Chivas, sin disciplina
No hay control en el Guadalajara. Que uno de tus futbolistas estelares esté involucrado en un accidente automovilístico durante la madrugada, cuando se supone que está lesionado y no viajó con el equipo para seguir su rehabilitación, demuestra que la directiva es permisible, que no existe disciplina, la cual nunca puede relajarse, pero sobre todo durante un semestre negro en resultados deportivos.
Qué daño le hizo a Chivas el título. Sus jugadores perdieron el piso y nadie les ha puesto un alto. Hay preocupación en el entrenador, quien recibe información sobre que muchos de sus futbolistas —por los que Jorge Vergara pagó un dineral— parecen estar más preocupados por disfrutar la vida nocturna de Guadalajara que tener un buen rendimiento deportivo.
En el 2015, en la Copa América de Chile, la figura de la selección andina, Arturo Vidal, aprovechó un descanso en plena concentración para ir a un casino y, cuando regresaba en la madrugada, se impactó a más de 200 kilómetros por hora en su Ferrari. El premio fue seguir en la selección. Nadie se atrevió a expulsarlo. Sí, fueron campeones de América, pero hoy Chile está fuera de un Mundial y mucho se debió a la indisciplina de sus futbolistas, a que nadie les puso un alto. Eso está pasando en Chivas. Un buen torneo y a echarse en la hamaca, a hacer lo que se les pega la gana, ante lo permisible que resultó ser José Luis Higuera, porque nadie puede negar, ni en el interior del equipo, ni en la Selección Nacional, que hay muchos futbolistas de este club que están fuera de control.
Que la directiva no imponga una sanción a un futbolista que está en recuperación o rehabilitación, cuando sale en la madrugada, es la muestra de que la disciplina es inexistente. No es relevante que haya ido manejando o no. Es una falta de respeto a su profesión y a la cúpula del club.
Jorge Vergara debe tomar de nuevo el control del equipo. Se le salió de las manos por confiar en terceros. En la época de Néstor de la Torre se redactó y autorizó un reglamento interno, en el que este tipo de acciones y actitudes eran sancionadas hasta con el 90% del salario mensual de quien las cometiera. Hoy, no pasa maldita cosa. Es una tierra sin ley. Por eso, no es extraño que Matías Almeyda suene para dirigir a San Lorenzo, a Chile o Leicester, y sería lo mejor que podría hacer, irse de Chivas, porque ahí nadie lo está apoyando.
Lo único que resta en el club es que estos jóvenes asimilen lo que representa una carrera deportiva y lo efímero que es el éxito cuando no se trabaja con disciplina, respeto y dedicación, cuando se ve por encima del hombro al rival y también cuando no se respeta a una empresa que hace esfuerzos económicos para pagarles las grandes sumas de dinero que ganan.
Han engañado a Vergara, lo engatusaron, y ahora sólo le queda que le cumplan, le entreguen la Copa MX y que en la Liga no terminen en el último lugar, porque ni en sus peores épocas, cuando estaban peleando por la permanencia en Primera División, acabaron como el peor.
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