LA LLORONA SE SOLIDARIZA
Jóvenes donan ganancias de obras teatrales a los afectados por el sismo del 19-S en Xochimilco, mientras preservan las leyendas y tradiciones de la zona
Obras donan ganancias a los damnificados del sismo en Xochimilco.
Durante los meses de octubre y noviembre en Xochimilco se presentan dos obras que rescatan las leyendas de La llorona y El Nahual que este año, además de regalar 150 entradas a los afectados por el sismo, donan parte de sus ganancias para la reconstrucción de los pueblos de San Gregorio, San Jerónimo y zonas aledañas a los embarcaderos donde se encuentran las trajineras.
Nayeli Cortés, quien interpreta a La Llorona,
explica que esta obra se realiza desde hace 24 años. “Todos los años retomamos a un personaje o hecho histórico, pero en esta ocasión quisimos hacer referencia a las comunidades afectadas”, explica, “yo vivo en el pueblo de Santa Cruz Acalpixca, aquí tenemos amigos y familia que resultaron afectados de alguna manera. De ahí surgió la idea de donar al 100% los sueldos para la gente afectada de Santa Cruz y San Gregorio, además de los alrededores del lago de Cuemanco”.
“En mi caso, mi hogar sufrió un hundimiento general de unos 15 centímetros aproximadamente y desde entonces estamos trabajando para tratar de sanar el daño que afortunadamente, no fue estructural. No fue como en otros casos de vecinos que perdieron su casa completamente”, cuenta Nayeli.
Algunos de los remeros del embarcadero de Cuemanco perdieron sus casas porque viven en la zona chinampera. Además, dicen que sus ventas bajaron, porque la gente ya no está comprando la tradicional flor de cempasúchil.
Mónica Miranda es locataria en el embarcadero y tiene 20 años viviendo en el centro de Xochimilco. “Sentimos muy fuerte el temblor, porque es una zona muy fangosa. Hubo algunas cuarteaduras de la casa, yo veía que el piso se abría y se cerraba, incluso alcanzamos a ver el agua”, dice.
El equipo teatral calcula que para restablecer las viviendas tardarán más de un año, por lo que están enfocados en la reactivación económica para que la gente que trabaja en la zona salga adelante. Por esa razón, donaron la venta en las taquillas de los primeros días de la presentación y realizan acopio en el embarcadero. “Hicimos la convocatoria para que la gente vaya a ver la obra al 2x1, mientras llevan acopio para repartirlo entre los vecinos”.
Mónica explica que “se apoyó por parte del embarcadero y de la obra a San Gregorio Atlapulco, con víveres, láminas, cobijas, colchonetas. A la comunidad se les pidió que aportaran arroz, frijol, azúcar y lo que pudieran llevar. Aparte los propietarios del embarcadero reunieron cierta cantidad para comprar cobijas, láminas, para hacer casas, aquí en el pueblo muchos perdieron sus viviendas”.
Además, en colaboración con la Facultad de Arquitectura de la UNAM, han llevado a expertos que brindan asesorías para saber cómo remodelar o reconstruir los hogares afectados y que las casas o cuartos que se construyan tengan una mejor resistencia en caso de desastres naturales. Sobre todo porque ahora que se avecina la época de frío, mucha gente continúa viviendo en casas de campaña.
“Por ejemplo, en Santa Cruz nos están pidiendo tinacos para el agua y vamos a tratar de comprar todo lo que necesiten con lo que recolectamos de la obra. Estamos trabajando directamente con la gente, por la gente y para la gente”, explica Nayeli.
La puesta se empieza a montar desde febrero y durante septiembre los integrantes, que también son vecinos del lugar, se dedicaron a ayudar a los damnificados de la delegación. Autoridades de Protección Civil les aseguraron que no había riesgo en los embarcaderos para poder montar la obra de La Llorona.
Esta temporada, en especial, ha sido complicada, comenta Nayeli, por la situación actual del país. Pero ellos se enfocaron en “sacarla adelante desde la primera semana, sobre todo para sacar lo del donativo. Eso nos ayudó mucho y levantó el ánimo de la gente porque además tuvimos una muy buena respuesta”.
Sin embargo, decidieron no hacer rueda de prensa para anunciar la inauguración porque no lo consideraron prudente por los daños que sufrió Xochimilco, “afortunadamente nos está yendo bien y ahí vamos poco a poco reactivando la economía”.
La Llorona tendrá 33 presentaciones sin tomar en cuenta las funciones gratuitas en el IPN, UNAM, así como en los pueblos de San Gregorio y Santa Cruz Acalpixca. Esto lo hacen para que las personas conozcan la obra y se acerquen a ellos. “La gente se ha mostrado muy agradecida, nosotros íbamos con la intención de llevarles alegría y resultó lo contrario, ellos nos la dieron”.
Nayeli asegura que la mayoría de ellos se conocen porque han sido vecinos o iban juntos en la primaria, por lo que hay la confianza y disfrutan el espectáculo.
Comenta que no hay ningún apoyo del gobierno para la realización de la obra, únicamente la Secretaría de Cultura les ayuda con la difusión del espectáculo y con la rueda de prensa, desde hace cuatro años.
Pero fue hace más de 20 años que los habitantes se reunieron para buscar cómo llamar la atención del turismo y decidieron representarla. La delegación sólo les otorga los permisos para la muestra, “es una presentación independiente, enteramente xochimilca, sólo los vecinos y chinamperos asumen los gastos que van surgiendo”.
La leyenda de La Llorona es muy conocida y arraigada en Xochimilco, mucha gente cuenta que la ha escuchado o la ha visto. Por eso decidieron representarla de noche en los canales del embarcadero.
“Nosotros la consideramos como una diosa de aquí de Xochimilco”, dice Mónica, “de hecho aquí sí se nos ha llegado a aparecer. Nosotros que vivimos dentro de la chinampería, la llegamos a escuchar cuando no está en obra; por ejemplo, en lunes o en miércoles oímos el lamento en la madrugada”.
Retos sobre escena
“Las trajineras son un lugar complicado porque no puedes controlar nada, ni el aire, el frío o la lluvia, pero al mismo tiempo creo que es lo que lo hace tan especial. Es una zona de reserva ecológica muy bonita pero es difícil realizarla en este lugar. La gente está segura en las trajineras, somos los actores quienes nos mojamos cuando llueve”, cuenta Nayeli.
“Decimos que somos todo terreno porque debemos adaptarnos a las distintas situaciones, yo creo que no hay ninguna función igual pero es lo que le da la magia a la llorona”. Son 45 personas en el elenco, incluyendo a los músicos que tocan en vivo.
La temporada inició el 6 octubre y termina el 19 de noviembre, la semana más fuerte es a partir del 30 de octubre y hasta el 4 de noviembre. Tienen capacidad para recibir a mil 600 personas por función, con hasta 80 trajineras ocupadas. “Aproximadamente 4 mil 500 personas se ven beneficiadas por el espectáculo”, cuenta.
El Nahual: leyenda que prevalece
Otra de las obras que se presentan en Xochimilco es El Nahual, él y Cuitlapanton, un ser de apariencia espeluznante, recorren las trajineras para sumergir a los visitantes en un ambiente de terror y misterio.
Una vez listos para partir, la audiencia se abre paso entre canoas que ofrecen tamales, atole y tostadas para acompañar la función. Las trajineras que horas atrás estuvieron llenas de visitantes, ahora lucen vacías entre canales que únicamente son alumbrados por la sutil luz que logra filtrarse de algunas casas cercanas.
“El clima húmedo y el sonido de los grillos crean un ambiente misterioso que pocas veces se siente en un teatro convencional”, describe Jorge Guzerra, quien desde hace cinco años asumió la dirección de la obra.
La leyenda situada en la Nueva España, pone a sus protagonistas en la búsqueda del nahual, que como lo describe la historia, son personas que se transforman en animales.
Para hacer el escenario construyen una plataforma sobre algunas trajineras; remeros de la zona ayudan al proceso en que unen la estructura con una chinampa, la cual debe quedar lo suficientemente sólida para soportar el peso de la escenografía y de los actores. “Un escenario flotante es una experiencia única”, señala Cristina Brunete, quien hace el papel protagónico de María Luisa.
La mayoría de los actores tienen entre 20 y 25 años, muchos de ellos participaron en las brigadas para ayudar a los afectados por el sismo. Ellos decidieron regalar 150 entradas.
Así es como estas dos obras oriundas de Xochimilco se han puesto de pie para ayudar a los damnificados del sismo. Y con ello regresar a su demarcación la vida, el misticismo y el orgullo mexicano que las caracteriza.