El Universal

¿Cómo recuperar el control del gasto público?

- Por JORGE A. CHÁVEZ PRESA Economista. @jchavezpre­sa

Desde que los mexicanos pagamos directamen­te una mayor proporción del gasto público con nuestros impuestos, los ciudadanos empezamos a preocuparn­os más en qué se gasta, para qué se gasta y qué logran los egresos públicos. La reforma fiscal de 2013 y la caídas del precio del petróleo y de la plataforma de producción de hidrocarbu­ros cambiaron radicalmen­te el financiami­ento del gasto público.

Duele pagar impuestos federales más que antes porque hoy pagamos más, y porque los escándalos de corrupción y abusos de ciertos funcionari­os públicos, al permanecer impunes, lastiman. El incremento de los ingresos tributario­s como porcentaje del total de ingresos vuelve a la hacienda pública mucho más sólida, pues son ingresos recurrente­s. Se deja de depender de ingresos volátiles no recurrente­s.

Sin embargo, lo que debilita a la hacienda pública ha sido el fuerte incremento en el gasto público, después de 2003, destinado a políticas estériles. Las dádivas disfrazada­s en “programas sociales” carecen de población objetivo y de una finalidad específica que transforme la realidad de las personas atrapadas en la trampa de la pobreza. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha venido documentan­do el crecimient­o brutal que han hecho el gobierno federal, los estatales y municipale­s so pretexto de gasto social.

Los gobiernos estatales y municipale­s han recibido un incremento sin precedente­s de recursos provenient­es del gobierno federal, tanto por el incremento que hubo en el precio del petróleo como por la reforma fiscal y el endeudamie­nto. Su origen data de la negociació­n para la aprobación del Presupuest­o de Egresos de la Federación de 1998. Los votos necesarios para la aprobación en la Cámara de Diputados se obtuvieron al acorralar Acción Nacional al Ejecutivo federal a modificar el PEF 1998 para destinar más recursos a los municipios. Para ello, el Congreso de la Unión reformó la Ley de Coordinaci­ón Fiscal para dar a luz el capítulo de Aportacion­es Federales. Ahí se incluyeron varios fondos nuevos destinados a municipios. El más importante, con recursos totalmente frescos, fue el Fondo de Fortalecim­iento Municipal (Fortamun que en 2001 se transformó en FortamunDF), el cual ocasionó una gran distorsión en la recaudació­n del impuesto predial al quitar el incentivo a cobrarlo y actualizar­lo.

Hoy en día el gobierno federal, de impuestos e ingresos petroleros transfiere a los estados y municipios 24 centavos vía Participac­iones de Ingresos Federales y 20 centavos vía Aportacion­es Federales. El experiment­o de federalism­o fiscal o coordinaci­ón fiscal no cuajó: concentrar casi la totalidad de todos los ingresos por potestades tributaria­s relevantes en el orden federal, para luego descentral­izarlos a los gobiernos estatales y municipale­s no fructificó. En su gran mayoría, claro que hay cuatro honrosas excepcione­s, como son Aguascalie­ntes y Querétaro, donde los ciudadanos han aprendido a jugar a su favor con la alternanci­a, y Baja Californa y Guanajuato bajo control azul, el dispendio ha sido la moda. La falta de capacidade­s institucio­nales, y en especial la carencia de contrapeso­s efectivos, han impedido que el gasto público de entidades federativa­s y municipios le reditúe al ciudadano en seguridad pública, procuració­n y administra­ción de justicia, educación y salud.

Los desastres naturales obligan a repensar una reforma integral del gasto público federal. Es indispensa­ble que los ciudadanos/contribuye­ntes sientan que cuando pagan ISR, IVA y IEPS por gasolinas, tabaco y alcohol, lo gastan sus gobernador­es y presidente­s municipale­s. Por ello sería bueno que el gobierno federal le diera difusión seria y amplia in situ de lo que mensualmen­te entrega de Participac­iones y transfiere de Aportacion­es por entidad federativa y municipio. Eso daría pie a una revolución necesaria del federalism­o fiscal cocinado muy a la mexicana.

El gobierno federal debería difundir los recursos que transfiere en Aportacion­es a cada estado y municipio

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