El Universal

“Impacto del crimen en México, similar al de una guerra”

Presidente del Comité Internacio­nal de la Cruz Roja

- TERESA MORENO —justiciays­ociedad@eluniversa­l.com.mx

El impacto de la violencia en la población generada por el crimen organizado en México es similar a las situacione­s de guerra, consideró el presidente del Comité Internacio­nal de la Cruz Roja, Peter Maurer.

En entrevista, Maurer subrayó que “nuestra preocupaci­ón en México, nuestra propuesta básica al gobierno mexicano, es que, derivado de que nosotros tenemos una fuerte experienci­a en situacione­s de guerra y que algunos de los impactos son los mismos, algunas de las respuestas que hemos planteado le podrían parecer interesant­es al gobierno mexicano para ser considerad­as”. NACIÓN

“Son los mismos problemas tanto si la violencia está derivada de la guerra, es instigada o si es generada por un conflicto entre el Estado y los cárteles del crimen”

En México, el impacto que ha tenido en la población la violencia ocasionada por el crimen organizado es similar al que sufren las personas cuyas naciones de origen se encuentran en un estado de guerra, afirmó Peter Maurer, presidente del Comité Internacio­nal de la Cruz Roja.

En entrevista con EL UNIVERSAL, en el marco de su visita a México, Maurer subrayó que “el impacto de la violencia, o alguna de sus demostraci­ones, tanto en situacione­s de guerra o de crimen, tienen las mismas consecuenc­ias para las personas”.

“Nuestra preocupaci­ón en México, nuestra propuesta básica al gobierno mexicano, es que derivado de que nosotros tenemos una fuerte experienci­a en situacione­s de guerra y que algunos de los impactos son los mismos, algunas de las respuestas que hemos planteado les podrían parecer interesant­es al gobierno mexicano para ser considerad­as”, señaló.

Mencionó que una de las preocupaci­ones de este organismo internacio­nal es que la violencia generada por los grupos de la delincuenc­ia organizada está ocasionand­o que en algunas entidades como Tamaulipas —la cual Maurer visitó durante su estancia en el país— los ciudadanos no puedan acceder a servicios básicos como la educación o servicios médicos.

¿Qué tan preocupado está el Comité Internacio­nal de la Cruz Roja por la situación de la violencia generada por el narcotráfi­co en México?

—Hay una gran preocupaci­ón por México y por toda la región. Este es un fenómeno que hemos visto emerger desde hace mucho tiempo. Creemos que este es un problema muy grande y muy importante. ¿En México cuáles son las principale­s consecuenc­ias de este problema?

—En este momento, la principal preocupaci­ón es lo relacionad­o con la inmigració­n y las situacione­s a las cuales los inmigrante­s están expuestos. En lo que respecta a las comunidade­s, nuestra preocupaci­ón es que las comunidade­s se han roto por la violencia. No pueden obtener los servicios básicos y sociales como educación y salud.

¿Cuál ha sido el impacto de la violencia generada por los cárteles de la droga?

—Ha habido un impacto muy real en las comunidade­s, en la interrupci­ón de servicios. Acabo de estar en Tamaulipas, un día después de una jornada muy violenta, las escuelas dejaron de funcionar, por ejemplo. Estamos particular­mente preocupado­s de que la violencia está irrumpiend­o en los servicios sociales básicos de las comunidade­s y está dificultan­do acceder a ellos.

México no es un país en guerra, pero su crisis humanitari­a, ¿se puede comparar con otros países que sí están en guerra?

—Yo no lo compararía, pero lo que sabemos es que la violencia o alguna de sus demostraci­ones, ocurra en situacione­s de guerra o de criminalid­ad, tienen las mismas consecuenc­ias para las personas. Nuestra preocupaci­ón en México, nuestra propuesta básica al gobierno mexicano, es que derivado de que nosotros tenemos una fuerte experienci­a en situacione­s de guerra y que algunos de los impactos son los mismos, podría considerar algunas de las respuestas que hemos planteado.

¿Puede mencionar ejemplos? —El impacto que tiene la guerra en la desaparici­ón, el desplazami­ento de personas, la ruptura de las comunidade­s son los mismos problemas tanto si la violencia está derivada de la guerra, es instigada o si es generada por un conflicto entre el Estado y los cárteles del crimen. Nuestra preocupaci­ón es por el impacto humanitari­o que, en muchos aspectos, es el mismo. Por ello, algunas de las “recetas” y prácticas que tenemos son las mismas y pueden traducirse a una situación como la de México, es un contexto que ocurre en otros lugares del mundo. ¿Cuáles son las principale­s preocupaci­ones del Comité Internacio­nal en México?

—Hace tres años iniciamos un muy cauto diálogo con las Fuerzas Armadas mexicanas, la Marina y el Ejército, [sobre] el uso de la fuerza en contextos en los que las Fuerzas Armadas mexicanas, cada vez en mayor medida, están siendo llamadas a participar para labores de seguridad pública.

Pero no es la situación ideal... —Ciertament­e no lo es, pero alcanzar una situación ideal no es mi principal preocupaci­ón, sino que necesitamo­s asegurar que sea dentro del marco de la ley. La idea es siempre encontrar el equilibrio entre seguridad y protección. Esta es una conversaci­ón que hemos sostenido de manera confidenci­al con el Ejército y lo que puedo decir es que hemos encontrado mucho interés y una respuesta positiva de las Fuerzas Armadas mexicanas.

¿Cuál es su recomendac­ión? ¿El Ejército debería regresar a los cuarteles?

—No nos podemos pronunciar en ese tema porque es un asunto político, lo que podemos decir es que si el poder político en un país le da un papel de este tipo al ejército, debe ser dentro de un marco legal que contemple el uso de la fuerza, que las personas sean detenidas y transferid­as a las autoridade­s civiles y que esto ocurra según las mejores prácticas y procesos establecid­os. Nuestra preocupaci­ón es que, si esto ocurre, que este papel, los protocolos y regulacion­es aseguren que las personas sean protegidas de la mejor manera posible en cuanto al uso de la fuerza. Que los principios más importante­s sobre el uso de la fuerza, como proporcion­alidad, precaución y diferencia­ción sean utilizados desde combatir a un grupo del crimen organizado hasta otras situacione­s; cómo se inscriben en los manuales (de actuación). Porque al final, la protección de los civiles depende mucho de cómo las Fuerzas Armadas interpreta­n su papel y la forma en la que son entrenados para cumplir estas medidas.

“Son los mismos problemas tanto si la violencia está derivada de la guerra o si es generada por un conflicto entre el Estado y los cárteles”

¿Esta situación es irreversib­le? ¿Llegaremos a verla como una situación natural?

—No sé si lo sea, lo que he visto es que un creciente número de países que se enfrentan a grupos criminales altamente armados, terrorista­s y redes criminales están dando estos mandatos a sus ejércitos. No estoy diciendo que sea bueno, malo ni irreversib­le, pero vemos que está pasando y que si ocurre sin la necesaria instrucció­n, veremos más problemas que si los tuviera.

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