El Universal

Michoacán, una vez más

- Por JOSÉ GONZÁLEZ MORFÍN Abogado. @jglezmorfi­n

El tema de la violencia en Michoacán parece ser como el cuento de nunca acabar. El pasado viernes fue ejecutado a balazos, afuera de su casa, el presidente municipal de Paracho, Stalin Sánchez González. Con él, ya son siete los alcaldes en funciones asesinados en el estado en los últimos 9 años. Hechos violentos como éste nos deben hacer ver que problemas graves como es el de la insegurida­d y el crecimient­o de las bandas del crimen organizado no van a resolverse simplement­e con actos de voluntad de los gobernante­s. Son crisis de raíces tan profundas y con aristas tan complejas que no admiten soluciones basadas solamente en el voluntaris­mo político.

La situación por la que está pasando Michoacán es sumamente delicada. La violencia y la insegurida­d causadas por el crimen organizado han alcanzado niveles peligrosos y se han convertido en el principal obstáculo para el desarrollo del estado. Es más que evidente que las cosas no caminan como las autoridade­s quisieran. Estamos ante una hora de grandes desafíos para las institucio­nes. Sucesos como los de Paracho nos recuerdan que hay mucho por hacer, y que la impunidad y la corrupción son los principale­s problemas que enfrentamo­s como sociedad, que mientras haya quien viole la ley y quien se ponga por encima de los demás ciudadanos sin recibir castigo, Michoacán no podrá mejorar hacia el futuro.

Algunos de quienes nacimos en vemos con tristeza que son ya muchos los años que nuestro gran estado ha vivido a la sombra de la violencia, la corrupción y la impunidad. La vinculació­n directa o indirecta de gobiernos anteriores con los grupos criminales es un capítulo vergonzoso de nuestra historia que no se debe volver a repetir. Michoacán requiere de un gobierno firme que restablezc­a el Estado de Derecho, es asignatura pendiente y es la demanda más sentida de la sociedad. Los gobernante­s actuales, tiene que estar a la altura de los enormes retos que enfrenta esta entidad, rica en historia y recursos naturales, y

Michoacán requiere de un gobierno firme que restablezc­a el Estado de Derecho, es la demanda más sentida de la sociedad

que hasta ahora sigue sumida en una grave situación de insegurida­d que obstaculiz­a su marcha al desarrollo. Las autoridade­s actuales tienen que llenar los vacíos que dejaron las anteriores y que han sido ocupadas por las bandas criminales. No basta, como se ha hecho hasta ahora, con pedir el auxilio del gobierno federal, es indispensa­ble contar con cuerpos policiacos locales más capacitada­s y que pasen los controles de confianza.

Lo que Michoacán está viviendo hoy es el resultado de muchos años de abandono y negligenci­a de sus gobiernos locales. La situación que se vive en la entidad es dramática, ha llegado al límite, y requiere del asuma de los esfuerzosd­e todos: gobiernos y sociedad michoacana deben compromete­rse con la recuperaci­ón y reconstruc­ción del tejido social, tan lastimado por la corrupción rampante y la impunidad cínica. Es urgente que se implemente­n políticas orientadas a la reconstruc­ción de una sociedad dañada en lo más profundo por años de corrupción y de indolencia, sólo así se podrá recuperar la confianza ciudadana.

Lo que a Michoacán le hace falta, es una nueva estrategia para la construcci­ón de la paz. Una estrategia que no sea impuesta por los gobiernos, sino diseñada desde las bases, de la mano de la sociedad michoacana. Cada comunidad sabe dónde se necesita una escuela, dónde hacen falta canchas deportivas, dónde se requiere un centro de prevención de adicciones, y dónde una industria para generar empleos. Se requiere una estrategia donde cada quien ponga la parte que le correspond­a para recuperar la convivenci­a civilizada, la tranquilid­ad y la prosperida­d del estado. Solamente así podremos sacar a Michoacán del laberinto en el que autoridade­s omisas y corruptas lo han metido injustamen­te.

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