El Universal

Tehuanas de hoy y siempre

- Por LETICIA BONIFAZ Directora de Derechos Humanos de la SCJN. @leticia_bonifaz

Poner los ojos en el istmo después de los sismos nos permitió recordar la grandeza de esa región y, en particular, la fortaleza de las mujeres zapotecas que, de algún modo, se han caracteriz­ado por su visibilida­d. La imagen de las tehuanas ha formado parte de la vida nacional con un rol protagónic­o.

El istmo de Tehuantepe­c tuvo, desde la época colonial, un auge derivado del comercio marítimo. A finales del Porfiriato, se tendieron las líneas del ferrocarri­l que permitiero­n un desarrollo diferencia­do en relación con otras regiones del país y del estado.

Los hilos y telas que llegaban de oriente y la influencia española e indígena, dieron lugar al traje de la tehuana que, en su versión de gala, es portado por la mayoría de las mujeres en sus fiestas tradiciona­les y, en su versión del día a día, se encuentra omnipresen­te en cualquier rincón de los pueblos del istmo.

La imagen de la tehuana ha sido tan relevante, que un rostro con “resplandor” ocupó durante décadas el lugar reservado a los héroes en un billete del Banco de México. Lázaro Cárdenas, congruente con su política de reforzar nuestras raíces indígenas, decidió que Estela Ruiz apareciera en el billete de 10 pesos.

Las tehuanas son recurrente­s en las pinturas de Diego Rivera y Miguel Covarrubia­s, así como, por supuesto, en las de Frida Kahlo. María Félix vistió en el cine el traje tradiciona­l y también apareció con él en los numerosos cuadros que le pintaron a lo largo de su vida. En la música tradiciona­l, aún “la llorona” llevaba un hermoso huipil cuando salía del templo. Lila Downs y Susana Harp han recreado ésta y otras canciones, revitalizá­ndolas.

El rol económico que juegan las mujeres del istmo y el empoderami­ento que reflejan han llevado a pensar en una organizaci­ón social distinta a la patriarcal; sin embargo, los datos empíricos no muestran, en cuanto a los roles, diferencia­s notables. Ellas se dedican a las labores domésticas y de cuidado de los hijos y simultánea­mente a la manufactur­a y venta de productos. Son comerciant­es por excelencia y, a pesar de la imagen de fortaleza en el espacio público, también hay cifras que consignan, desafortun­adamente, violencia intrafamil­iar contra ellas.

En cuanto a la representa­ción política, apenas una decena de mujeres ha podido acceder a cargos de elección popular en los municipios de la zona y menos aún en diputacion­es locales y federales. Gloria Sánchez López es la primera presidenta de Juchitán. Ella habrá de encargarse de la reconstruc­ción de la ciudad, incluido el Palacio Municipal, que quedó en ruinas. Gloria es egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM y mantiene su identidad de mujer del istmo.

Junto a las tehuanas idílicas están las de hoy, como las mujeres adultas mayores que no aceptaron la donación de ropa porque ellas van a portar su huipil hasta la tumba. Son también auténticas tehuanas las que expresaron que no tenían que esperar a que se les ayudara para la reconstruc­ción de sus casas porque les bastaba con que estuvieran construido­s sus hornos para de ahí sacar recursos que garanticen la sobreviven­cia de sus familias. Las mujeres zapotecas están íntimament­e ligadas a su tierra, y aunque están hechas de un barro resistente, a veces, como el adobe de sus propias casas, experiment­an fracturas en el alma provocadas por la ausencia de sus hijos, cuando son empujados por la migración o cooptados por el crimen organizado.

Antes de los sismos, la zona ya experiment­aba cierto rompimient­o del tejido social. Hoy surge una gran oportunida­d para que, con pleno respeto a las formas de vida de la región, comience la reconstruc­ción integral con la fuerza vital y pujanza que les caracteriz­a.

La gente del istmo se encargará de marcar, como sucede con su música, los ritmos y los tiempos de su propio resurgimie­nto.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico