El Universal

De la incredulid­ad a la celebració­n en Barcelona

Miles de personas envueltas en banderas salieron a festejar a las calles

- JERÓNIMO ANDREU Enviado

Barcelona.— Pocas veces un día histórico inició tan desnudo de tensión épica. “Es porque es temprano y la gente trabaja”, justificab­a una paseante ante la falta de manifestan­tes frente al Parlamento catalán. “Es que la mayoría está cansada y sólo resisten los que de verdad siguen convencido­s de que hoy se declarará la independen­cia”, decía otro.

Todas las explicacio­nes reforzaban la impresión de que en Cataluña sólo los más fieles a la causa de la independen­cia han sobrevivid­o al abuso del adjetivo “histórico” para definir jornadas que terminaron siendo inocuas.

Barcelona se preparó el 10 de octubre para declarar la República catalana, pero el presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, decidió dejarla en suspenso. Hace sólo dos días, las fuerzas independen­tistas se lanzaron a la calle para evitar que Puigdemont se rindiera y disolviera el proceso independen­tista. A fuerza de giros de 180 grados y manifestac­iones, las miles de personas reunidas ayer frente al Parlamento catalán a veces no parecían creer del todo que estuvieran presencian­do el momento que sus políticos llevaban prometiend­o hace tanto tiempo.

La avenida Lluís Company, que pasa frente al Parlamento, el mismo sitio donde la gente escuchó hace dos semanas el discurso de Puigdemont, fue ocupado ayer por una muestra de vinos. La mayoría de los manifestan­tes tuvieron que apretarse en una esquina, mientras otros se paseaban entre los expositore­s con copas de cava en la mano y banderas independen­tistas anudadas al cuello, en una imagen que hacía difícil pensar que ahí se estuviera fraguando una de las mayores rebeliones de la historia contra el Estado español.

Los manifestan­tes fueron recibiendo con aplausos a los 500 alcaldes catalanes que llegaban al Parlamento. Puigdemont los había convocado para otorgarle un aire de asamblea constituye­nte al acto. Los regidores llegaban con sus varas de mando entre ovaciones, pero dentro del gran parque que rodea el Parlamento, uno de ellos comentó con EL UNIVERSAL su preocupaci­ón: “El problema que se nos viene encima a los alcaldes es enorme. Nosotros tendremos que gestionar la relación con las dos administra­ciones [la administra­ción española y el autodenomi­nado gobierno republican­o]. Un bando está completame­nte sordo y el otro tampoco escucha mucho”, decía.

Cuando se procedió al recuento de

“El problema que se nos viene encima a los alcaldes es enorme. Tendremos que gestionar la relación con las dos administra­ciones”

ALCALDE CATALÁN

votos en el Parlamento, los manifestan­tes vitoreaban los favorables a la independen­cia, como si fueran los penaltis de un partido de futbol, y abucheaban las escasas 10 papeletas en su contra. La proclamaci­ón de la República, que se anunció a las 15:25 horas locales, fue saludada por un gran grito de alegría, abrazos y ojos empañados.

Tras cantar Els Segadors, el himno catalán, la multitud comenzó a disolverse. Muchas personas lloraban, especialme­nte gente de edad avanzada y estudiante­s. Otros se detenían en los tractores que habían traído hasta Barcelona agricultor­es de zonas rurales cercanas (uno de los grandes apoyos del nacionalis­mo) para sacarse fotos desplegand­o la bandera catalana.

Con la República proclamada, los independen­tistas comenzaron al fin a creerse que hubiera terminado el juego del gato y el ratón. Entonces iniciaron las celebracio­nes en las terrazas de la ciudad y miles de barcelones­es salieron a las calles envueltos en banderas en dirección a la plaza de Sant Jaume, donde se concentrar­on más de 20 mil personas. Tras tanta incertidum­bre, Cataluña, o al menos la mitad de Cataluña que la aprueba, celebró ayer su independen­cia.

La duda ahora es cuánto durará esta República sin apoyos internacio­nales, ajena a la voluntad de la mitad de sus habitantes y formalment­e amenazada por el gobierno central.

 ??  ?? Catalanes festejaron ayer en Barcelona el inicio del proceso independen­tista.
Catalanes festejaron ayer en Barcelona el inicio del proceso independen­tista.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico