El Universal

Jojutla clama ayuda; es el municipio más afectado

Es el municipio con más daños: 19 muertos y 300 casas colapsadas Contabiliz­a gobierno 73 decesos y 292 hospitaliz­ados en el estado

- MISAEL ZAVALA Enviado —estados@eluniversa­l.com.mx

Cuernavaca, Mor.— Ayer Jojutla comenzó a enterrar a sus muertos: 19 en total, sorprendid­os por un sismo sin precedente­s en Morelos; 300 inmuebles se vinieron abajo e infinidad de personas están en la calle. Este es el municipio con mayor afectación. Los pobladores y autoridade­s piden ayuda, pues no hay agua y escasean los víveres y voluntario­s que ayuden a quitar los escombros.

Autoridade­s reportaron 73 muertos y 2 mil casas dañadas en el estado.

El incesante picoteo y martilleo en Jojutla calla unos segundos. El paso de un féretro con una procesión a cuestas hace que rescatista­s y brigadista­s bajen la cabeza, se quiten cascos y sombreros, mientras el cuerpo de Karla, una de las víctimas del sismo, viaja lentamente hacia su última morada.

Karla Ávila Cisneros trabajaba en el Ayuntamien­to de Jojutla, tenía 25 años y en 2016 se había casado.

Ella y otras dos personas falleciero­n al quedar sepultadas por el techo de la estructura del Palacio de Gobierno, que colapsó por la fuerte sacudida del terremoto del martes, cuyo epicentro fue a 70 kilómetros de este municipio sureño de Morelos, con saldo de 73 muertos, 292 hospitaliz­ados y cuatro desapareci­dos, según el gobierno de Graco Ramírez.

La procesión que lleva el cuerpo de Karla al panteón de Las Calaveras estremece el ambiente enmarcado por cientos de inmuebles colapsados y personas que han quedado en la calle.

El féretro, sin adornos y cargado por una camioneta, recorre calles, casas, negocios, bancos, iglesias y escuelas derrumbada­s. Sortea algunas calles y evita el centro del municipio, ya que es imposible cruzarlo debido a que algunos inmuebles pueden caer en cualquier momento.

Entre guitarras melancólic­as, Karla es despedida. “Más allá del sol, tienes un hogar, más allá del sol”, le cantaron sus familiares.

Ayer, justo cuando se decretan cinco días de luto en Morelos, Jojutla comenzó a enterrar a sus muertos, aquellos que fueron desgraciad­amente sorprendid­os por un sismo sin precedente­s en el estado y que aquí dejó 19 fallecidos.

En el panteón de Las Calaveras cuatro víctimas más fueron sepultadas; mientras que en el panteón nuevo de Independen­cia —que estaba regalando espacios—, recibía más difuntos.

Ahí, en el nuevo, quedó sepultada Dalia Haro, de 32 años. Su casa se le vino encima y no pudo escapar, su cuerpo quedó atrapado por la estructura que se hundió un piso.

La vivienda de Dalia se ubica en el centro de Jojutla, donde el sismo del 19 de septiembre lo dejó todo en ruinas, parecido a una zona de guerra. El municipio fue el de mayor daño de Morelos, según las autoridade­s.

La localidad, a 70 kilómetros de Axochiapan, donde fue el epicentro del sismo de 7.1 grados, se mantiene en pie, pero no hay edificio que haya quedado sin daños.

Los pobladores y autoridade­s han lanzado un grito de ayuda, pues no hay agua, escasean los víveres y también faltan manos que ayuden a quitar los escombros de las más de mil 800 viviendas, iglesias, escuelas y comercios que quedaron dañados.

Al centro de Jojutla no se puede acceder por instruccio­nes de Protección Civil. Alertaron que en cualquier momento pueden colapsar más edificios que han quedado endebles por la fuerte sacudida del martes. Únicamente militares, policías y la Cruz Roja trabajan en la zona centro, la de mayores afectacion­es y pérdidas humanas.

Vio su escuela caer. María Fernanda Ramírez vio, a sus escasos 16 años, cómo su escuela colapsaba frente a sus ojos. Una nube de polvo blanco cubrió su panorama, ella estaba en la zona centro de Jojutla, municipio donde al menos 300 inmuebles se vinieron abajo.

Uno de éstos fue el Colegio Morelos, que albergaba a niños de kínder hasta preparator­ia. María Fernanda recuerda que estaba tomando clases, los alumnos repasaban sus apuntes porque era temporada de exámenes.

“De repente se escuchó un pisotón y después empezó a sacudirse y salimos del salón, pero al salir se sacudió más el piso”, narra.

La estudiante de primero de preparator­ia recuerda que todos los alumnos [al menos unos 200] salieron de la escuela y se quedaron a unos 10 metros, donde vieron cómo se iba derrumband­o su colegio. Del inmueble apenas unos salones quedaron de pie.

Pero el impacto fue mayor, ya que a espaldas de María Fernanda dos iglesias también colapsaron, un negocio de cervezas se vino abajo junto a otras casas.

“Sentí feo porque pensé que iba a morir”, dice.

La Parroquia de San Miguel Arcángel, construida en 1884, que era un icono religioso de la comunidad, se derrumbó. Una iglesia aledaña también se cayó y el Santuario del Señor de Tula sufrió severos daños.

Los pobladores afectados narran a EL UNIVERSAL que dormirán en las calles, frente a sus viviendas, por el temor de perder lo último que les queda debido a posibles rapiñas.

El Ejército ha llegado al municipio de más de 20 mil habitantes y donde se contabiliz­an al menos 19 muertos. También lo ha hecho maquinaria pesada que poco a poco logra quitar algunos escombros.

En ruinas, central de autobuses.

“Reaccionam­os a tiempo y salimos de la casa”, narra Danilo Ramírez Miranda, quien es uno de los tantos damnificad­os y que logró salir a tiempo de su vivienda para evitar mayores pérdidas humanas.

Si no fuera por las labores de remoción, el centro de Jojutla sería un pueblo fantasma. Ningún negocio abrió, y en la periferia algunas personas abren sus fondas para abastecer de comida a los propios ciudadanos. También se han instalado cinco campamento­s para damnificad­os por parte del Ejército en los deportivos de la comunidad, hoteles y escuelas. Ahí se reparte comida.

De acuerdo con la Comisión Federal de Electricid­ad (CFE), hasta ayer se había restableci­do la energía eléctrica en 90%, pero el 10% restante tardará debido a que tienen que derrumbars­e edificios que quedaron inservible­s.

En total, en el estado se han contabiliz­ado más de 2 mil viviendas dañadas en distintos puntos.

Durante el día de ayer llegaron 3 mil 125 despensas y se esperan otras 8 mil 647 más para atender a las personas que quedaron sin casas.

Asimismo, se ha dispuesto de 15 mil cobertores y 15 mil colchoneta­s. Cae la noche en Jojutla y los brigadista­s se retiran. Continuará­n días largos y difíciles de una reconstruc­ción que no ve inicio ni final.

 ??  ?? “VI MI ESCUELA CAER Y PENSÉ QUE IBA A MORIR”. En Jojutla, Morelos, María Fernanda recuerda cómo los estudiante­s lograron salir antes de que el colegio se desplomara por el sismo. Apenas unos salones quedaron de pie.
“VI MI ESCUELA CAER Y PENSÉ QUE IBA A MORIR”. En Jojutla, Morelos, María Fernanda recuerda cómo los estudiante­s lograron salir antes de que el colegio se desplomara por el sismo. Apenas unos salones quedaron de pie.
 ??  ?? En Jojutla al menos 300 inmuebles se vinieron abajo; algunos de sus pobladores comentaron a EL UNIVERSAL que se quedarían a dormir en las calles, frente a sus viviendas, por el temor a que la delincuenc­ia se apodere lo poco que les queda.
En Jojutla al menos 300 inmuebles se vinieron abajo; algunos de sus pobladores comentaron a EL UNIVERSAL que se quedarían a dormir en las calles, frente a sus viviendas, por el temor a que la delincuenc­ia se apodere lo poco que les queda.
 ??  ?? Familiares y amigos transporta­ron los féretros de quienes falleciero­n al quedar sepultados por el techo de la estructura del Palacio de Gobierno.
Familiares y amigos transporta­ron los féretros de quienes falleciero­n al quedar sepultados por el techo de la estructura del Palacio de Gobierno.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico