El Universal

VIAJES CON AROMA DE CAFÉ

te pondrá un poco acelerado con estas cinco rutas que recorren los sitios más aromáticos de México

- por SAMANTHA M. GUZMÁN samantha.guzman@clabsa.com.mx

Hay lugares que viven para el café. Las plantacion­es cubren por completo los cerros, como una gigantesca alfombra de color verde intenso que ni la neblina puede atenuar. En las pequeñas comunidade­s cercanas, el aroma de los granos tostándose invade las calles y las casas. La gente conserva los procesos artesanale­s de producción, sin importar el paso de las décadas. Y los viajeros persiguen cada una de las escenas, ansiosos por formar parte de ese estilo de vida, por sentir hasta la última nota de sabor y conocer el “detrás de escena” de la bebida sin la cual no puede enfrentars­e un nuevo día.

Porque también somos “coffee junkies”, decidimos recopilar algunos destinos en nuestro país que giran alrededor de esta infusión.

No solo tomamos en cuenta estados que sobresalen por su producción de café, sino que ofrecen experienci­as turísticas únicas.

En Veracruz, mencionamo­s dos rutas independie­ntes entre sí. Una de ellas, que parte en el Pueblo Mágico de Coatepec, ya es un clásico: sus haciendas son imperdible­s e incluso existe un museo donde se imparten talleres para baristas principian­tes. La otra, que inicia en Córdoba, se ha ido desarrolla­ndo desde hace un par de años; visita un par de diminutas comunidade­s donde los productore­s de café de altura te reciben prácticame­nte en su hogar y te invitan a comer como si fueras parte de la familia.

Luego, en Colima, te recomendam­os un itinerario que te lleva hasta las faldas del volcán más activo de México, en busca de sus cafetales. Además de tus respectiva­s catas guiadas, puedes navegar un kayak en una laguna con origen volcánico. Si te gusta descansar a la orilla de una alberca con vistas privilegia­das, recomendam­os una hacienda en Oaxaca que comerciali­za su propio café. Se encuentra en una región con denominaci­ón de origen, cerca de Huatulco.

El panorama cambia un poco al llegar a Chiapas, pues dos fincas con más de un siglo de antigüedad te transporta­n a otra época mientras te consienten en sus cabañas de lujo perdidas en la selva. En sus terrenos organizan recorridos temáticos y sus tratamient­os de spa se realizan casi en plena naturaleza.

Aunque los capitalino­s no tengamos la oportunida­d de correr entre cafetales, también presentamo­s un par de sugerencia­s en Ciudad de México. No son cafeterías como tal, sino barras que sirven café de especialid­ad; es decir, infusiones que destacan por su gran calidad de acuerdo con un estándar internacio­nal. Son sitios que no buscan confundirt­e, sino mostrar una apreciació­n mucho más diversa del café y preservar su sabor.

Haciendas históricas donde el acercamien­to con la agricultur­a no está peleado con el lujo; poblados enclavados en cerros y pequeñas cafeterías que convierten una tarde en una cátedra sobre degustació­n. Si eres un cafetero empedernid­o, de ja que este aroma te lleve de viaje por México. Veracruz Muy cerca de Córdoba hay un par de poblados ocultos en la neblina, dedicados a la producción de café. Integran una ruta turística que solo unos cuantos conocen. El más pequeño se llama San Bartolo, a media hora de la ciudad, y no tiene ni 100 habitantes.

Cultiva granos a mil 350 metros sobre el nivel del mar. Para que un café se considere “de altura” debe estar por arriba de los mil metros.

En esta comunidad vive Juana Campos, dueña de una productora de café orgánico. En su casa, Juana y su familia explican a los visitantes el proceso de elaboració­n y les invitan un cafecito de olla para que comprueben la calidad de su producto. También les dan a probar galletas, bombones y lunetas hechas a partir del grano. Incluso confeccion­an accesorios y jabones.

En la comunidad de Sabana Larga se encuentra Café de Mi Rancho, otro pequeño negocio. En el patio de don Dionisio, el encargado del proyecto, los viajeros enloquecen mientras los granos se tuestan.

Un intenso aroma se expande en toda la propiedad y se impregna en la ropa.

Este recorrido de dos días hace una parada en Córdoba. Calufe es una cafetería del centro histórico de esta ciudad. Su barista prepara varias bebidas para que conozcas algunos métodos de extracción y su resultado final.

El viaje es operado por Turibús. Tarifas desde dos mil 999 por persona. www.turibus.com.mx

En Veracruz hay una ruta tradiciona­l para caminar entre cafetales, que se concentra en los Pueblos Mágicos de Xico y Coatepec. En este último puedes comenzar a explorarla.

Muy cerca de ahí está el museo El Café-tal Apan. En sus plantacion­es un guía explica el origen de los granos y muestra artefactos relacionad­os con la producción y que fueron utilizados en los siglos XIX y XX.

Si reservas con un par de días de anticipaci­ón, tienes la opción de tomar un pequeño curso para formarte como barista.

En los alrededore­s de Coatepec hay numerosas fincas que elaboran su propio café. Se desarrolla­ron varios itinerario­s para recorrer algunas de ellas.

La touroperad­ora Senderos del Café organiza visitas a varias propiedade­s, entre ellas Bola de Oro, cuya historia se remonta a 1910.

Un paseo de un día cuesta 630 pesos por persona. toursender­osdelcafe.com

Colima

Solo unos cuantos viajeros tienen la inquietud de acercarse al Volcán de Colima, el más activo de nuestro país. Quienes se atreven a hacerlo descubren un terreno donde la altura y el suelo volcánico, abundante en minerales, han favorecido el cultivo de cafetales. La escala de producción es pequeña (Colima es responsabl­e apenas del 3% del café en México), pero sus procesos son artesanale­s. La región se localiza a 15 minutos desde el Pueblo Mágico de Comala, desde donde parten los tours.

La primera escala es en la comunidad de La Yerbabuena, justo en las faldas del volcán. Las plantacion­es quedan a mil 250 metros por encima del nivel del mar.

De noviembre a marzo observarás los campos repletos de granos de la variedad arábiga. Mientras más alto se encuentran, más tardan en madurar los frutos y su sabor es mejor.

En la finca podrás observar el tueste y la molienda del café. Para hacer más práctica la lección te darán a probar varias bebidas: un café americano, un latte o un frappé.

En el centro de Comala, casi todas las tiendas de artesanías venden la producción local.

En la región se cuentan alrededor de 10 marcas. Cada una mezcla, en diferentes grados, técnicas brasileñas y colombiana­s.

Durante el recorrido se suman algunas actividade­s de aventura. Una de las más solicitada­s es la caminata por las faldas del volcán. Incluye la Laguna La María, a 40 minutos de Comala, un cuerpo de agua que alguna vez fue una caldera volcánica.

El tour tiene un precio de 800 pesos por persona. www.admiremexi­cotours.com

Oaxaca

Pluma Hidalgo es una de las zonas con mayor tradición cafetalera en el estado. El pueblo, a menos de una hora de las playas de Huatulco, tiene su propia Denominaci­ón de Origen.

La actividad llegó aquí a finales del siglo XIX, y actualment­e se mantienen en funcionami­ento alrededor de 50 fincas.

No se trata de enormes productore­s, pues estos han ido desapareci­endo a causa de plagas como la roya (enfermedad que degrada las plantacion­es). Por el contrario, son las pequeñas empresas, dueñas de terrenos de cinco o seis hectáreas libres de productos químicos, las que han mantenido vivo el negocio.

A cinco minutos del centro de Pluma Hidalgo (día y noche el pueblo huele a café tostado) hay una hacienda de la que no querrás salir, si es que eres un buen bebedor de la infusión: Finca Don Gabriel. La propiedad hace su propio café de altura y, al igual que en toda la región, es de la variedad arábiga.

Este lugar ha optado por las experienci­as ecoturísti­cas: no solo muestra su trabajo (el invierno es la mejor época para ver la cosecha), sino que también ha creado senderos interpreta­tivos con todas las variedades de café que se hacen en México. Abrió su propio museo que exhibe despulpado­ras, molinos antiguos y herramient­as que pertenecie­ron a trabajador­es de la zona.

Para que los visitantes vivan una experienci­a completa, ofrecen cabañas e “iglús” de adobe, con vistas espectacul­ares a los cafetales rodeados por el bosque. En las partes más altas se alcanza a ver el mar. Tiene alberca panorámica, spa con temazcal, tirolesa y un restaurant­e de comida regional.

Recomendam­os acompañar la degustació­n de café con un plato tradiciona­l oaxqueño: lleva tasajo, mole y chiles rellenos. Tarifas de alojamient­o desde 650 pesos

en temporada alta. Incluye los recorridos. www.fincadonga­briel.com

Chiapas

Muy cerca de Tapachula, en la región histórica conocida como Soconusco, algunas haciendas de lujo te hacen experiment­ar la vida entre los cafetales. Instaladas entre cerros, pertenecen al programa de calidad “Tesoros de México” de la Secretaría de Turismo.

Argovia (www.argovia.com.mx) fue inaugurada en 1880. Destaca por sus prácticas sustentabl­es, como tratamient­o de aguas residuales, reciclaje de desechos que surgen del café y uso de una planta hidroeléct­rica. Ha sido reconocida por la organizaci­ón internacio­nal Rainforest Alliance.

Todo el año se llevan a cabo catas guiadas, pero solo de octubre a diciembre se revela a los huéspedes cómo se trabaja el grano desde su recolecció­n, mediante dos tipos de procesos: beneficio seco (usado en Brasil) y húmedo (empleado en Colombia).

Algunos de sus paseos explican la historia de la finca y otros exploran el follaje de la región, que es abundante en especies tropicales como la orquídea.

Argovia funciona como hotel boutique. Solo dispone de 15 habitacion­es y cabañas de madera con terraza propia. El spa y el bar están rodeados de vegetación.

A una hora de camino se encuentra Finca Hamburgo (www.fincahambu­rgo.com), fundada a finales del siglo XIX. Cinco generacion­es de la misma familia alemana se han hecho cargo de ella. Cuenta con un museo de sitio sobre la historia de la propiedad y del café.

Los visitantes recorren en un tour organizado las partes más antiguas del complejo, donde todavía se conserva un funicular de carga.

En el bar prueban varios métodos de extracción: sifón japonés, prensa francesa y filtro manual, son algunos de ellos.

Ciudad de México

No hay plantacion­es, pero sí comercios que se han involucrad­o en el origen del grano y su preparació­n. Visitarlos se vuelve una grata experienci­a de aprendizaj­e.

En la ciudad, recomendam­os dos barras de café de especialid­ad. Se denomina así al café que ha obtenido por lo menos 80 puntos de catación (el máximo es 100) en una escala de calidad creada por la organizaci­ón internacio­nal Coffee Quality Institute. La clasificac­ión revisa aspectos como el aroma, acidez y balance.

Una barra de especialid­ad se distingue de una cafetería convencion­al por trabajar con café que ha sido reconocido en dicho estándar.

Almanegra (www.almanegrac­afe.mx) nació hace tres años y tiene sucursales en las colonias Narvarte y Roma. Ha estado presente en publicacio­nes de Reino Unido y Eslovaquia. Trabaja con varios productore­s de Colima, Guerrero y Estado de México.

Si no conoces mucho sobre las bebidas de especialid­ad, puedes solicitar la degustació­n “Culto al Café”. Primero debes elegir entre una opción fría o caliente; la primera, el cold brew, se prepara con un método por goteo lento, y la segunda implica un modo de extracción manual conocido como V60. Después prueba un Gibraltar (un espresso doble con una porción de leche) y, finalmente, un espresso.

Octavio Ruiz, cofundador de Almanegra, recomienda otra bebida: Cáscara Fizz. Se infusiona la piel del fruto del café, obteniendo sabor dulce, a tamarindo y manzana.

En la colonia Roma se encuentra Quentin

(quentin.mx), la primera barra en México que tuesta y prepara cafés de especialid­ad con orígenes internacio­nales. Trabaja de forma directa con los productore­s.

Aunque el menú cambia por temporada, regularmen­te ofrece dos cafés mexicanos (de Veracruz y Chiapas) y cuatro extranjero­s (de países como Etiopía, Kenia y Ruanda).

El propósito es experiment­ar con sabores que no encuentras tan fácilmente, muy caracterís­ticos de esas naciones, de acuerdo con Menachem Gancz, uno de los fundadores.

Entre las bebidas favoritas de los clientes, se encuentra una soda hecha a base de una infusión de la cáscara de café, acompañada con jengibre y limón.

México es el país que más cafés ha certificad­o ante el Coffee Quality Institute. Hay 66 catadores profesiona­les mexicanos reconocido­s por la organizaci­ón.

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 ??  ?? Tour en Jeep en la Finca Argovia, a una hora y media desde Tapachula.
Tour en Jeep en la Finca Argovia, a una hora y media desde Tapachula.
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La historia de Argovia se remonta a finales del siglo XIX.
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Quentin, en la colonia Roma, trabaja con productore­s nacionales e internacio­nales.
 ??  ?? Laguna La María, en Colima, alguna vez fue una caldera volcánica.
Laguna La María, en Colima, alguna vez fue una caldera volcánica.
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 ??  ?? Comala, Colima, a 15 minutos de las fincas.
Comala, Colima, a 15 minutos de las fincas.
 ??  ?? La ruta tradiciona­l en Veracruz incluye Xico y Coatepec.
La ruta tradiciona­l en Veracruz incluye Xico y Coatepec.
 ??  ?? El café de Pluma Hidalgo tiene denominaci­ón de origen.
El café de Pluma Hidalgo tiene denominaci­ón de origen.
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Almanegra tiene dos sucursales: una en la colonia Narvarte y en la Roma.
 ??  ?? Finca Don Gabriel, en Pluma Hidalgo, Oaxaca.
Finca Don Gabriel, en Pluma Hidalgo, Oaxaca.
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Finca Hamburgo tiene un museo.

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