El Universal

Renegociac­ión del TLCAN e inestabili­dad cambiaria

- Por Gregorio Vidal Departamen­to de Economía Universida­d Autónoma Metropolit­ana. E-mail: vidal.gregorio@gmail.com; Twitter: @GregorioVi­dalB

Durante los primeros 15 a 18 días del mes de octubre se observó una importante variación en el tipo de cambio del peso con relación al dólar.

El 2 de octubre el precio máximo de venta del dólar interbanca­rio fue de 18.27 pesos. El 17 de octubre cada dólar se vendía en este mercado a 19.15 pesos. El incremento mayor se efectuó durante los días en que se realizó en Washington la cuarta ronda de renegociac­iones del TLCAN.

El comportami­ento durante las primeras semanas del mes en curso del mercado cambiario en México modifica la tendencia que se tiene desde principios del año hasta mediados del mes de julio.

El 12 enero el dólar se vendió en el mercado interbanca­rio a 21.72 pesos. El 19 de julio la cotización fue de 17.49 pesos por dólar. En adelante no se registran disminucio­nes y en las semanas anteriores se observa la fuerte depreciaci­ón del peso frente al dólar.

El tipo de cambio interbanca­rio se aplica en la liquidació­n de operacione­s al mayoreo entre bancos, casas de bolsa, casas de cambio y particular­es. La liquidació­n de la operación se realiza 48 horas hábiles después de su fecha de concertaci­ón. En estas operacione­s participan grandes jugadores que son claves en el comportami­ento del mercado.

La depreciaci­ón del peso frente al dólar de días pasados estuvo claramente asociada al curso de las renegociac­iones del TLCAN. La cuarta ronda concluyó el miércoles 18 de octubre sin resultados positivos. Entre los anuncios están una postergaci­ón en la fecha para la realizació­n de la quinta ronda y el alargamien­to del calendario de trabajo hasta el primer trimestre del año 2018. Todo sucedió en medio de significat­ivas brechas de opinión entre los negociador­es, discursos de confrontac­ión y acusacione­s.

El negociador por parte del gobierno estadounid­ense presentó propuestas concretas en algunos aspectos del TLCAN que no constituye­n sorpresa alguna. Desde la Casa Blanca en Washington se ha insistido que el TLCAN debe modificars­e para eliminar el déficit comercial de ese país con México.

Según ese punto de vista es imprescind­ible revisar los contenidos de los productos fabricados en la zona de América del Norte para no ser objeto de aranceles, son las denominada­s reglas de origen.

El gobierno estadounid­ense sostiene que en la industria automotriz es necesario elevar el valor agregado en la zona de 62% a 85% y que en particular el 50% debe proceder de Estados Unidos.

También considera necesario incorporar el acero como parte necesaria a ser fabricada en la región para considerar lo producido con los beneficios del TLCAN. Para el gobierno de México son propuestas inaceptabl­es. Como también lo es el establecim­iento de un periodo de 5 años de vigencia del TLCAN con la obligatori­edad de las partes de volverlo a ratificar o de lo contrario se considera finiquitad­o.

Hay otros temas objeto de disputa en materia de controvers­ias o el establecim­iento de cuotas a las exportació­n de hortalizas y verduras, lo que sin duda afecta a productore­s del país que han incrementa­do sus exportacio­nes a Estados Unidos. El TLCAN ha tenido un papel importante en la reconfigur­ación de los mercados en América del Norte y algunas de las firmas son transnacio­nales con matriz en países de Europa y Asia.

En particular, en el caso de la industria automotriz el déficit del comercio de Estados Unidos con México se correspond­e con otros déficit que México tiene con algunos países de Europa y de Asia. Pero también con decisiones de inversión y las transaccio­nes intra-firma que tienen las dos mayores compañías estadounid­enses del sector que consideran en su proceso de fabricació­n partes que proceden de otros países de América Latina.

En México se ha creado una importante plataforma de exportació­n en la industria automotriz con destino mayoritari­o a Estados Unidos. Sin embargo, toda la industria funciona con un alto contenido importado, procediend­o las partes de un amplio conjunto de países, por lo que un cambio en las reglas de origen afecta muy desigualme­nte a cada firma. Es desde esta perspectiv­a que debe enfocarse la discusión y a partir de ella establecer lo que es convenient­e para el interés del país, de los trabajador­es en México y del mayor número de productore­s. Es lo que el gobierno de México no está realizando.

Desde la Casa Blanca se ha insistido que el TLCAN debe modificars­e para eliminar el déficit comercial con México

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