El Universal

Viaje de cuento de hadas

En Alemania, sigue la ruta que inspiró a los hermanos Grimm para escribir algunas de sus obras, como Caperucita Roja

- VIRIDIANA RAMÍREZ viridiana.ramirez@eluniversa­l.com.mx

É rase una vez dos hermanos, uno mujeriego y el otro tímido. Durante años viajaron por el corazón de Alemania para recopilar historias y leyendas, que después se convertirí­an en cuentos de hadas. Prepárate para explorar castillos, internarte en bosques y convivir con La Bella Durmiente, El flautista de Hamelin o Caperucita Roja. La travesía abarca unos 600 kilómetros de fantasía, entre las ciudades de Hanau y Bremen. Puedes recorrerla por tu propia cuenta, rentando un automóvil o una bicicleta. El inicio del todo La gran ruta de los cuentos de hadas debe iniciar en la ciudad que vio nacer a Willhem y Jacob Grimm, en 1785 y 1786: Hanau.

La ciudad es reconocida por sus maestros orfebres de oro. En el edificio Goldschmie­dehaus están los artesanos trabajando y vendiendo sus mejores piezas.

De mayo a julio, el anfiteatro del palacio y museo Schloss Philippsru­he presenta un festival dedicado a los hermanos Grimm, con escenifica­ciones de todos sus cuentos. Universo creativo La siguiente parada es la ciudad de Kassel, aquí los hermanos vivieron en el palacio de Bellevue, donde crearon todos sus cuentos. Los manuscrito­s originales se conservan en la Universida­d de Kassel. Otro imperdible es el Grimmwelt, un museo que consagra a los autores con algunos documentos originales y obras de arte inspiradas en ellos.

En el barrio de Niederzweh­ren se conserva la casa de Dorothea Viehmann, quien narraba las historias que Jacob y Wilhem convertirí­an en cuentos inmortales.

Por cierto, antes de llegar a Kassel debes visitar la ciudad de Alsfeld. Dicen que ahí está al casa, con entramados de madera y base de piedra, donde vivió Caperucita Roja. Los Grimm se inspiraron en el traje típico de las mujeres para escribir su cuento. En la ciudad, de primavera a otoño, se hacen representa­ciones de la obra.

A una hora de Alsfed, está el bosque encantado de Schwalmsta­dt. Ahora puedes caminar sin miedo, pues el lobo ya no está ahí para verte, olerte y comerte mejor. Cita con una princesa Polle no es Disney, sino los dominios de Cenicienta. Cada tercer domingo de mayo a septiembre, el príncipe encantador toca las puertas del reino para encontrar a la dueña de la zapatilla de cristal. En realidad los terrenos son los jardines frondosos del castillo de Polle.

En los poblados aledaños se levanta la verdadera fortaleza de La Bella Durmiente, en Sababurg, hoy convertido en un lujoso hotel que te lleva a ver cómo Aurora se pincha el dedo con una rueca y, después, es desencanta­da por un apuesto príncipe. Los enamorados también te llevan a recorrer sus rumbos en bicicleta y hasta organizan un picnic.

Una de sus vecinas es Rapunzel, quien todos los domingos, a las tres de la tarde, se asoma por la torre del castillo de Trendelbur­g para lanzar la larga cabellera a su amado príncipe. Antes de ser felices para siempre, Rapunzel y su hombre de sangre azul organizan una cena para ti y

Blancaniev­es con sus siete enanos. De Hamelin a Bremen A menos de dos horas del castillo de La Bella Durmiente, te encontrará­s con El flautista de Hamelin. El ajuste de cuentas entre el músico y las autoridade­s, que origina el rapto masivo de los niños de la ciudad, se revive todos los días en la Plaza de la Catedral de Hamelin. La dramatizac­ión es gratuita. A las cinco de la tarde debes estar frente al Ayuntamien­to, para ver desfilar las figurillas del flautista, los niños y los ratones que salen “encantados” del reloj.

En Hamelin también está la casa del flautista y, muy cerca, la calle de Bungelosen­strasse, donde no se puede escuchar música durante desfiles públicos, pues se cree que las melodías podrían encantar a los niños y nuevamente revivir el cuento de los hermanos Grimm.

La ciudad, además, aloja la Casa Nupcial habitada durante el siglo XIX por Friedrich-Wilhelm Sertürner, considerad­o el padre de la morfina. Actualment­e, el edificio opera como los cuarteles de la policía local.

La ruta de cuento termina en la ciudad de Bremen, para seguir las huellas de Los músicos de

Bremen: el burro, el perro, el gato y el gallo, representa­dos en una escultura de bronce que, según la tradición, debe ser tocada para tener suerte toda la vida.

Una de las principale­s atraccione­s de la ciudad es la calle Böttcherst­rasse. Sus tiendas y restaurant­es con fachadas de estilo gótico son únicas. Uno de sus frentes fue decorado con 30 campanas de porcelana de Meissen, la primera que se produjo en Europa.

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Los hermanos Grimm se inspiraron en el traje típico de la ciudad de Alsfed para crear el personaje de Caperucita Roja.
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En el castillo de Trendelbur­g se organizan cenas temáticas.
 ??  ?? Fritzlar, pueblo cercano al bosque de Caperucita Roja.
Fritzlar, pueblo cercano al bosque de Caperucita Roja.
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Dramatizac­iones gratuitas en cada ciudad.

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