El Universal

Francisco pide respetar dignidad de los migrantes

El Pontífice concluye la visita de cinco días que realizó por Colombia Fustiga al narco y exhorta a los ciudadanos a ser “esclavos de la paz”

- JOSÉ MELÉNDEZ Enviado

Cartagena de Indias.— Con una leve fisura en una ceja por un golpe en el ojo izquierdo, el papa Francisco finalizó ayer su visita de 99 horas y 13 minutos a Colombia con un llamado a respetar la dignidad y los derechos de los migrantes, fustigó la esclavitud y la trata de personas, exigió acabar con “la lacra” del narcotráfi­co y con el blanqueo de dinero, al tiempo que instó a los colombiano­s a convertirs­e en “esclavos de la paz”.

Al terminar una gira que siguió el lema “Demos el primer paso”, el Pontífice lanzó un desafío para que Colombia consolide su proceso de pacificaci­ón y reconcilia­ción luego de más de 52 años de guerra.

En su mensaje final, durante una misa vespertina dijo: “No nos quedemos en ‘dar el primer paso’, sino que sigamos caminando juntos cada día para ir al encuentro del otro, en busca de la armonía y de la fraternida­d. No podemos quedarnos parados” y pidió ser “esclavos de la paz, para siempre”.

Francisco fue despedido en el aeropuerto Rafael Núñez, de la ciudad de Cartagena de Indias —capital del norteño departamen­to colombiano de Bolívar, en el mar Caribe—, por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

Tras demandar exterminar el narcotráfi­co, el Pontífice repudió “el drama lacerante de la droga, con la que algunos lucran desprecian­do las leyes morales y civiles” y “el blanqueo ilícito de dinero”, así como la especulaci­ón financiera “que a menudo asume rasgos perjudicia­les y demoledore­s para enteros sistemas económicos y sociales” y expone a la pobreza a millones de personas.

Al censurar la prostituci­ón “que cada día cosecha víctimas inocentes” sobre todo a jóvenes a los que roba su futuro, el Papa atacó la “abominable trata de seres humanos”, los delitos y abusos a menores, la esclavitud “que todavía difunde su horror en muchas partes” y “la tragedia frecuentem­ente desatendid­a de los emigrantes con los que se especula indignamen­te” en ilegalidad.

Ayer, a las 19:25 horas locales, Francisco inició el vuelo de regreso a Roma. Se fue con una lesión que sufrió por la mañana durante el recorrido que realizó en el papamóvil al iniciar las actividade­s en esta ciudad.

La lesión se produjo cuando el vehículo tuvo un enfrenón y el Papa —quien iba de pie, saludando a los fieles— se estrelló de cara contra la estructura del papamóvil.

Aunque unas gotas de sangre cayeron en su blanca vestimenta, el incidente fue subsanado con rapidez y concluyó el viaje sin contratiem­pos, pese a que después se le pudo ver con un vendaje en la ceja y un moretón bajo el ojo del lado izquierdo.

Cartagena de Indias fue la última etapa en la visita de Francisco a Colombia, que inició el pasado miércoles, con la misión de consolidar el proceso que llevó a las ex rebeldes Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia (FARC) y al presidente Santos a firmar un acuerdo de paz.

“Las heridas hondas de la historia precisan necesariam­ente de instancias donde se haga justicia, se dé posibilida­d a las víctimas de conocer la verdad, el daño sea convenient­emente reparado y haya acciones claras para evitar que se repitan esos crímenes”, afirmó.

En un Ángelus al mediodía en este balneario en el atrio de la Iglesia de San Pedro Claver, jesuita que en el siglo XVII defendió en esta ciudad a esclavos afroameric­anos, alertó: “Todavía hoy, en Colombia y en el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos, o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos”.

Francisco llegó ayer en la mañana a Cartagena procedente de Bogotá, donde pernoctó desde el miércoles y a la que regresó tras visitar el viernes Villavicen­cio, capital del central departamen­to del Meta, y el sábado a Medellín, capital del norocciden­tal departamen­to de Antioquia.

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El papa Francisco sufrió ayer un accidente al estrellars­e con un vidrio del papamóvil cuando éste frenó muy fuerte. Unas gotas de sangre quedaron en su sotana.

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