffany que decora el techo y a su elevador de dos puertas forjado en hierro; éste apareció en la última entrega del agente 007.
La ruta sigue hacia los portales del Zócalo (2). Frente a Palacio Nacional. El historiador cuenta que, en 1951, el primer cuadro de la ciudad sufrió una inundación que duró seis años.
El primer fantasma aparece en la Catedral Metropolitana (3), justo en el campanario. Ahí se conserva la llamada “Campana Castigada”, a la cual se le retiró el badajo por empujar al vacío a uno de los campaneros.
La sombra del espectro puede verse a medianoche, según el guía, en la torre que está frente al Nacional Monte de Piedad.
“El catrín” del Teatro Fru Fru
El paseo continúa por República de Guatemala
(4). Dice la leyenda que en la madrugada se aparece, desde tiempos prehispánicos, el “niño del dientito”, el mismo que mató a un hombre. Como prueba de sus poderes sobrenaturales, le dejó una pieza dental incrustada en la frente.
La siguiente parada es en La Vasconia (5), la primera panadería que abrió en México, sobre la Calle Tacuba. Aquí se explica el significado del pan de muerto y cómo los españoles convencieron a los aztecas para frenar los sacrificios humanos que ofrecían a sus dioses.
Es momento de entrar a la Casa de los Ahorcados (6), marcada con el número 66, en la Calle de Donceles. Las apariciones de una mujer supestamente son constantes. Los trabajadores de la pizzería Perro Negro cuentan con familiaridad sobre los intentos que hizo el espíritu por aniquilar a uno de sus compañeros en la fuente que decora el patio trasero de la casona.
En la misma calle está el Teatro Fru Fru (7). En la entrada hay un catrín de bronce sosteniendo una bandeja. Sobre ella, los asistentes deben depositar dulces, de lo contrario el fantasma del hombre los seguirá hasta su casa.
Después de tres horas, el recorrido termina en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes (8). Cuando vayas a un concierto o a una obra teatral, fíjate que tu lugar no sea el palco 33, pues ahí suele aparecerse un violinista que murió por amor. Los trabajadores del inmueble aseguran que, si algún miembro del staff no le cae bien, el aparecido no dejará de tocar su instrumento hasta que la persona sea retirada de su cargo. Quién te lleva: Los Tours del Centro Histórico. El recorrido está disponible todos los fines de semana. Precio: 300 pesos por persona. lostoursdelcentrohistorico.com