Cómo renovarse para no desaparecer
Institución. Platicamos con el responsable técnico de grandes vehículos en la historia de la Fórmula 1
Reflexiona Alguien que ha pasado 35 años en cualquier clase de negocio puede presumir saber todos los detalles de cómo se realiza la operación para que éste funcione. La Fórmula 1 no es ninguna excepción y un personaje como Bob Bell es la muestra de esto.
Con deseos de dedicarse a la ingeniería aeronáutica cuando joven, Bob Bell actualmente se desempeña como director técnico del Renault Sport Formula 1 y en su currículum presume el desarrollo de vehículos como el que ayudó a Fernando Alonso a convertirse en el campeón de este serial en 2005 y 2006.
Tuvimos la oportunidad de hablar con él abordando temas desde su posición corporativa y también personal sobre amplios temas como la era dorada de la Fórmula 1 o el futuro de este deporte y su posible desaparición.
Sobre esto, Bob Bell señala la urgencia por parte de los administradores, equipos y técnicos de econtrar la forma de atraer nuevas audiencias y encontrar una manera en la que puedan coexistir seriales como la Fórmula 1 y la Fórmula E.
“Si no encontramos una fórmula que funcione para mantener al público interesado en este serial, veremos su desaparición por la presencia cada vez más grande de procesos autónomos que van relegando a las habilidades de conducción”.
Bell señala que es complicado deshacerse de la modestia, pero considera que un buen camino para seguir es el proyecto a largo plazo que está ejecutando el equipo Renault en conjunto con Infiniti, donde el desarrollo de nuevas tecnologías como el sistema de recuperación de energía híbrido provisto por la firma japonesa, tiene un propósito que sirve para volver más potente al auto y también haga uso de fuentes más limpias.
“Estamos seguros que este es el camino y por eso mismo, tenemos como meta ser campeones del mundo como constructores con Renault en 2020 o 2021”, precisa.
Paradójicamente, el ingeniero responsable del Renault RS17 señala que no considera como uno de sus pasatiempos o gusto el correr autos a altas velocidades, pues considera que nunca estuvo en su sangre ser piloto de carreras.
“Probablemente, la razón por la que me dedico a la ingeniería en el deporte motor obedece al trabajo en equipo que se tiene que hacer para que las cosas sucedan. Yo había estudiado ingeniería aeronáutica, pero cuando vi la frialdad con la que trabajaban cuando fui a mi primer entrevista de trabajo, me hizo sentir muy mal. Era una empresa que no operaba con empleados, sino con una especie de minions”, bromea el británico.
No obstante, reconoce que su profesión también involucra un fuerte espíritu deportivo similar al de una carrera, pues los procesos de trabajo en un equipo de Fórmula 1 son extremadamente acelerados y en una semana se tienen que corregir los errores para tener mejor desempeño en un Gran Premio que puede estar a tan solo días de distancia, además de que el resto de las escuderías buscan hacer lo mismo para alcanzar sus objetivos.
“Es un trabajo divertido, pues nos proponemos derrotar a los rivales. No me imagino cómo una fábrica de papel puede competir cada día contra su competencia como lo hacemos contra Ferrari y Mercedes”, concluye.b
Bob Bell Director Técnico del Renault Sports Formula 1 Team.