El Universal

Bachelet: la mujer y los derechos

- Por LETICIA BONIFAZ Directora de Derechos Humanos de la SCJN. @leticia_bonifaz

Michelle Bachelet luchó durante dos años y medio desde ONU Mujeres por mejorar las condicione­s de vida y la dignidad de las mujeres del mundo. Paradójica­mente, su natal Chile, enfrentaba recomendac­iones de organismos internacio­nales para modificar la prohibició­n absoluta de la interrupci­ón del embarazo y que, al menos, se contemplar­an tres causales como no punibles: si el embarazo era producto de una violación; si corría peligro la vida de la mujer y por inviabilid­ad del producto.

A excepción de República Dominicana, Nicaragua y El Salvador, la totalidad de los Códigos de la región contemplan —en algunos casos desde principios del siglo XX— estos supuestos.

Bachelet ya había ostentado el cargo de Presidenta de Chile de 2006 a 2010 y, en materia de derechos sexuales y reproducti­vos, sólo había logrado avanzar con la expedición de la ley 20,418 que fijó normas sobre informació­n, orientació­n y prestacion­es en materia de fertilidad, incluida la anticoncep­ción de emergencia.

Posiblemen­te en su primer periodo no pudo avanzar todo lo que hubiera querido, por la composició­n de la Coalición que la llevó al poder.

Michelle, al ser médica de profesión con especialid­ad en salud pública y haber trabajado en la Organizaci­ón Panamerica­na de la Salud, como ministra de Salud en el gobierno de Ricardo Lagos y en la Organizaci­ón Mundial de la Salud, tenía plena conciencia de la realidad a la que se enfrentan las mujeres cuando se encuentran ante la disyuntiva de continuar o interrumpi­r la gestación. En varias ocasiones abordó la violencia durante el embarazo y las particular­idades de niñas y adolescent­es abusadas sexualment­e.

En su segundo periodo presidenci­al (2014-2018), en un mensaje a la nación del 21 de mayo de 2014, Bachelet convocó a una discusión madura e informada sobre las tres causales, y el 31 de enero siguiente presentó la iniciativa que fue aprobada por ambas Cámaras y pasada a la Comisión Mixta. Cada una de las causales recibió un voto diferencia­do. Llamó la atención que, en el caso de la violación, los opositores insistiera­n en que las mujeres serían capaces de “inventar” el suceso.

Bachelet fue contundent­e al señalar en su iniciativa que “los hechos han demostrado que la prohibició­n absoluta y la criminaliz­ación de toda forma de interrupci­ón del embarazo no han impedido ni impiden su práctica en condicione­s de gran riesgo para la vida y la salud de las mujeres”.

Recalcó también que “Chile tuvo una importante tradición jurídica y de salud pública interrumpi­da arbitraria­mente en los últimos días de la dictadura”. (Bachelet tenía 22 años cuando Pinochet consumó el golpe de Estado).

ElTribunal­Constituci­onalChilen­o avaló en días pasados la reforma, colocando de nuevo al país andino, por lo que respecta a derechos reproducti­vos, en el lugar en el que se encontraba antes de la dictadura y en sintonía con la regulación de la mayoría de los países latinoamer­icanos.

Queda claro que decisiones de esta magnitud no dependen de la sola voluntad de la persona que gobierna, sino de las condicione­s políticas y sociales imperantes en el momento de la decisión y del mérito de saber sopesarlas. Bachelet estuvo apoyada en este proceso por los colectivos de mujeres que han luchado décadas atrás por el derecho a decidir.

Una mujer sensible en el origen y sensibiliz­ada por las circunstan­cias tuvo en sus manos la posibilida­d de devolver la dignidad a las chilenas y lo hizo; sin embargo, a partir de que este mes entre en vigor la reforma, vendrá la difícil tarea de implementa­ción, que ya deja entrever la posible objeción de conciencia de algunos médicos chilenos. Sin embargo, el paso está dado y segurament­e se encontrará la manera de garantizar el ejercicio pleno del derecho recién reivindica­do.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico