Una noche con Pierre Sang
Hoy les voy a hablar sobre otro tema que me apasiona: la comida. Hace como cinco años, el primo de una de mis mejores amigas, Dany, nos llevó a cenar a uno de los lugares más espectaculares a los que he ido: el restaurante del reconocido chef Pierre Sang en París. Cuando Gerardo nos habló del concepto de dicho lugar me pareció fascinante: primero, teníamos que hacer fila, ya que el lugar no contaba con reservaciones. No había menú establecido con carta, variaba día a día y se pagaba una cuota fija por él; el sitio era pequeño, para 30 comensales. La cocina estaba expuesta para que apreciaras el proceso de creación; y si no lograbas obtener un lugar en la primera ronda de las 7 PM, podías esperar a la segunda de las 9:30 PM.
Como buen restaurante francés la cena estaba perfectamente maridada acorde a los seis tiempos, ¡sí, seis! Al llegar, te preguntaban si tenías alguna alergia o si no te gustaba comer algún ingrediente. El menú de la noche, se basaba en lo que el chef encontraba esa mañana en el mercado, y conforme a lo que eligiera crearía la fusión más loca que pudieras imaginar. Fue una experiencia tan especial y explosiva, que se convirtió en mi lugar predilecto en París.
Pasaron varios años para que volviera a repetir la experiencia porque mi agenda de Fashion Week no lo permitía. El mes pasado que estuve de visita aparté una noche para llevar a mi novio Roberto. Me di cuenta que las cosas habían cambiado: Pierre Sang ya contaba con tres restaurantes en la misma cuadra, y ya podías reservar online y prepagar la experiencia. La esencia era la misma, el menú seguía siendo itinerante.
Es difícil describir con palabras la experiencia, les diré que de verdad algo mágico pasa en las papilas gustativas cuando uno degusta una fusión de elementos, olores, sabores y texturas en ese tono. De verdad, si van a París, es un hot spot, tanto como lo es la Torre Eiffel.
Cuando terminamos de cenar, salimos a la calle y al voltear en una de las ventanas del restaurante vi a Pierre Sang echándose un trago mientras revisaba su celular. Nos acercamos y Roberto le pidió hacerle una polaroid afuera de su restaurante. Sonriente aceptó y cuando nos dimos cuenta estábamos a la mitad de la calle en una interesante platica. Nos habló de su filosofía de vida, de cómo lleva su negocio, de la estupenda relación que tiene con su personal y de lo importante que es para él crear un concepto en donde la gente coma a gusto a un precio justo. Platicamos un buen rato y nos invitó a pasar a su más nuevo restaurante: Pierre Sang Signature, apto solo para 12 comensales por noche, pero que tiene una barra para órdenes take away, que a juzgar por el tiempo que pasamos ahí es un hit. Dentro de este nuevo sitio, nos invitó dos platillos más. Sin duda, una noche que jamás olvidaremos. Con cariño, Gina.