El Continental, el hotel de Olga y Marilyn
Uno de los hoteles más emblemáticos de la capital antes del terremoto de 1985 era el Continental. Famoso porque en él se hospedó Marilyn Monroe y por los shows de Olga Breeskin
El terremoto de 1985 cambió el paisaje de la ciudad. Así lo vivió la industria hotelera que hace 32 años sufrió grandes pérdidas debido a que alojamientos de alta calidad como lo eran el Regis, el Prado o el Continental Hilton, tuvieron severos daños estructurales y las autoridades tuvieron que demolerlos.
En los años 50, la cadena hotelera Hilton construyó en la esquina de Avenida de los Insurgentes y Reforma, un complejo que pronto empezaría a tener una intensa actividad turística y que se posicionaría con el tiempo como uno de los principales centros de entretenimiento de la ciudad: el Hotel Continental.
Tal era su popularidad que Marilyn Monroe lo seleccionó para hospedarse en una visita que realizó en los años 60. Casi dos décadas después, entre finales de los años 70 y principios de los 80, el hotel fue sede de uno de los shows más importantes de la farándula nacional: el espectáculo de la violinista Olga Breeskin;resentación musical y dancística donde la actriz se dejaba ver con los clásicos trajes de vedettes estilo Las Vegas, acompañada por animales (como víboras o tigres), además de bailarines y músicos.
Olga ya era conocida en el país debido a su participación en el programa de televisión de Raúl Velasco, quien después de escucharla tocar el violín en un restaurante, la invitó a participar en “Siempre en domingo”, donde hacía pequeñas entradas con su instrumento, ganándose el mote de “La chica del violín”.
La señora Yolanda narra a EL UNIVERSAL que, en compañía de toda su familia, fue a ver el show de la violinista en el salón Belvedere del Continental pues su suegro quería ver a Olga. “No tardamos nada en reservar y comprar los boletos, que incluía una cena”. La gran sorpresa de esa noche fue que el esposo de Yolanda fue elegido por la escultural Olga para que bailara con ella. Recuerda que al abrirse el elevador del salón fueron recibidos por un enorme tigre blanco con su cuidador. Lamentablemente, años después sucedió el terremoto de 1985. Breeskin solía comentar que el sismo no sólo la afectó a ella al tener que dejar de dar su show, sino a todos los habitantes de la ciudad.
Los sismos. Con el sismo de 1957, en el que se cayó el Ángel de la Independencia, el hotel sufrió daños en su estructura que requirieron de obras a lo largo de tres años, en los que se trabajaron el reforzamiento de muros, columnas, trabes y losas para que pudiese sostenerse en caso de sismo.
El sismo del 19 de septiembre 1985 cambió la historia de este sitio, cuando pasó de ser uno de los hoteles con más prestigio, y luego a ocupar el número 10 del ranking internacional pero de ingeniería por la importancia y magnitud con la que fue demolido por la cantidad de explosivos utilizados y que arrasaron con sus 30 mil metros cuadrados de construcción.
El impacto del sismo se reflejó en dos de los tres cuerpos que integraban al inmueble cuando se derrumbaron siete de los 12 niveles que tenía y se fracturaron muros, estructuras y cimentación. Tras una inspección por parte de las autoridades, se determinó que lo mejor era demoler el hotel. En ese entonces las demoliciones con explosivos estaban prohibidas en la capital pero, al ver la gravedad de la situación, el gobierno del entonces Distrito Federal se asesoró con empresas estadounidenses dedicadas a ello y se alió con tres empresas mexicanas expertas en el tema: CID, COCONAL y CONECO. Una vez comprobada la efectividad del sistema de explosivos en cuanto a rapidez, costo y bajo impacto, el gobierno dio un listado de inmuebles que tenían que ser demolidos tras el sismo del 85.
El Continental requirió de una perfecta planeación. Fueron tres semanas en las que 10 ingenieros y 200 obreros especializados quitaron todos los cables de servicio, perforaron, desmantelaron y removieron 10 mil metros cúbicos de escombros ocasionados por el sismo, colocaron 2 mil 300 metros de cable de acero de 20 milímetros de diámetro en forma de tensores entre columnas, aplicaron 3 mil 841 metros cuadrados de malla ciclónica y colocaron 600 kilogramos de explosivos Tovex-100.
A las 16:00 horas del 16 de febrero de 1986 empezó la detonación. En menos de una hora, 36 años de historia hotelera quedaron reducidos a escombros y una gigantesca nube de polvo. No hubo afectaciones.
Así, en el predio que alguna vez ocupó el complejo turístico, el gobierno construyó el Jardín Jesús Reyes Heroles, que vemos hasta hoy.