Fortalece.
Con ambiciones de robustecer el éxito que ha tenido su emblemática Boneville, la firma inglesa aumenta su ofensiva de productos con esta versión más potente
Tras el éxito de la Bonneville Bobber, Triumph apuesta sobre seguro con el lanzamiento de la totalmente nueva Triumph Bonneville Speedmaster. Este es el modelo custom-crucero de la familia Bonneville y para este año nos encontramos con un motor más grande y potente, así como un nuevo subchasis, los cuales hacen de esta moto una delicia al volante.
Además del incremento en la cilindrada del motor de 865 a 1,200cc, otras características que te dejarán disfrutar la Triumph Bonneville Speedmaster en salidas a carretera son los modos de manejo, el ABS, control de tracción y de crucero; además de algunos accesorios como el parabrisas o el respaldo para el pasajero -pequeño, pero algo es algo-. La Bobber es ideal para rodar en la ciudad y si acaso paseos por carretera de distancia reducida.
Una de las novedades más importantes de la nueva Triumph Bonneville Speedmaster está en la parte trasera, donde la marca británica le dijo adiós a la combinación basculante-amortiguador del subchasis para reemplazarlo por uno que pareciera ser un hardtail, pero que en realidad esconde un monoamortiguador. El look clásico llega desde las gruesas llantas y los rines de rayos, no es necesario ver el triángulo de la suspensión trasera para transportarse a la época de las motos de la posguerra, con ejemplares de suspensión trasera rígida y una horquilla hidráulica con cubrepolvos negros. El faro y luz de freno de LED te dejan ver claramente que se trata de un modelo del siglo XXI.
El chasis, por su parte, es de acero de doble cuna. A diferencia de la Bobber, que articula la salpicadera trasera con el rin, la Triumph Bonneville Speedmaster lleva una configuración más moderna que la ubica en una posición fija arriba de la rueda. Esto le da la posibilidad de montar un asiento para pasajero, en caso de que se desee subir a alguien. Si se prefiere mantener como un placer egoísta, es ideal.
La suspensión delantera tiene un recorrido de nueve centímetros, pero fiel a la onda retro, no tiene ningún tipo de ajuste. El amortiguador trasero, por su parte, tiene un recorrido de 7.3 centímetros, y éste es ajustable en precarga. Claramente, se trata de una suspensión diseñada para caminos en buen estado, pues los recorridos son modestos. Para detenerse, la Triumph Bonneville Speedmaster lleva dos discos Brembo de 310 mm adelante y uno de 255 mm atrás, equipados con ABS desde la versión más básica.
Como ya mencionamos, el corazón de la Triumph Bonneville Speedmaster es un dos cilindros en paralelo de 1,200 cc enfriado por líquido, lo cual técnicamente la hace un poco menos de la vieja escuela -aunque el radiador se esconde al estar pintado de negro-. Además, los cuerpos de aceleración y las salidas de aire en las cabezas le ponen el toque vintage. En cuanto a números, esta mecánica eroga 77 HP a 6,100 rpm, pero obtienes el par máximo de 78 lb-pie desde las 4 mil vueltas. Esto representa un incremento del 25 y 42%, respectivamente, comparada con el modelo anterior.
El acelerador ride-by-wire viene con modos de manejo “Road” y “Rain”, los cuales ayudan a gestionar la potencia de acuerdo a las condiciones del camino. El control de tracción evita que las cosas se salgan de control -valga la redundancia-, si te pasas de emoción con la muñeca derecha. Además, Triumph colocó un embrague deslizante en la caja de seis velocidades, el cual previene que la rueda trasera derrape cuando bajas los cambios con entusiasmo. Inmediata La posición El faro