Aumento de violencia desborda a El Salvador
José Meléndez
Corresponsal en Centroamérica Con 679 homicidios en 47 días del 1 de septiembre al 17 de octubre de este año, la violencia desbordó a El Salvador en una nueva avalancha de más de 14 mil 44 asesinatos cada 24 horas y que, en una mezcla con maras o pandillas juveniles y crimen organizado, atizó las pugnas políticas rumbo a los comicios legislativos y municipales de marzo de 2018.
Los datos, que contaron 430 en septiembre y 249 en octubre y emanaron de la policía salvadoreña, registraron un agravamiento de la inseguridad con respecto a agosto de 2017. El (estatal) Instituto de Medicina Legal informó que en agosto hub0 339 asesinatos—10.93 diarios—y que de enero a agosto de 2017 ocurrieron 2 mil 434, a 10.01 por día.
Como país marcado por la violencia desde la segunda mitad del siglo XX, El Salvador, cuya guerra civil de 1980 a 1992 dejó de 75 mil a 80 mil muertos, contabilizó 20 mil 861 asesinatos de 2012 a 2016 o 11.5 al día, precisó.
La tasa anual de 2015 fue de 115.9 por cada 100 habitantes y de 9.,9 en 2016 y el total superó los 58 mil de 1999 a 2016, aseguró. Sólo el miércoles de esta semana hubo al menos 22 homicidios, según El Diario
de Hoy, uno de los más importantes matutinos salvadoreños.
El gobierno del ex guerrillero e izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) adujo esta semana que la violencia creció porque las pandillas —las maras Salvatrucha y 18— están buscando influir en los sectores políticos para obtener ventajas.
El FMLN, que gobierna desde 2009, acusó a la derecha de incentivar el conflicto para desestabilizar y generar una sensación mediática falsa de que El Salvador está hundido en la criminalidad.
“La violencia es usada por la derecha para desestabilizar al gobierno de izquierda”, dijo la canadiense Dennis Brunet, directora de la (no estatal) Asociación Equipo Maíz, organización de estudios socioeconómicos de San Salvador. “Aumenta en épocas políticas importantes, como la contienda electoral” de marzo próximo, cuando los salvadoreños escogerán diputados y munícipes, afirmó Brunet a EL UNIVERSAL.
La derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), principal fuerza opositora y que gobernó de 1989 a 2009, rechazó toda culpa en el repunte criminal.
“Son acusaciones falsas e infundadas que ocultan la incapacidad del gobierno para enfrentar esta situación, porque hay un desbordado accionar de las pandillas”, replicó el salvadoreño Rodrigo Ávila, diputado y ex candidato presidencial de Arena y ex director policial.
“Pandillas y violencia son los máximos inhibidores del desarrollo y el máximo problema que tenemos. El FMLN ha dicho que esto es un invento, un espejismo y una exageración de la derecha, que no había tal violencia y que era parte de la desestabilización. ¡Díganle eso a las familias de los asesinados, porque decir eso es un descaro!”, alegó, a consulta de este diario.
Como en Guatemala y Honduras—sus vecinos con los que forma el peligroso Triángulo Norte de Centroamérica—, la crisis en El Salvador alimenta otro escenario: el negocio de la migración irregular a Estados Unidos.