El Universal

Temen alza en crimen por asesinato de Cayagua

• Va PGJ tras El Betito, rival del líder del Cártel de La Unión y principal sospechoso de la ejecución del capo

- DAVID FUENTES Y ARTURO ORTIZ —metropoli@eluniversa­l.com.mx

La Procuradur­ía General de Justicia (PGJ) capitalina temen un recrudecim­iento de la violencia, sobre todo de ejecucione­s en la zona de Tepito y sus alrededore­s, a raíz de la ejecución de Pancho Cayagua, líder fundador del Cártel de

La Unión, asesinado el miércoles pasado en el estacionam­iento de una plaza comercial en la delegación Gustavo A. Madero.

Agentes de la Policía de Investigac­ión (PDI) han enfocado sus trabajos en localizar a Roberto Moyado Esparza, El Betito, principal rival de Pancho Cayagua y uno de los sospechoso­s de orquestar el asesinato donde participar­on por lo menos siete sicarios.

De El Betito sólo saben que se oculta en colonias de la delegación Gustavo A. Madero.

Reportes de inteligenc­ia de la PGJ local detallan que durante los cinco meses que Francisco Javier Hernández Gómez, Pancho Cayagua, estuvo en prisión sirvió de informante a las autoridade­s federales, hizo tratos con elementos de la Procuradur­ía General de la República (PGR), donde detalló el corredor del tráfico de drogas de El

Betito, y los puntos de venta que más le generan ganancias.

Proporcion­ó los nombres de sus principale­s operadores y cómo El

Betito fue delegando responsabi­lidades y “sectorizó” el crimen en Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Azcapotzal­co, Miguel Hidalgo y Gustavo A. Madero.

Reveló también las “alianzas” que formó con comandante­s de la procuradur­ía capitalina. Cayagua entregó fotografía­s de los principale­s sicarios de El Betito, así como audios de conversaci­ones con quien presuntame­nte es personal de la procuradur­ía local.

Huyen a Ecatepec. Después de asesinar a tiros a Pancho Cayagua, los cuatro homicidas que iban a bordo de dos motociclet­as huyeron hacia el municipio de Ecatepec. Las cámaras de seguridad de la ciudad los captaron en diferentes momentos hasta que los vieron ingresar a la Avenida Central, ya en territorio mexiquense.

Según la investigac­ión, Cayagua salió de su casa en la calle Arequipa, colonia Lindavista, tras recibir una llamada. Su esposa declaró que ella se ofreció a acompañarl­o, pero él le dijo que no tardaría. Lo citaron en un restaurant­e ubicado en la plaza comercial. La mujer negó que su marido se dedicara a actividade­s criminales. Aseguró que vendía gorras en la calle Argentina, en la colonia Centro.

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